Dos jóvenes indonesios son condenados a recibir 100 azotes en público por mantener relaciones homosexuales
Dos jóvenes indonesios han sido condenados a recibir 100 azotes en público por mantener relaciones homosexuales. Ambos residen en la región de Aceh, una de las dos que castigan la homosexualidad en aplicación de la sharia o ley islámica. La denuncia ante la Policía Islámica fue efectuada por sus propios vecinos, que además los grabaron y colaboraron en impedir que huyeran.
La descripción de los hechos la ha efectuado el propio jefe de la Policía islámica de Banda Aceh, la capital de la región, que responde al nombre de Marzuki. Según su versión, el pasado 29 de marzo se presentó una denuncia por parte de los vecinos de un inmueble, que acusaban a una pareja de jóvenes de practicar la homosexualidad. Uno de los residentes grabó en vídeo a los denunciados, para posteriormente compartir las imágenes en las redes sociales.
Según quienes han podido acceder a dichas imágenes, se puede ver a uno de los jóvenes desnudo y angustiado pidiendo ayuda a través del teléfono móvil, mientras que el otro trata de huir y es empujado repetidamente por los vecinos para que permanezca en la casa. Posteriormente llegaron los agentes de policía y procedieron a la detención.
El jefe de Policía asegura que los dos jóvenes, de 23 y 20 años, han confesado ser una pareja homosexual, por lo que han sido condenados a recibir en público 100 azotes propinados con una vara de ratán, en aplicación de lo que dicta la sharia o ley islámica vigente en la región.
Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB
No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, en febrero de 2016 dosmanzanas publicaba un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB.
Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional.
En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015.
Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la Policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.
Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga, abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.
Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es muy alta.
En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.
En noviembre de 2016, se produjo la detención de 13 hombres en Yakarta, acusados de participar en una supuesta “fiesta gay”, a iniciativa de miembros del Frente de Defensores del Islam. A principios de este 2017, el Foro de la Congregación Islámica consiguió que se cancelase un evento cultural en apoyo de la comunidad transexual, y que más de 600 personas transexuales fueran retenidas durante horas.
Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.