El Parlamento de Malta aprueba el matrimonio para las parejas del mismo sexo
Otro día histórico para los derechos LGTB. Este 12 de julio, el Parlamento de Malta, en tercera lectura, ha aprobado el matrimonio igualitario por 66 votos a favor contra tan solo 1 en contra. La ley tomará efectos tras la necesaria promulgación por parte de la presidenta Marie-Louise Coleiro Preca. Malta se convierte así en el 15º país europeo y 24º del mundo en establecer la igualdad para las parejas del mismo sexo ante la institución del matrimonio. La pequeña isla mediterránea, de fuerte tradición católica, es a día de hoy uno de los países del mundo con legislación más favorable para el colectivo LGTB.
Como aventurábamos hace unos días, tras Alemania, Malta se ha convertido en el siguiente país europeo en permitir a las parejas del mismo sexo acceder a la institución del matrimonio.
Se trataba de una promesa realizada por el propio primer ministro, el laborista Joseph Muscat, que hace poco más de un mes se comprometía a que la primera ley que se aprobara tras su reelección fuera precisamente la del matrimonio igualitario. A esa promesa se unió también el opositor Partido Nacionalista, que, pocos días después, anunciaba su intención de votar a favor del proyecto de ley, si bien otorgaba a sus diputados la posibilidad del voto en conciencia. El periplo parlamentario del proyecto del ley comenzaba el pasado 24 de junio, con su primera lectura. La segunda lectura comenzó el 26 de junio, día en el que el Partido Democrático anunció también su apoyo al proyecto, y concluyó el pasado 5 de julio. Finalmente, la tercera y definitiva lectura comenzó en el Comité Legislativo y ha puesto su punto final este 12 de julio con la votación parlamentaria.
De los 67 diputados, 66 han votado a favor y tan solo 1 lo ha hecho en contra. Se trata del representante del Partido Nacionalista Edwin Vasallo, que alegó sus convicciones religiosas católicas para el rechazo a la ley, aduciendo que “un político cristiano no puede dejar su conciencia en la puerta”. La ley, sin embargo, no solo ha recibido un abrumador apoyo por parte de las fuerzas políticas, sino que cuenta además con el respaldo de la opinión pública. Una encuesta realizada el pasado año, indicaba que más del 61 % de la población maltesa se mostraba partidaria del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Como ha sucedido en otros países, incluida España, la ley aprobada reforma parcialmente otras muchas, como el propio Código Penal, el Código de Organización y Procedimiento Civil, el Código Civil, la Ley de Interpretación, la Ley de Matrimonio, la Ley de Sindicatos Civiles y otras leyes subsidiarias. En todas ellas, se cambiará cualquier referencia a los términos “marido y mujer” por la neutra “esposos”. Sin embargo, no ha sido necesario legislar sobre la adopción para las parejas del mismo sexo, pues ya fue establecido ese derecho cuando se aprobó la ley de uniones civiles. La reforma también ha traído una consecuencia para las parejas de distinto sexo: a partir de su aprobación, las mujeres no tendrán la obligación de adoptar el apellido del marido cuando contraigan matrimonio, sino que serán ambos miembros de la pareja quienes decidan cuál será su apellido de mutuo acuerdo.
A falta de la firma de la presidenta Marie-Louise Coleiro Preca para su promulgación, tanto las fuerzas políticas intervinientes como las asociaciones de defensa de los derechos civiles se han felicitado por el indudable avance en la igualdad para la sociedad maltesa. El primer ministro Joseph Muscat ha calificado de “histórica” la votación, y ha afirmado que Malta ha alcanzado “un nivel de madurez sin precedentes”. Muscat declaraba con satisfacción que ahora “vivimos en una sociedad donde podemos decir ‘somos iguales’”.
Por su parte, la coordinadora del Movimiento de Derechos Homosexuales de Malta, Gabi Calleja, ha aseverado que la ley colma las aspiraciones que a este respecto tenía la población LGTB maltesa. Según Calleja, muchas parejas del mismo sexo consideran que el matrimonio “es la institución que mejor expresa el compromiso y el amor que se tienen el uno al otro”.
La nota discordante la ha puesto el arzobispo católico Charles Scicluna, quien, durante los días del proceso parlamentario de aprobación de la ley, llegó a proclamar en una homilía algo que debe resultar muy familiar a los lectores de dosmanzanas: “Yo puedo decidir que una algarroba y una naranja ya no tengan que ser llamadas por su nombre. Pero una algarroba sigue siendo una algarroba y una naranja sigue siendo una naranja, y el matrimonio, sea cual sea la ley, sigue siendo la unión eterna y exclusiva entre un hombre y una mujer». Curiosa la obsesión con las frutas de los LGTBfobos.
El viraje inclusivo de Malta
Malta es un país profundamente católico (se aprobó el divorcio en 2011) y, no obstante, en los últimos años se está convirtiendo en un referente de políticas igualitarias, un camino que inició en 2014 con la aprobación de una ley de uniones civiles para las parejas del mismo sexo que incluía la adopción. Así, con la aprobación del matrimonio igualitario este 2017, culmina el proceso de igualdad de derechos para las parejas LGTB.
En abril de 2015, aprobaba una ley de identidad de género que reconocía y amparaba los derechos de las personas transexuales e intersexuales, despatologizando por completo la transexualidad e incluyendo a los menores, convirtiéndose en un referente para la comunidad internacional.
A finales del año pasado, el Parlamento maltés prohibía las llamadas “terapias” reparadoras de la homosexualidad y ampliaba su ley de identidad de género. Con esta legislación, Malta se convertía en el primer estado de Europa en prohibir las dañinas e inútiles “terapias” reparadoras de la homosexualidad o la transexualidad. Asimismo, mejoraba su ya avanzada normativa legal para permitir a las personas transgénero solicitar el cambio en el registro del sexo legal a partir de los 16 años (hasta entonces eran 18) y a la población reclusa servir condena en una prisión acorde a su identidad de género.
No es de extrañar que Malta encabece desde 2016 la clasificación de ILGA-Europa sobre los derechos LGTB en el continente.
El matrimonio igualitario en Europa y el mundo
Con la incorporación de Alemania y Malta, son 15 los países europeos donde existe el matrimonio igualitario (entre paréntesis, la entrada en vigor de la ley):
Holanda (2001), Bélgica (2003), España (2005), Noruega (2009), Suecia (2009), Portugal (2010), Islandia (2010), Dinamarca (2012), Francia (2013), Reino Unido (2014 en Inglaterra, Gales y Escocia, sin que exista legislación igualitaria en Irlanda del Norte), Luxemburgo (2015), Irlanda (2015), Finlandia (2017), Alemania (2017) y Malta (2017).
Dentro de la Unión Europea, el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en 13 de los 28 países que la componen.
En todo el mundo, suman 24 los países donde existe la igualdad para las parejas del mismo sexo, al añadir los siguientes:
Canadá (2005), Sudáfrica (2006), México (en vigor en algunos estados, aunque desde 2010 deben ser reconocidos a nivel nacional), Argentina (2010), Nueva Zelanda (2013), Brasil (2013), Uruguay (2013), Estados Unidos (2015) y Colombia (2016).
¡¡¡Buenísima noticia!!!
Qué sin sentido!…..los adalides de la «diversidad» entusiasmados con el igualitarismo!……
El respeto a la diversidad pasa porque todas esas diversidades tengan el mismo tratamiento y se integren en las mismas instituciones, sin renunciar por ello a su riqueza y especificidad propias
¿Os habéis fijado en el mapa de Europa? Ha quedado dibujada una frontera del matrimonio igualitario que, por desgracia, va a ser muy difícil de traspasar. Quizá Austria o Suiza, pero no sé si en un futuro cercano vamos a poder ver matrimonio igualitario en Italia, Hungría, Polonia, Rusia,… Ojalá me equivoque.
En Austria es cuestión de tiempo. Los austriacos están cada vez más a favor de los derechos LGBTI y cada vez hay más políticos que quieren aprobar el matrimonio igualitario. Con un poco de suerte sale un parlamento de las próximas elecciones (¿en octubre?) que lo apruebe.
Bueno, según mi punto de vista Austria y Suiza deberían ser los próximos en aprobar el matrimonio igualitario. Más a largo plazo podrían ser Italia, Grecia, Chipre, la República Checa, Eslovenia o incluso Estonia. Los demás lo tienen más difícil porque ahí si que hay oposición social a los derechos de las personas LGTBI. Pero la visibilidad de los LGTBI en estos países creo que dará como resultado cambios sustanciales en su opinión pública.
República Checa es otra posibilidad. Es n país con relativamente poca lgtb-fobia. Y donde el peso de la religión es escaso (el 70 por ciento de la población no se reconoce en ninguna religión y en algunas regiones la proporción de no creyentes alcanza el 90 por ciento). Hay ya una campaña en marcha, y sobre todo allí Alemania es una referencia.
Otra es Eslovenia, que también ya lo tuvo pero lo revocó en en referéndum, pero la mayoría a favor se va perfilando.