Falleció Joseph Nicolosi, señalado adalid de las “terapias reparadoras” de la homosexualidad
El pasado 7 de marzo falleció Joseph Nicolosi, uno de los grandes adalides de las “terapias reparadoras”. No demasiado conocido en España, Nicolosi tenía sin embargo la carta de presentación de ser psicólogo, lo que le permitía dar a sus tesis un aire “científico”. De hecho, fue el fundador de la una asociación de psicólogos defensores de la patologización y de las mencionadas “terapias”.
Una breve nota en su página web y un obituario en Forever Missed anunciaban que Nicolosi falleció el 7 de marzo por complicaciones de una gripe. Entre los mensajes de condolencias, los hay de personas que siguen ejerciendo las “terapias reparadoras”, pese a estar hoy día desacreditadas y considerarse potencialmente peligrosas, así como de antiguos pacientes que aseguran haber sido ayudados por Nicolosi (no así otros que mencionaremos más abajo). Destaca especialmente el mensaje de Richard Cohen, traído a España en varias ocasiones y que recientemente protagonizó una charla por internet organizada por HazteOír, la misma organización que ha fletado el autobús tránsfobo: “Joe abrió el camino a la libertad para quienes experimentaban atracciones por el mismo sexo no deseadas. Abrió un camino donde no había ninguno. Fue un auténtico héroe y valiente guerrero (…) Gracias querido hermano por mostrar el camino y ayudar a liberar a tantos cautivos. Tu legado vive en nuestros corazones”.
En España, el nombre de Nicolosi es menos conocido que otros. Sin embargo, su formación académica le permitía presentarse con unas credenciales profesionales distintas a las que puede presentar, por ejemplo, Richard Cohen. Nicolosi tenía un doctorado en Psicología y era psicólogo clínico. En los primeros años 90, mientras sus colegas de profesión se inclinaban cada vez más hacia la despatologización de la homosexualidad, Nicolosi insistía en que los humanos nacemos heterosexuales, que por naturaleza las personas de distinto sexo están orientadas naturalmente hacia el amor mientras que no era así para las parejas del mismo sexo. Tras esta idea, se encontraba una visión prácticamente medieval de la idea de ley natural, revestida eso sí de terminología psicológica. Para Nicolosi, algunos nos inclinábamos hacia la homosexualidad por un déficit de identificación con el propio sexo. Por ello, decía, si uno quería, podía “reconectar” con esa heterosexualidad original superando primero el “trauma”.
Fundador de la NARTH y con presencia en los medios
Nicolosi fue también el fundador y presidente de una asociación defensora de las “terapias reparadoras”: la NARTH (National Association for the Research and Therapy of Homosexuality), una organización que emite sus propias publicaciones en formato académico, lo que permite su difusión como “respetables” en entornos conservadores. También fundó y dirigió una clínica destinada a tratar la homosexualidad: la Thomas Aquinas Psychology Clinic, que ya ha cesado su actividad (la referencia en el nombre a Santo Tomás de Aquino, el filósofo de la “ley natural” según la escolástica medieval, es significativo). Desde su página web, aún activa, difundía sus planteamientos. Escribió además varios libros, algunos publicados en español y que se pueden adquirir sin problema alguno en La Casa del Libro o en Amazon.
Se trataba, en definitiva, de un destacado defensor de la patologización de la homosexualidad, que acumuló numerosas intervenciones públicas, incluso en medios no afines como la BBC o la CNN. Con esta última cadena, de hecho, tuvo un sonado encontronazo, cuando le preguntaron si seguía defendiendo que un niño con “tendencias artísticas” tenía más probabilidades de ser homosexual; reaccionó airado, se quitó el micrófono y aseguró no haber afirmado nunca tal cosa. Sin embargo, la CNN demostró que sí lo había hecho en un libro. Podéis ver el vídeo a continuación:
Sus víctimas
Con todo, lo más significativo son los testimonios directos o indirectos de algunos antiguos pacientes, como los recogidos por el psiquiatra Jack Drescher. O quizá debiéramos decir, en lugar de pacientes, «victimas», a las que inoculaba la idea de que el cambio dependía de su voluntad. Una idea especialmente nociva: si no había éxito aparente, la autoculpabilización estaba asegurada.
Especialmente desgarrador es el testimonio de un antiguo paciente referido por el columnista religioso Jonathan Merritt. Se trata de un hombre que en su adolescencia fue a “terapia” con Nicolosi y que compareció para contar su experiencia con ocasión de los debates en California para prohibir allí las “terapias reparativas”: “Mis padres descubrieron que era gay cuando era adolescente y de repente el hogar amoroso que conocía comenzó a derrumbarse rápidamente, con mis padres enviándome a ver a Joseph Nicolosi (…), quien les dijo que podía hacerme hetero. En su lugar, mis sesiones semanales con este hombre me introdujeron en un devastador camino de autodestrucción durante más de una década, cuando cada sesión me hundía cada vez más en depresión y me llevó al borde del suicidio”.
Entre las reacciones a la muerte de Nicolosi, destaca la del ya mencionado Jonathan Merritt, comentarista religioso no especialmente progresista (lo que ya señalamos en esta página cuando se le hizo outing hace unos años). En un duro artículo de opinión Merritt asegura, desde su posición de creyente cristiano: “Los cristianos creemos que tras la muerte vamos a un lugar eterno rodeado de nuestros antepasados fieles e inmersos en la presencia de Dios. Imagino que cuando Nicolosi murió (…) y entró en la eternidad, se sorprendió de ver allí también a personas LGTB. Muchas, imagino, entraron prematuramente en ese ámbito eterno a causa de sus mensajes. Ahora tendrá mucho tiempo para pedirles perdón”.
Ante una persona recién fallecida debe mantenerse un elemental respeto y contención. Pero si la persona en cuestión ha sido un peso pesado en algo tan dañino como las “terapias reparadoras”, sería injusto no reseñar su significación. El deseo de Nicolosi, señalado por su viuda, era que estas perdurasen tras su muerte. Esperamos que pronto sean también un mal recuerdo del pasado.
Yo leí mucha literatura «de sexualidad» de esos ministerios evangélicos fraudulentos para «sanar la homosexualidad» y Nicolisi era muy citado, era como el referente del punto de vista científico. Seguramente le ha hecho mucho daño a mucha gente que creía en sus aseveraciones.
DEP. Goian bego.
Lo que me sigue sacando de mis casillas es esta gente que intenta imponerte sus ideas a machamartillo. Si intentas refutarlas o rechazarlas entonces redoblan sus esfuerzos. Jamás me alegraré por la muerte de un ser humano pero hay algunas muertes que tampoco me dan pena. Este hombre sembró demasiado odio y dejó una estela (y escuela) muy dañina y peligrosa…
Que se pudra en el infierno donde reina su falso dios yahvé.