El ejército de Filipinas anima a las personas LGTB a enrolarse siempre que se “comporten con dignidad”
Las fuerzas armadas de Filipinas han lanzado una campaña de captación de miembros que incluye a la comunidad LGTB del país. Los mandos militares les garantizan igualdad de trato siempre que los interesados se “comporten adecuadamente” y “con dignidad”. No se ha aclarado el significado concreto de esta advertencia de regusto homófobo y específica para las personas LGTB, quienes pueden servir desde 2009.
El ejército filipino anima a la comunidad LGTB a alistarse, según las palabras del coronel responsable de comunicación Edgard Arevalo. Las fuerzas armadas admiten a personas homosexuales desde hace casi ocho años, aunque la igualdad de trato está aún lejos de conseguirse. Arevalo promete que no se discriminará a los soldados LGTB, pero les lanza unas advertencias que dejan translucir una cierta homofobia.
El coronel anima a las personas LGTB a unirse en su campaña de captación, con la que se pretende contratar a 10.000 reclutas antes de fin de año. “Son libres de presentar su candidatura y entrar en las fuerzas armadas”, afirma, las cuales “no van a discriminar”. Eso sí, con una “recomendación” específica: “Tienen que actuar y comportarse con dignidad y con el debido respeto al uniforme”. No ha explicado si ese comportamiento “digno” lleva aparejado la represión de la propia identidad sexual y afectiva. Hecha esta “salvedad”, Arevalo afirmó que los soldados LGTB pueden ser un activo importante en el ejército filipino.
En marzo de 2009, las fuerzas armadas anunciaban el fin de la prohibición de servir a gais, lesbianas y bisexuales, pero un portavoz ya alertaba entonces de que tendrían que “mostrar decoro”, lo que en la práctica probablemente se traduzca en restricciones a la libertad de expresión. En la academia militar filipina, los cadetes homosexuales no deben tener un “comportamiento gay”, una exigencia que deja bastante margen a la interpretación.
Filipinas, como la inmensa mayoría de los países de Asia, no reconoce ninguna unión entre personas del mismo sexo. Pero ello no impide que estas parejas expresen su compromiso mutuo a través de emotivas ceremonias, como la que recogimos hace cuatro años. Tampoco impide a aquellas confesiones que sí incluyen en su liturgia el matrimonio entre personas del mismo sexo celebrar estas ceremonias, obviamente sin validez legal.
La actitud social hacia las personas LGTB es bastante positiva, si atendemos a los resultados de una encuesta que cifraba en un 73% el porcentaje de personas que consideraban la homosexualidad “aceptable”, un porcentaje similar al de Italia o Argentina. No obstante, según otro sondeo, tan solo el 14% de los católicos del país estarían a favor del matrimonio igualitario. En mayo del año pasado, Geraldine Roman se convertía en la primera diputada trans del país. Sin embargo, la presidencia de Rodrigo Duterte abre un panorama preocupante. En agosto de 2016, a los dos meses de ser elegido, calificó de “hijo de puta” y se refirió con un insulto homófobo al entonces embajador abiertamente gay de Estados Unidos, Philip Goldberg.