53 detenidos en Nigeria acusados de participar en una «boda gay»
53 personas han sido detenidas en Nigeria, acusados de haber participado en una «boda gay». La mayoría de los detenidos son jóvenes de entre 20 y 30 años, que ya han prestado declaración ante el juez. Se les acusa de conspiración, reunión ilegal y pertenencia a un «grupo antisocial». El juicio está previsto para el próximo 8 de mayo.
La detención tuvo lugar el pasado 15 de abril en un motel del estado de Kaduna, al norte del país, después de que uno de los empleados denunciase que los invitados a una celebración estaban preparando una «boda gay» entre dos de ellos. La pareja que según el informe policial «iba a casarse» consiguió huir, pero 53 de los presentes en la celebración fueron detenidos durante más de 24 horas. Tras prestar declaración ante un tribunal de la localidad de Zaria han quedado en libertad provisional, habiéndose fijado el juicio para el próximo 8 de mayo. Todos ellos han negado las acusaciones. Activistas de derechos humanos que siguen el caso han declarado a la BBC que los detenidos estaban participando en realidad en una fiesta de cumpleaños.
Los acusados se enfrentan a una posible pena de hasta 14 años de cárcel, según establece una ley vigente en Nigeria desde 2014 que hace extensivo el castigo no solo a las personas que mantengan relaciones homosexuales, sino también a todos aquellos que participen en una ceremonia de unión entre dos personas del mismo sexo (forzosamente simbólica, por otra parte) así como la pertenencia a cualquier tipo de asociación u organización de defensa de los derechos LGTB.
Nigeria: violencia social y de Estado
En Nigeria las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel o incluso hasta la muerte por lapidación en los estados del norte en los que además se aplica la sharía o ley islámica (el estado de Kaduna, de hecho, es uno de los que aplican en parte de su territorio). A principios de 2014, además, el presidente Goodluck Jonathan promulgó la mencionada ley, que agrava el tratamiento penal para cualquier actividad relacionada con la realidad LGTB. Desde su entrada en vigor, de hecho, no han cesado de sucederse los actos de barbarie de la población civil contra las personas LGTB de Nigeria, alentados por los líderes políticos y religiosos, que han creado un ambiente de profunda homofobia social. En dosmanzanas hemos informado de algunos de estos terribles hechos, aunque es de suponer que la información de la mayoría de este tipo de actos execrables no alcance a los medios de comunicación occidentales.
Así, por ejemplo, en enero de 2014 una multitud de miles de personas rodeaba un tribunal islámico, donde se juzgaba a once hombres acusados de practicar la homosexualidad, exigiendo su ejecución inmediata. Meses después, cuatro de los detenidos, que confesaron los hechos probablemente bajo tortura, fueron condenados a recibir 15 latigazos y al pago de una multa o un año de prisión. En febrero del mismo año, otra horda enfurecida asaltó los domicilios de doce homosexuales en la capital, Abuja, a quienes terminaron por arrancar de sus casas y golpearles incluso ante las puertas de la comisaría local. En las mismas fechas, en la localidad sureña de Port Harcourt, otros dos homosexuales fueron arrastrados fuera de su hogar y obligados a realizar actos sexuales ante una multitud agresiva.
En enero de 2015, la policía islámica de Kato, una ciudad al norte de Nigeria, comunicaba la detención de doce personas por participar en la celebración de otra supuesta boda entre dos personas del mismo sexo. En marzo de 2016, una turba violenta atacó a 20 jóvenes de quienes sospechaban, por su aspecto afeminado, que eran homosexuales. Todos ellos habían sido arrastrados fuera de sus casas y reunidos para golpearlos sin compasión. La brutal paliza a que les sometieron hizo temer por sus vidas. Ninguna de las víctimas quiso presentar denuncia, por temor a las represalias de sus agresores y por no enfrentarse al estigma de ser considerados homosexuales públicamente. En mayo, seis jóvenes fueron detenidos en Benin City acusados de mantener relaciones sexuales.
En el mes de octubre del mismo año, fue detenido un hombre acusado de mantener relaciones homosexuales, tras negarse a ser víctima de un chantaje. Al parecer, todo fue urdido por una pareja de madre e hijo, que se dedican a extorsionar a homosexuales con la amenaza de denuncia. Tras la negativa, la Policía procedió casi inmediatamente al arresto.
Posteriormente, en diciembre dimos la noticia de que un magistrado del Tribunal de Damaturu, la capital del estado de Yobe, había condenado a cinco hombres a sendos siete años de prisión por haber mantenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.
Actuaciones de este tipo provocaron que el Parlamento Europeo aprobara en marzo de 2014, con el acuerdo de los principales grupos, una resolución de condena a las leyes homófobas de Uganda y Nigeria. El texto de la resolución solicitaba su derogación y proponía que si no había marcha atrás se suspendiese a los dos países del acuerdo de Cotonú sobre intercambio comercial y asistencia entre la Unión Europea y los estados de África, Caribe y Pacífico. Parece haber servido de poco, sin embargo. En enero de este mismo año nos hacíamos eco de un informe de la organización The Initiative for Equal Rights, que denunciaba hasta 152 graves vulneraciones de los derechos humanos de la población LGTB entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016. Evidentemente, se trata de las denuncias que han llegado a conocimiento de las organizaciones de defensa de los derechos humanos. En un país en el que la homosexualidad está fuertemente castigada por el Código Penal y sufre un fortísimo rechazo social, el número real es con seguridad mucho mayor.