El activismo consigue frenar la charla que un propagandista de las «terapias» reparadoras iba a dar en la Universidad de Cádiz
Que España haya protagonizado en el pasado importantes avances en materia de igualdad jurídica de las personas LGTB y que las encuestas arrojen que este es un país con un alto grado de tolerancia social en esta materia no anula la necesidad de mantener un activismo LGTB militante. Los enemigos de los derechos LGTB están muy movilizados, gozan de respaldo económico, ocupan importantes áreas de poder y aprovechan cualquier momento de debilidad para lanzar sus ofensivas. Es por eso una buena cosa que el activismo haya sido capaz de frenar la charla que Jokin de Irala, conocido propagandista de las «terapias» reparadoras de la homosexualidad, tenía previsto dar en un espacio público cedido por la Universidad de Cádiz.
Jokin de Irala es médico y profesor de la Universidad de Navarra, propiedad del Opus Dei. En su currículum se define a sí mismo como «investigador en educación sexual» y asegura que «ha impartido conferencias a unos 80.000 jóvenes y adultos de distintos países». «Por tanto, tiene una amplia experiencia en hablar a jóvenes, padres e educadores sobre la educación de la afectividad y de la sexualidad», añade. En realidad, Jokin de Irala no es más que otro promotor más de las «terapias» reparadoras de la homosexualidad, conocido efectivamente por su actividad propagandista. En 2013, por ejemplo, ya lo mencionamos, cuando tuvo que cancelar otra charla qua iba a impartir en Costa Rica después de que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia anulase el supuesto “interés público” que el Ministerio de Salud y la Presidencia de Costa Rica del momento le habían concedido.
Volviendo a lo que ha sucedido esta semana, la alarma saltaba cuando se conocía que la Universidad de Cádiz, un centro público, había cedido la reserva de un espacio en su Escuela de Ingeniería para que Jokin de Irala impartiese este viernes 10 de febrero una de sus charlas. Si bien la Universidad no era la organizadora (como en un primer momento circuló en redes sociales), el mero hecho de que una institución educativa pública cediese sus espacios para que un acto así tuviese lugar desencadenaba la reacción del colectivo Lambda La Isla, de la cercana San Fernando, que inmediatamente promovía una petición en la plataforma change.org dirigida al director de la Escuela de Ingeniería para que cancelase la reserva.
«Es intolerable que una institución pública permita que se ejecuten eventos como este, en contra de las libertades del colectivo LGBTIQ+. Y por ello queremos que no se imparta esta conferencia: ¡FUERA CONFERENCIAS LGBTIQ+FÓBICAS DE LA UNIVERSIDAD!», rezaba la petición de Lambda La Isla, que recordaba que precisamente en 2014 «Cádiz fue la provincia española con más víctimas del odio por orientación e identidad sexual, de acuerdo con los datos del Ministerio del Interior». En pocas horas la peticiòn registraba más de 30.000 apoyos. También ALEAS Cádiz (el Área de Libertad de Expresión Afectivo Sexual de IU en Cádiz) se movilizaba activamente para conseguir la cancelación.
Finalmente, la Universidad de Cádiz acababa anunciando públicamente la cancelación de la conferencia. Twitter fue el medio elegido para hacer el anuncio:
La @univcadiz comunica a la organización la cancelación de la conferencia de J. de Irala en la @esi_uca
— Universidad de Cádiz (@univcadiz) 9 de febrero de 2017
Desde dosmanzanas felicitamos al activismo gaditano por lo conseguido. Ante personas como Jokin de Irala y lo que representan no es posible dar ni un solo paso atrás.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
Lo hemos repetido ya cientos de veces, pero seguiremos insistiendo, al igual que los profesionales que realmente se atienen a la evidencia y a las buenas prácticas. En marzo de 2016, por ejemplo, tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente, tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas.
Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“exgais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.