Nueva Zelanda también rehabilitará a los condenados durante la penalización de la homosexualidad
La ministra de Justicia de Nueva Zelanda ha presentado un proyecto de ley ante el Parlamento para eliminar las condenas de los acusados por la legislación que, hasta 1986, castigaba la práctica de la homosexualidad. Al resarcimiento se le añadirá una disculpa oficial por el daño causado. El país sigue los pasos de su antigua metrópoli el Reino Unido y de Irlanda, que han adoptado o discuten medidas similares en las últimas semanas.
La concesión de un indulto general a los condenados por homosexualidad en Inglaterra y Gales ha servido de acicate para otros países de la órbita cultural británica. La semana pasada era el Gobierno irlandés el que daba su visto bueno a una iniciativa similar, pero que además contemplaba la petición de disculpas para los afectados. Solo unos días después, la ministra de Justicia de Nueva Zelanda anunciaba ante el Parlamento un proyecto en la mismo dirección.
Amy Adams (en la imagen superior) compareció el pasado jueves para anunciar que los cerca de 200 hombres que sufrieron persecución legal por mantener relaciones consentidas con personas de su mismo sexo serán indultados. El proyecto del Gobierno conservador cuenta con el apoyo de los principales partidos de la oposición, con lo que su aprobación se da por segura. Como en los casos británico e irlandés, solo cubrirá las situaciones que no son constitutivas de delito en la actualidad. Es decir, los contactos consentidos entre mayores de 16 años.
A diferencia de la ley aprobada para Inglaterra y Gales, la iniciativa neozelandesa no contempla un indulto general, sino que será la administración la que decida sobre cada caso concreto. Si la solicitud es aprobada, los antecedentes penales por esta causa se eliminarán. La posibilidad de recibir algún tipo de indemnización económica ha quedado excluida. Contrariamente también al caso británico, el resarcimiento irá acompañado de una disculpa oficial. El indulto solo tendrá carácter póstumo cuando los familiares de alguna de las víctimas de la homofobia de Estado ya fallecidas lo soliciten.
Nueva Zelanda heredó de la época colonial británica la penalización de la entonces llamada sodomía. La legislación fue agravada en 1893, cuando se amplió a todo tipo de contactos entre hombres. En 1968 se discutió la primera propuesta de despenalización de la homosexualidad, que fue rechazada por el Parlamento. Los ciudadanos LGTB neozelandeses tuvieron que esperar hasta 1986 para dejar de ser considerados delincuentes. El texto aprobado entonces fijó la edad de consentimiento para todas las relaciones sexuales legales en los 16 años, a pesar de las reticencias de algunos diputados que pretendían que fuera mayor para las homosexuales.
A partir de entonces, la evolución de los derechos LGTB fue más rápida. En 1993 entraba en vigor la prohibición de la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género. En 2004 se aprobaba una ley de uniones civiles que equiparaba la mayoría de los derechos y obligaciones con los de las parejas casadas. La igualdad en el acceso al matrimonio llegó en 2013, convirtiendo a Nueva Zelanda en el primer país de la región Asia-Pacífico en adoptar esta medida.