Trump endurece su agenda anti-LGTB y reaviva el temor a una orden que permita la discriminación laboral argumentando razones religiosas
Gran preocupación entre los colectivos LGTB y de defensa de los derechos civiles estadounidenses ante la posibilidad que Donald Trump dé por fin vía libre a una orden ejecutiva permitiendo la discriminación de los ciudadanos LGTB por razones de «libertad religiosa». Dos recientes decisiones han despertado las alarmas, y no nos referimos al anuncio en Twitter de que a las personas transexuales se les prohibirá servir en el Ejército.
La primera de las señales, la más directa e inquientante, ha sido el hecho de que el Departamento de Justicia se haya personado en un proceso judicial para argumentar, a través de un amicus curiae (figura legal que permite a personas u organizaciones que no son parte en el proceso aportar de forma voluntaria argumentos a favor o en contra para colaborar en su resolución) que la legislación federal contra la discriminación laboral no debe aplicarse a la orientación sexual. La administración Trump ha decidido en este caso personarse en el caso Zarda v. Altitude Express, que dirime una denuncia por discirminación en el caso de Donald Zarda, un instructor de paracaidismo que fue despedido poco después de que su empresa supiese de su orientación sexual.
Se trata, de una larga discusión jurídica, que radica en si el Titulo VII de la Ley de Derechos Civiles, que prohibe la discriminación laboral por motivos de “raza, color, religión, sexo u origen nacional”, impide también la discriminación laboral por razones de orientación sexual. Tradicionalmente, la justicia estadounidense había adoptado en este punto una interpretación “literalista”, según la cual si “orientación sexual” no forma parte de la lista de circunstancias citadas en el texto de ley, no puede considerarse cubierta. Y no hablamos, precisamente, de sentencias antiguas: dos recientes pronunciamientos de las Cortes de Apelaciones del 2º y del 11º Circuito (con sedes en Nueva York y Atlanta) han ido precisamente, en ese sentido. Pero recientemente, por primera vez desde que en 1964 Estados Unidos aprobase su histórica Ley de Derechos Civiles, la Corte de Apelaciones del 7º Circuito (con sede en Chicago y jurisdicción sobre los estados de Illinois, Indiana y Wisconsin), ha considerado que la discriminación laboral por razones de orientación sexual sí queda cubierta por la misma.
Aunque la cuestión tiene altas probabilidades de acabar siendo revisada en el futuro por el Tribunal Supremo, la discusión está sobre la mesa, y el hecho de que el Departamento de Justicia haya decidido personarse en Zarda v. Altitude Express sin ser parte del proceso para apoyar la causa homófoba dice mucho de la dirección que la administración Trump ha escogido. Al frente del Departamento de Justicia, recordemos, está nada más y nada menos que Jeff Sessions, uno de los políticos estadounidenses con un historial más activamente anti-LGTB.
Un político abiertamente anti-LGTB, embajador para la libertad religiosa
Otro de los políticos más abiertamente LGTB de los Estados Unidos es el gobernador de Kansas, el republicano Sam Brownback, que durante sus años de congresista en Washington (primero en la Cámara de Representantes y luego en el Senado) votó siempre en contra de cualquier medida en favor de los derechos LGTBI. En 2003 fue uno de los impulsores de una propuesta de enmienda para prohibir el matrimonio igualitario en la Constitución de los Estados Unidos (que no llegó a materializarse), mientras que en 2015, siendo ya gobernador de Kansas, emitió una orden ejecutiva retirando la protección contra la discriminación a los trabajadores LGTB implementada ocho años antes por Kathleen Sebelius, entonces gobernadora demócrata.
Pues bien, Sam Brownback ha sido nominado por Donald Trump como nuevo embajador del Departamento de Estado para la libertad religiosa, un cargo creado en 1998 y cuya función es la de velar por la «libertad religiosa» en el mundo (aún debe ser ratificado por el Senado, pero nadie espera que en este caso haya sorpresas). Por mucho que su nominación sea vista por muchos como una forma de dar continuidad a la carrera política de Brownback (uno de los gobernadores con menor popularidad del país), el hecho de que una persona con un perfil tan marcadamente LGTBfobo sea considerada la más idónea para este puesto muestra que para la administración Trump «libertad religiosa» y oposición a los derechos LGTB van de la mano.
Rumores de una próxima orden ejecutiva anti-LGTB
Si a estas decisiones unimos el reciente (y sorpresivo) anuncio en Twitter de que las personas transexuales tendrán vetado el acceso al Ejército estadounidense, no es de extrañar que de nuevo se hayan reavivado los rumores de que Donald Trump podría emitir en breve la tan temida orden ejecutiva para revertir, en nombre de la «libertad religiosa», la prohibición decidida por Barack Obama en 2014 de que aquellas empresas y negocios que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal discriminen a sus empleados por razones de orientación sexual o identidad de género.
A finales de enero, de hecho, numerosos medios recogieron la existencia de un borrador en ese sentido, aunque finalmente la Casa Blanca emitió un comunicado desmintiendo que en ese momento estuviese en la agenda de Trump la anulación de la orden de Obama. Semanas después, Donald Trump sí que emitió una orden ejecutiva sobre «libertad religiosa», pero menos polémica de los previsto. Su objetivo no era otro que facilitar a los grupos religiosos intervenir en política sin perder por ello sus ventajes fiscales, pero dejaba fuera los aspectos relacionados con los derechos LGTB. Sin embargo, los recientes acontecimientos y el anuncio por parte de Tony Perkins, presidente del ultraconservador y LGTBfobo Family Research Council, de que Trump podría haber decidido rescatar la orden y firmarla en próximos días ha disparado de nuevo las alarmas. Veremos qué sucede.
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Acerca del Author
Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
En fin, todo esto que está pasando debería hacer reflexionar a aquellos que creyeron en esa falsa dicotomía de que solo se podía elegir entre lo malo, la derecha antiislamista y lo peor, la izquierda proislamista. Al final, como siempre, esa derecha ataca más a los LGBTI, que lo que haya hecho contra los islamistas.
Si por izquierda proislamista te refieres a Clinton, supongo que tu idea de derecha e izquierda se parece a esto:
http://www.eldiario.es/vinetas/izquierda_10_655584437.html ¿no?
Eres otra vez el/la islamófobo que adora a AfD, ¿no?
Tal cual. Decir que Clinton era la izquierda tiene dos opciones: 1) tener una gran ignorancia política o 2) ser de extrema derecha. Daniel, Clinton esta considerada como la derecha de los demócratas. En EEUU la izquierda no tiene representación parlamentaria ya que se dividen la torta entre dos tipos de derecha. El sistema esta diseñado para que la izquierda no pueda acceder al gobierno ni siquiera como minoría.
Clinton es de centro-izquierda aquí y en Lima. Su programa era el más «progressive» presentado en décadas: subidas de impuestos, aumento del gasto, … muy lejos de un programa liberal en lo económico, y estaba bastante influido por Sanders, el socialdemócrata. Y en lo social Clinton era completamente progresista.
A no ser que llamemos izquierda a lo que es extrema izquierda (comunismo).
De verdad nadie entendió el sentido de mi comentario? Creo que votar a la derecha solo por odio a los musulmanes no es solo un mal motivo sino que además esa derecha suele poner más ahínco en luchar contra lo que ellos llaman ideología de género, o sea contra los derechos de la mujer y los LGTBI, que combatir el islamismo con el que al fin de cuentas comparte similar vision respecto a la
ideología de género esa.
Lo de derecha e izquierda es relativo, pero vamos, creo que desde un punto de vista clásico lo que propone Hillary es de derechas, liberal pero de derechas. Estamos tan inmersos en esta sociedad donde la competición, la rivalidad y el egoísmo están tan asentados y tienen tan buena prensa que no nos damos cuenta de la barbaridad que supone tener estos valores como referente. Supongo que al igual que ahora vemos asombrados que clase de sociedad injusta era la del medievo, nuestros descendientes veran horrorizados esta sociedad donde unos viven también a costa del sufrimiento de otros.
No te lo tomes a mal pero esa forma de expresarte en una web en la que te van a leer personas que no te conocen es arriesgada. A mí tu primer comentario me parece islamófobo y partes del segundo me dan mala espina y probablemente tu primer comentario ayuda a ello.
¿Me podrías decir donde ves la isamofóbia? En mi primer comentario me límito a negar ese maniqueísmo que tanto he leído y escuchado de que sólo existen dos opciones una derecha homófoba pero que nos va a salvar de un islamismo más homófobo tadavía y una izquierda proLGBTI pero que apoya a ese islám radical. Yo pienso que la derecha con su hostilidad no solo combate el islám radical sino que crea las condiciones necesarias para que se expanda. Por otra parte creo que la educación y la integración es el mejor método para alejar del extremismo a la gente, y ésto es lo que normalmente propone la izquierda.
Otra cosa puede ser que la empatía que siento por el Islám sea la misma que siento por el resto de religiones, o sea cero. Igual de irracional me parece que te esperen vírgenes al morir como que la Virgen haya ascendido al cielo en carne y hueso, así como si de un cohete se tratase. Creo que con educación de calidad eso se va superando. Creo que en Marruecos los jóvenes que protestan contra la imposición del ramadán organizando meriendas en los parques no deben ser detenidos. Y que estos atropellos no deben ser justificados bajo el pretexto de respetar las costumbres islámicas. Que al final parece que los Derechos Humanos son solo para occidentales. Lo que he dicho en este último párrafo no entra en mi definición de islamófobo, pero cada cual opine lo que quiera. A mí la religión y sus dogmas no me agradan.
A Daniel:
Sólo digo que según como te expresaste puede hacer que la gente te interprete mal. Yo no te conozco. Me hago una idea de como puedes ser leyendo lo que escribes. Ahora que he leído tu tercer comentario, me he vuelto a leer el primer comentario (y también el segundo) y creo que entiendo lo que querías decir desde el principio. No se parece a lo que entendí la primera vez que lo leí. Aunque sigo pensando que la forma en que lo expresaste hace que pueda malinterpretarse fácilmente. (A mí esto también me ha pasado algunas veces con consecuencias parecidas)
Contestando a tu pregunta: Creo que eran varias cosas las que me hicieron pensarlo: la mención a la izquierda en algo relacionado con política norteamericana (¿América e izquierda? Eso no por desgracia no ha ido nunca de la mano). Sólo he oído calificar de izquierda a los demócratas (excepción Sanders. Él sí es de izquierdas) a gente con una ideología que va desde muy de derechas a extrema derecha. Además acompañado de la palabra proislamista y encima en un artículo sobre Trump. Sus seguidores usan también ese tipo de expresiones a menudo por ej cuando alguien carga contra Trump o alguna de sus ideas. De hecho esta parece ser la primera vez que leo que alguien les da un uso diferente.
P.D. A mí tampoco me gustan ni un pelo las religiones, 😉
Hola, perdonad que tercie, porque vuestra discusión es interesante. Como uno de los encargados de revisar los comentarios, solo quería confirmarte, Robert, que lo he comprobado y Daniel no es el troll en el que estabas pensando en tu primer comentario. Ya el resto de la discusión que fluya libremente…
¡Un saludo a los dos!
Después de que escribiera su segundo comentario y no nos llamara homonazis o cualquier cosa de ese estilo ya me había parecido que no debía de ser aquel troll. De todas formas gracias por la información. Así queda confirmado, 😛
La policía de Texas se une contra la ley tránsfoba de los lavabos
/ Los jefes de policía de las tres ciudades más grandes del estado de Texas se posicionan en contra de la ley tránsfoba que el gobernador, el republicano Greg Abbott, quiere aprobar.
Los datos demuestran que no hay ni un solo caso de agresión sexual en un baño perpetrada por una mujer trans contra una mujer cis.
/ http://www.cristianosgays.com/2017/08/03/la-policia-de-texas-se-une-contra-la-ley-transfoba-de-los-lavabos/
https://www.gaystarnews.com/article/texas-law-enforcement-takes-opposition-stance-state-bathroom-bill/#gs.4oIChq0
56 generales y almirantes retirados del ejército han defendido la presencia de personas trans entre el personal militar.
http://estoybailando.com/la-comunidad-trans-y-militar-sale-en-tromba-contra-donald-trump/