"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Miembros de la jerarquía católica camerunesa insinúan que «sacerdotes homosexuales» son los culpables de la muerte de un obispo

Que la situación de las personas LGTB en África no es buena es bien conocido. Que las iglesias cristianas en general juegan un papel negativo también. Aún así, siguen llegando noticias que logran sorprendernos. Como lo sucedido en Camerún, donde un obispo ha muerto en extrañas circunstancias, y sin tener prueba alguna desde los púlpitos otro obispo ha culpado a los sacerdotes homosexuales.

El 2 de junio de este año, el obispo católico de Bafia (Camerún), Jean-Marie Benoît Bala, era encontrado muerto en las aguas del río Sanaga, dos días después de su desaparición. El cuerpo se encontraba a varios kilómetros de su coche, que había sido aparcado en un puente con una nota que decía “estoy en el agua”. Tras una investigación, los funcionarios del gobierno y expertos forenses llegaron a la conclusión de que el obispo había muerto ahogado y que muy probablemente se había quitado la vida.

Una conclusión, la del suicidio, que no gustó a otros miembros de la jerarquía católica camerunesa, según los cuales el cuerpo mostraba signos de violencia que probarían que el obispo habría sido asesinado. Y es en este contexto ha hecho su aparición la homofobia. El administrador apostólico de la diócesis y amigo personal de Bala, Joseph Akonga Essomba, llegó a afirmar en la homilía de una misa funeral en memoria del obispo asesinado que su muerte se debía a que había plantado cara a los homosexuales en la Iglesia. Es más, no dudó en insinuar que entre los sacerdotes presentes los había que eran homosexuales. “Vergüenza para todos aquellos sacerdotes que vienen aquí haciendo como que sienten nuestro dolor. Esas son las personas que mataron a nuestro obispo, porque dijo ‘no’ a la homosexualidad perpetrada por esos sacerdotes”, aseguró durante la misa, celebrada dos meses después del hallazgo del cadáver del obispo.

La dura realidad camerunesa para las personas LGTB

Lo cierto es que hasta la fecha no ha sido presentada ninguna prueba de que el obispo Bala haya sido asesinado por una «conspiración homosexual». Todo apunta más bien a que la muerte del obispo estaría siendo aprovechada para generar más odio hacia las personas homosexuales en un país en el que ya su situación es más que complicada, como ya en 2012 certificó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En Camerún, las relaciones homosexuales están penadas con hasta cinco años de cárcel, aunque en teoría solo se puede detener a una persona si se la encuentra en situación de “flagrante delito”. Desgraciadamente son cada vez más los casos en los que la Policía ignora este requerimiento. Y hace ahora cuatro años las autoridades del país rehusaron seguir las recomendaciones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas de despenalizar la homosexualidad y actuar contra la violencia homofóbica.

En dosmanzanas, de hecho, hemos recogido numerosos episodios de detenciones a lo largo de estos años. En febrero de 2012, de al menos tres mujeres lesbianas. Poco antes, en enero de 2012, eran cuatro hombres los detenidos. En noviembre de 2011 tres hombres fueron condenados a prisión acusados de mantener relaciones homosexuales en un coche (una de las «pruebas» que el juez tuvo en cuenta fue que los acusados habían estado bebiendo Baileys, una bebida poco masculina. Por fortuna este caso fue luego reconsiderado). En octubre de 2011 se condenó a tres años de cárcel a Jean-Claude Roger Mbédé por declararse a otro hombre por SMS, pena que fue confirmada en diciembre de 2012. Lamentablemente, en enero de 2014 Jean-Claude fallecía, abandonado por su familia, por las complicaciones derivadas del maltrato sufrido.

En abril de 2011 se detuvo a otros tres jóvenes acusados de homosexualidad. En marzo de 2011 un nuevo detenido fue condenado a 36 meses de cárcel, motivo por el cual Amnistía Internacional llevó a cabo una acción. En octubre de 2010 dos jóvenes sufrían una detención y un trato degradante por parte de la Policía. En mayo de 2010 dos detenidos fueron luego condenados a cinco meses de cárcel. En marzo de 2010 otra detención se mezcló con un intento de extorsión por parte de la Policía a un ciudadano australiano. En diciembre de 2009 un joven fue finalmente liberado tras permanecer varios días en prisión en condiciones miserables.

En julio de 2013, se conoció la sentencia a prisión de dos hombres detenidos dos años antes por mantener relaciones homosexuales. También en 2013, fue sentenciado a nueve años de cárcel Cornelius Fonya, acusado de mantener relaciones con un joven de 19 años, en un juicio plagado de irregularidades. Su abogado, Walter Atoh, se vio obligado a huir del país tras ser amenazado de muerte. Más recientemente, en junio de 2014, se dio a conocer la historia de una pareja homosexual que también tuvo que escapar de su localidad tras ser atacada por sus vecinos y detenida por la policía.

A finales de 2015, Joshua Mbarga, un activista LGTB, sufrió la invasión de su hogar por unos delincuentes que intentaron matarle tras robarle con total impunidad. Alertada por los vecinos, la Policía intervino hasta que los asaltantes decidieron acusar a Mbarga de pretender mantener relaciones sexuales con uno de ellos. En ese momento la víctima se convirtió en objeto de investigación. En octubre de este 2016, tuvo lugar una redada masiva en un local de ambiente LGTB de Yaoundé, con un fuerte dispositivo policial que detuvo a todos los clientes y trabajadores presentes en el local.

Uno de los sucesos más terribles tuvo lugar en julio de 2013, cuando fue brutalmente torturado y asesinado en su domicilio el activista LGTB Eric Ohena Lembembe, conocido por su labor en apoyo a los enfermos de sida y por sus continuas denuncias de las leyes homófobas del gobierno de Camerún y su pasividad ante la violencia desatada contra la población LGTB.

Además de todos estos episodios de homofobia, en dosmanzanas también nos hemos hecho eco de la serie de vídeos “Homosexuales en Camerún: gentes como tú y yo”, breves reportajes que recogen testimonios de personas LGTB perseguidas en el país africano.

En este contexto, acusaciones sin pruebas como las lanzadas por Akonga son especialmente graves, al estigmatizar más aún a unas personas ya sujetas al odio. Acusaciones, por cierto, ante las que el Vaticano aún no se ha pronunciado, a pesar de que nada tienen que ver con la doctrina católica y atacan claramente la dignidad de las personas.

Comentarios
  1. Robert

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