Los “Plumas y Látigos” 2017 rinden homenaje a Armand de Fluvià, que advierte del riesgo de la desmemoria
La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) celebró este jueves, en el Palacio de Cibeles (sede del Ayuntamiento de Madrid) la gala de entreba de sus Premios Plumas y Látigos, que este año alcanzaban su XI edición. A lo largo del acto, amenizado con las actuaciones de Barei y La Prohibida, abundaron las referencias al 25º aniversario de la FELGTB, a la celebración este año en Madrid del World Pride y a la necesidad imperiosa de aprobar la ley de igualdad LGTB que esta misma organización ha propuesto. Pero si por algo creemos que destacó el acto fue por el merecido homenaje al histórico activista Armand de Fluvià, fundador del primer colectivo homosexual del estado y presidente de la propia FELGTB entre 1995 y 1997. Sus palabras, por cierto, merecen especial atención.
Los premiados este 2017 fueron:
- Pluma Mediática: la actriz y presentadora Cayetana Guillén Cuervo, «por su compromiso con la defensa de los derechos del colectivo LGTB, así como por su personaje de Irene Larra en la serie de Televisión Española ‘El Ministerio del Tiempo’». «Ningún otro premio me va a hacer la misma ilusión», aseguró la actriz, que arrancó el primer gran aplauso de la noche al recordar a Pedro Zerolo, al que le unía una amistad personal.
- Pluma Musical: la canción ¿A quién le importa?, de Alaska y Dinarama, «por haberse convertido en el himno del colectivo LGTB en España». Recogió el premio la propia Alaska, en su nombre y en el de Nacho Canut y el fallecido Carlos Berlanga. Alaska tuvo un recuerdo especial a los años en los que el Orgullo madrileño terminaba en la Puerta de Sol, cuando el ¿A quién le importa? se convirtió en lo que hoy es y el Orgullo creció y paso de movilizar unos pocos cientos de personas a arrastrar cientos de miles. Un recuerdo que muchos de los que tenemos una cierta edad y ya por entonces vivíamos en Madrid compartimos…
- Pluma Educativa: Josefa Suárez, la «seño Josefa», «por su valentía a la hora de romper barreras dentro y fuera del aula y dar visibilidad a la transexualidad». Suárez, muy aplaudida por el auditorio, recordó la importancia de la visibilidad. En concreto, aludió a aquellas personas trans que después de su proceso de reasignación prefieren invisibilizarse como trans. Algo que ella aseguró que nunca haría, «porque la visibilidad es nuestra principal arma».
- Pluma Literaria: Eduardo Mendicutti, «por su trayectoria y por su compromiso de visibilidad personal y profesional de la diversidad de las personas LGTB». En su discurso, Mendicutti reconoció haber sido un privilegiado, pero recordó que no todas las personas LGTB han podido ni pueden vivir sus vidas como él sí ha podido, y en ese sentido agradeció el papel que el activismo juega en su defensa. «Colaboro siempre que me llaman, pero no he sido nunca militante del colectivo. Sin embargo, siempre estaré agradecido a las personas que sí militan», aseguró.
- Pluma Acción Social: la Coordinadora estatal de VIH y sida (CESIDA), «ser la entidad más representativa del movimiento ciudadano de VIH y sida del Estado Español, así como por tener muy presente la perspectiva LGTB en su labor».
Látigos a la OMS, Rusia y Chechenia
Los dos latigazos de la noche fueron, por un lado, para la Organización Mundial de la Salud, «por mantener la transexualidad en su catálogo de enfermedades mentales, persistiendo en la estigmatización de las personas trans» y por otro a la República de Chechenia y a la Federación Rusa, «por la persecución sistemática hacia las personas LGTB». Latigazos que fueron acompañados de fuertes abucheos por parte del público.
Menciones Especiales
Hubo tres menciones especiales, ambas por partida doble:
- La primera, a la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) y a Plena inclusión, «por su compromiso creciente en incorporar la perspectiva LGTB en su trabajo de intervención y empoderamiento con personas con discapacidad». La Mención Especial a Plena Inclusión fue recogida por un chico gay con síndrome de Down, que se convirtió en uno de los más aplaudidos de la noche.
- La segunda mención fue para dos películas: Rara, de la directora chilena Pepa San Martín, y Moonlight, del director estadounidense Barry Jenkins, ganadora del Óscar a Mejor película este año 2017, «por su tratamiento de la diversidad afectivo-sexual y por la denuncia de las barreras sociales, culturales y políticas que todavía quedan por derrumbar».
Reconocimiento a Armand de Fluvià
Como ya es tradición, la Gala de los Premios Plumas y Látigos tuvo también carácter solidario. De nuevo este año ha existido creado una «Fila cero», gracias a la colaboración y patrocinio de PayPal, cuya recaudación será destinada íntegramente a financiar dos de los proyectos que está llevando a cabo la FELGTB: Red Educa y La Liga Arcoíris, que tienen como objetivos principales luchar contra la discriminación y la LGTBfobia en los ámbitos educativo y deportivo, respectivamente.
Hubo sin duda más detalles (se anunciaron, por ejemplo, los tres dibujos ganadores del concurso infantil «Esta es mi familia») pero el momento culminante de la noche llegó a la hora de homenajear al activismo histórico. Tras un primer reconocimiento a las cuatro entidades más veteranas de la FELGTB (aquellas que son más «viejas» que la propia Federación: COGAM, el colectivo Lambda, No te Prives y Stop Sida) llegó la hora de rendir homenaje al activista catalán Armand de Fluvià, que recibió emocionado la Pluma Activismo.
Fluvià, recordemos, es a sus 85 años la figura más señera del activismo LGTB español. Entre otros innumerables hitos, fue uno de los fundadores, en 1970, del Movimiento Español de Liberación Homosexual, primer colectivo LGTB de España, que en 1972 comenzó a editar AGHOIS, la primera revista de temática LGTB. Todo ello, huelga decirlo, en la clandestinidad. Una organización que años más tarde acabaría dando lugar al Front d’Alliberament Gai de Catalunya. Fue también uno de los primeros presidentes de la FELGTB, allá por los años noventa, cuando esta organización aún se denominaba simplemente «Federación de Gais y Lesbianas».
Un visiblemente emocionado Fluvià, al que todo el auditorio aplaudió puesto en pie, hizo un repaso de todos los logros del movimiento LGTB en estos últimos cincuenta años, desde los tiempos en que «ser maricón era lo peor. El peor pecado, el peor delito (…) Te empujaban a suicidarte» hasta los tiempos actuales, en que gozamos de casi plena igualdad jurídica. Fluvià, con la clarividencia que dan los años, tuvo palabras de advertencia, al asegurar que «queda lo más difícil», en referencia a la lucha contra la homofobia. En este sentido, Fluvià se mostró especialmente preocupado, y de hecho incidió en ello a lo largo de su discurso, por el hecho de los más jóvenes parezcan ignorar nuestra historia y antecedentes y no ser conscientes de todo el sufrimiento acumulado por el colectivo LGTB en décadas pasadas. Un toque de atención que tanto la sociedad como el activismo LGTB no deberían pasar por alto.
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Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
» Suárez, muy aplaudida por el auditorio, recordó la importancia de la visibilidad. En concreto, aludió a aquellas personas trans que después de su proceso de reasignación prefieren invisibilizarse como trans. »
Josefa Suárez es muy valiente, pero también un poco injusta en sus palabras. Ella mejor que nadie debería entender que muchas personas transexuales tienen motivos más que justificables para «hacerse invisibles», como ella dice, después de su proceso de transición.
Cada uno de nosotros deberíamos ser libres para hablar o no de nuestra vida privada, y ambas elecciones son igualmente respetables.
Por otra parte, como hombre transexual y maestro de Primaria me alegro por Josefa Suárez y su reconocimiento. Aunque aún queda un largo camino por recorrer, es un paso más en la «normalización» de la transexualidad dentro de las escuelas.