Un joven de 22 años, asesinado en Florida por defender a su primo de un acosador homófobo
Juan Cruz tenía 22 años, y hace ahora una semana se encontraba de celebración junto a su primo, Pedro Cruz (de 36 años y abiertamente gay) y otros dos amigos en Las Flores, un restaurante salvadoreño de Lake Worth (en el condado de Palm Beach, Florida). A la salida del restaurante, Cruz recibió un disparo de Nelson Hernández Mena, de 48 años, después de reprocharle a este sus comentarios homófobos acerca de su primo y amigos. Cruz falleció al instante.
A Juan Cruz, nacido en El Salvador y emigrado a Estados Unidos a los siete años de edad, comenzaba a sonreírle la vida. Había conseguido trabajo estable y un abogado para tramitar su solicitud de residir legalmente en los Estados Unidos a través del programa «DACA», específico para inmigrantes que llegaron a suelo estadounidense siendo niños. Sin embargo, el defender a los suyos del odio homófobo le costó la vida.
Aunque será la justicia la que determine con exactitud lo que pasó, todo apunta a que ya dentro del local se produjo cierta tensión entre el grupo de Cruz y el Hernández Mena, de origen hondureño, que se encontraba también junto a varios amigos. Pedro Cruz, primo de la víctima y abiertamente gay, asegura haber recibido miradas hostiles de alguno de ellos, a las que inicialmente no dio demasiada importancia. Según se ha publicado, además, uno de los amigos de Cruz llegó a pedirle un número de teléfono a otro hombre, conocido del asesino. «En Orlando te habrían matado por eso», alguien habría comentado en el grupo de amigos de la víctima. «¿Por qué dices eso?», le habría respondido Pedro Cruz.
Pese a la tensión, nada parecía presagiar la tragedia que estaba a punto de producirse, cuando ya fuera del local Nelson Hernández Mena, que hasta el momento había permanecido callado, se dirigió a Pedro Cruz y le dijo «En mi país, los mato a todos [los homosexuales] como ratas», «¿Qué te pasa? Estamos en un país libre», terció entonces Juan Cruz. Hernández Mena sacó en ese momento sacó una pistola que llevaba oculta e hizo varios disparos, la mayoría al suelo, pero una de las balas alcanzó a Juan Cruz en la cabeza. Según ha asegurado su primo (aunque es imposible saberlo a cierta cierta) la bala iba dirigida contra él, pero Juan lo habría empujado, salvando su vida pero recibiendo él mismo el disparo. Un tercer joven resultó herido en un tobillo por otra de las balas.
Parece claro es que Juan Cruz murió por reprocharle al asesino sus comentarios homófobos contra su primo Pedro Cruz y sus amigos. Nada de extrañar, ya que según los testimonios de amigos y familiares, Juan siempre fue uno de los mayores apoyos para su primo, que creció en El Salvador y que a lo largo de su vida ha sufrido numerosos episodios de acoso homófobo. Las autoridades todavía no han decidido, sin embargo, si abordarán el asesinato de Juan Cruz como un delito de odio. Nelson Hernández Mena se defiende argumentando que estaba ebrio y que si sacó su arma es porque se sintió atacado, pero que no tenía intención de matar a nadie.
La historia de Juan Cruz ha causado un hondo pesar en la comunidad LGTB e hispana de Florida, especialmente castigada en estos últimos tiempos, y los gestos de solidaridad no se han hecho esperar. Una campaña abierta en GoFundMe por su hermana para recaudar los 12.000 dólares que cuesta su funeral (no olvidemos que se trata de una familia humilde) está de hecho cercana a alcanzar su objetivo.
Descansa en paz, Juan.