"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

El obispo de Solsona no solo no se disculpa con los gais (solo con sus padres) sino que reafirma desafiante sus posturas

«El obispo de Solsona pide perdón por ofender a los gais«, «El obispo de Solsona rompe su silencio y pide perdón por ofender a los gais«, «El obispo de Solsona pide disculpas por su glosa acerca de la homosexualidad«, y así muchos otros. Cualquiera que lea estos titulares y no se moleste en ir más allá creerá que en efecto Xavier Novell, obispo de Solsona, ha pedido perdón al colectivo homosexual por su glosa homófoba del pasado 21 de mayo. Lo cierto es que no ha sido así. El obispo Novell, en su escrito de supuesto perdón, se reafirma en sus argumentaciones y simplemente se disculpa frente a los padres de homosexuales que se hayan podido sentir ofendidos. 

En su glosa del pasado 21 de mayo, titulada «Amor que se convierte en fecundo (1)» (una semana después publicó una segunda parte),  el obispo de Solsona comentaba una parte de la exhortación encíclica papal Amoris Laetitia, en concreto la referida a la «fecundidad del amor conyugal». Novell se refería especialmente al punto 175 del texto papal, que insiste en el diferente rol que según la Iglesia católica padres y madres deben jugar:

175. La madre, que ampara al niño con su ternura y su compasión, le ayuda a despertar la confianza, a experimentar que el mundo es un lugar bueno que lo recibe, y esto permite desarrollar una autoestima que favorece la capacidad de intimidad y la empatía. La figura paterna, por otra parte, ayuda a percibir los límites de la realidad, y se caracteriza más por la orientación, por la salida hacia el mundo más amplio y desafiante, por la invitación al esfuerzo y a la lucha. Un padre con una clara y feliz identidad masculina, que a su vez combine en su trato con la mujer el afecto y la protección, es tan necesario como los cuidados maternos. Hay roles y tareas flexibles, que se adaptan a las circunstancias concretas de cada familia, pero la presencia clara y bien definida de las dos figuras, femenina y masculina, crea el ámbito más adecuado para la maduración del niño.Hay roles y tareas flexibles, que se adaptan a las circunstancias concretas de cada familia, pero la presencia clara y bien definida de las dos figuras, femenina y masculina, crea el ámbito más adecuado para la maduración del niño.

Se trata, insistimos, de palabras textuales del papa Francisco, no del obispo de Solsona. Pero Novell parte de estas palabras (ya de por sí muy discutibles, por mucho que sean del mismo papa…) para dar un paso más allá y directamente referirse a la homosexualidad al asegurar: «Yo me pregunto si el fenómeno creciente de la confusión en la orientación sexual de muchos chicos adolescentes no será debida a que ‘En la cultura occidental, la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, desvanecida. Aún la virilidad pareciera cuestionada'». Novell reproduce con esta última frase un fragmento del punto 176 del texto de Francisco.

El texto del obispo de Solsona, que en definitiva relacionaba la homosexual masculina con la ausencia de una figura paterna tradicional, nos retrotraía a argumentos homófobos de épocas pasadas. ¿Cómo no recordar ese mismo argumento en boca de Aquilino Polaino, el «experto» al que el Partido Popular invitó en 2005 a exponer sus argumentos homófobos en la Comisión de Justicia del Senado de España? Las reacciones de condena no se hicieron esperar. Colectivos LGTB convocaron una concentración de protesta el 28 de mayo frente a la iglesia parroquial de Tàrrega, a la que había acudido el obispo, a la que acudieron más de un centenar de personas. Novell salió de la iglesia escoltado por los Mossos d’Esquadra entre los abucheos de los concentrados. El Ayuntamiento de Solsona, por su parte, emitía un comunicado en el que calificaba las declaraciones de Novell de «desafortunadas» y aseguraba que obligarían al Ayuntamiento a replantearse sus relaciones con el obispado. Más rotunda aún era la reacción del Ayuntamiento de Cervera (localidad que pertenecen a la diócesis de Solsona), que declaró al obispo persona non grata.

También la Generalitat ha criticado las palabras del obispo, a través de su directora de Igualdad, Mireia Mata. En respuesta a las demandas del Observatori contra l’Homofòbia de que se le aplicase la ley catalana contra la LGTBfobia, sin embargo, los servicios jurídicos de Asuntos Sociales y Familia no las consideraron motivo suficiente para abrir expediente sancionador. «Son unas expresiones deplorables, que demuestran mucha ignorancia sobre la realidad, pero los servicios jurídicos no han encontrado que sea un hecho sancionable», explicó. «Nos gustaría que recapacitase, porque de la manera en que se expresa no podemos abrirle un expediente sancionador, pero sí reprobarle y rechazar lo que dice. Tiene que reflexionar (…) «No puede ser que un obispo haga sentirse mal a una madre por ser familia monoparental o por tener un hijo homosexual. Eso forma parte de nuestra riqueza y nuestra diversidad. Tendría que recapacitar antes de hablar de la vida de otras personas porque puede causar mucho daño a personas que han perdido a su pareja y sean creyentes. Es una desgracia que les pueda hacer sentir como que dan una mala educación», añadió.

Y llegan las «disculpas»

Son solo algunas de las múltiples reacciones que las palabras de Xavier Novell desencadenaron, hasta el punto de que el obispo de Solsona se ha visto obligado a emitir una «nota aclaratoria» que ha sido presentada por numerosos medios de comunicación como una disculpa. Pues bien, no lo es. Lo primero que Novell hace en su nota es contrastar las críticas recibidas con el apoyo que le han dado «muchos» de sus fieles para mantenerse firme frente a lo que califica abiertamente de «persecución». Posteriormente asegura que no se había pronunciado antes porque no ve «nada que rectificar» en sus palabras. Extraña introducción para una disculpa.

Ya después de aclarar esto, Novell asegura sentir «inquietud de conciencia por si alguien se ha sentido herido o culpabilizado por mis palabras», aunque añade que «algunos» (nótese el contraste con el anterior «muchos») le han insistido en que su silencio era perjudicial para la Iglesia. Por ese motivo, y no por otro, el obispo de Solsona pide disculpas «a los padres y madres que se hayan sentido dolidos». «He recibido llamadas y cartas de algunos de ellos y lamento que se hayan sentido juzgados por mi pregunta. Asimismo he agradecido a aquellos que han entendido de forma correcta que yo no vinculaba ni exclusiva ni directamente la homosexualidad y la ausencia de la figura paterna. No me cuesta reconocer que hubiera sido un acierto añadir lo que el Santo Padre dice en Amoris Laetitia 250: ‘Con los Padres Sinodales, he tomado en consideración la situación de las familias que viven la experiencia de tener en su seno personas con tendencias homosexuales, una experiencia nada fácil ni para los padres ni para sus hijos'», añade. En definitiva, que a quien pide disculpas no es a los homosexuales, sino a los padres y madres de estos que se hayan podido sentir dolidos, y aprovecha además para segur estigmatizando el hecho de tener un hijo homosexual como una experiencia dolorosa.

Novell, que niega rotundamente haber «discriminado a nadie» ni haber lesionado «ningún derecho personal» niega las acusaciones de homofobia, al estar  «absolutamente convencido, como dice la Iglesia, que toda persona es digna de respeto sea cual sea su raza, nacionalidad, religión y tendencia sexual». En este sentido, el obispo de Solsona vuelve a expresar la que es doctrina oficial de la Iglesia católica: que toda persona homosexual debe ser respetada procurando evitar todo signo de «discriminación injusta» (seguimos a la espera de que la Iglesia católica explique el concepto de «discriminación justa»).

Finalmente, Novell se reafirma en sus posiciones de una forma clara: «No es mi intención mantener un conflicto abierto con los partidarios de la ideología de género, pero no estaré de defender el derecho de los pastores de la Iglesia a enseñar la doctrina católica, amparados en la libertad de expresión y la libertad religiosa. Por eso, que nadie dude que continuaré presentando sin miedo la visión cristiana sobre la persona y las consecuencias morales que se derivan», termina.

Será que nuestra comprensión lectora es deficiente, pero bajo ningún punto de vista podemos entender esta nota ni como una rectificación ni como una disculpa ante las personas homosexuales.

 

Comentarios
  1. María Cristina Bertone

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