Marine Le Pen apuesta por derogar el matrimonio igualitario si es elegida presidenta de Francia
Sin decirlo abiertamente, pero sin dejar lugar a dudas: la candidata del Frente Nacional (FN) a la presidencia de Francia, Marine Le Pen, quiere derogar el matrimonio igualitario. Así lo ha dejado escrito en un documento con 144 compromisos que pretende promover si gana las elecciones que se celebrarán entre abril y mayo de este año. La favorita en los sondeos para la primera ronda también mantendría la prohibición del acceso a los tratamientos de reproducción asistida a las mujeres solteras y a las parejas de lesbianas.
La extrema derecha francesa se posiciona contra el mantenimiento de la igualdad en el acceso al matrimonio de cara a las próximas elecciones. Mantiene, eso sí, un perfil bajo: en el documento con 144 “compromisos presidenciales”, Le Pen no se atreve a hablar abiertamente de la derogación del matrimonio igualitario. Más claramente se expresa sobre la perpetuación de la exclusión de las mujeres solteras y las parejas de lesbianas a la reproducción asistida (PMA en sus siglas en francés). En el punto 87 de este programa resumido, la candidata escribe:
Frente a las presiones de autoridades supranacionales, mantener la prohibición de la gestación subrogada y reservar la reproducción asistida como respuesta a los problemas de esterilidad. Crear una unión civil (PACS mejorado) que reemplazará las disposiciones de la ley Taubira, sin efectos retroactivos.
Es decir, Le Pen es partidaria de regresar a la situación previa a la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo en 2013, lo que ella llama “ley Taubira” por la entonces ministra de Justicia, Christiane Taubira. La medida regresiva no afectaría a los enlaces que hubieran tenido lugar durante el periodo de vigencia de la ley de matrimonio igualitario. La actualmente eurodiputada del FN propone una versión “mejorada” del Pacto Civil de Solidaridad, una ley limitada de parejas con derechos inferiores a los de las casadas que existe desde 1999. Para que pudiera poner en práctica este retroceso sin antecedentes en Europa, eso sí, Le Pen necesitaría reunir también una mayoría parlamentaria a su favor en las elecciones legislativas de junio.
Como en otras ocasiones hemos comentado, el Frente Nacional de Le Pen se cuidó mucho de no tener un gran protagonismo en las protestas contra el matrimonio igualitario, y nunca ha querido hacer de su oposición a los derechos LGTB un eje llamativo de su discurso. Y más que en el votante ultracatólico, Le Pen quiere cazar votos en el que tradicionalmente era el caladero de la izquierda, las clases obreras, azuzando para ello un discurso anti-Unión Europea, antiinmigración y a favor de un “proteccionismo inteligente”. Algo que explicaría su reticencia a hablar abiertamente de la derogación del matrimonio igualitario en el programa resumido que ha dado a conocer.
En cualquier caso, Le Pen es la segunda candidata que muestra su oposición a esta medida. Tras la nominación de François Fillon como candidato de la derecha de Los Republicanos, dos de los tres candidatos más probables a pasar a la segunda vuelta se han expresado contra la igualdad matrimonial. Fillon apuesta por una “reescritura de la ley Taubira” que eliminaría la posibilidad de adopción plena por parejas del mismo sexo. Al igual que Le Pen, se muestra a favor de perpetuar las actuales restricciones en el acceso a la PMA. La candidatura de Fillon, por fortuna para los derechos LGTB, ha perdido fuelle en las últimas semanas tras el estallido de varias controversias que implicarían un trato de favor a miembros de su familia.
Mientras que el candidato conservador pierde apoyos, el centrista Emmanuel Macron ha ido ganando posiciones y amenaza con desbancarlo de la segunda posición. El antiguo militante socialista y ministro de Economía entre 2014 y 2016 es sin duda el menos hostil a los derechos LGTB de los tres candidatos con posibilidades reales de llegar a la segunda vuelta. Su ascenso ha provocado una campaña de indisimulados tintes homófobos contra él, al que han acusado de ser el candidato del “lobby gay”.
marine le pen presidenta 2017.
No creo, Juan Manuel, que el triunfo del ultranacionalismo en un país sea para nada bueno en los demás países. Este no es un ángulo LGBT, pero como vendimiador en Francia tengo que decir que si se pusieran trabas a los numerosos españoles que salimos adelante gracias al trabajo que realizamos allí, no me cabe duda que la economía española se resentiría aún más.
De todas formas, creo que Le Pen no tiene posibilidades reales, por fascista. Y a Fillon le han pillado con corruptelas, y eso en Francia se paga. Por mucho que les extrañe a los votantes de corruptos peperos.