El cardenal Robert Sarah critica al jesuita James Martin por sus tesis en favor del acercamiento a las personas LGTB… y James Martin le responde
El acercamiento entre la comunidad católica y la comunidad LGTB propugnado por el sacerdote jesuita James Martin, al que ya hemos hecho referencia en dosmanzanas, continúa suscitando apoyos, pero también importantes resistencias. Destaca muy especialmente la posición del cardenal Robert Sarah, un peso pesado del Vaticano (es el actual prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos), quien ha dado el paso poco común de escribir un artículo de opinión sobre el tema en The Wall Street Journal. Resulta también reseñable el hecho de que James Martin no haya dudado en responder públicamente al cardenal.
Hace pocos meses James Martin publicó un libro titulado Construyendo un puente, de que nos hicimos eco en esta página. En él llamaba al acercamiento entre la Iglesia católica y la comunidad LGTB, muy especialmente las personas LGTB católicas. Lo hacía moviéndose en un terreno «fronterizo», sin cuestionar la doctrina pero centrándose en la idea de acoger con respeto, compasión y sensibilidad. Proponía, en suma, que la comunidad católica general se acercara a las personas LGTB sin insistir en las tesis condenatorias que ya conocen y que —como dato de realidad para Martin incontrovertible— son ampliamente rechazadas por los LGTB católicos, como señalaba en un vídeo hecho público en julio.
El libro contó, además, con importantes apoyos, incluidos miembros relevantes de la jerarquía eclesiástica. Así, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del dicasterio Laicos, Familia y Vida, afirmaba que es “un libro bienvenido y muy necesario que ayudará a obispos, sacerdotes, colaboradores pastorales, y a todos los líderes eclesiales a ejercer un ministerio más compasivo a la comunidad LGTB. Ayudará también a los católicos LGTB a sentirse más en casa en la que, a fin de cuentas, es su iglesia”. El cardenal Joseph Tobin, hasta hace poco arzobispo de Indianápolis y ahora arzobispo de Newark, decía por su parte que “en demasiadas partes de nuestra iglesia, las personas LGTB se les ha hecho sentir que no son bienvenidas, se les ha hecho sentir excluidas e incluso avergonzadas. El libro valiente, profético e inspirador de James Martin marca un paso esencial en la invitación a los líderes eclesiales a ejercer su ministerio con mayor compasión y al recordar a los católicos LGTB que son tan parte de nuestra iglesia como cualquier otro católico”.
Sin embargo, como era de esperar, el libro ha traído consigo también controversia desde los sectores conservadores de la Iglesia católica. En este contexto encontramos al cardenal Robert Sarah, bien conocido en esta página por sus declaraciones sobre la “ideología de género” y que muchos sitúan entre los críticos al papa Francisco dentro de la jerarquía. Sarah ha dedicado a Martin todo un articulo de opinión en The Wall Street Journal (podéis acceder al texto completo aquí). En él reitera el argumentario clásico de los entornos conservadores: todo acercamiento a las personas LGTB debe hacerse desde «la verdad”, esto es, desde la afirmación clara de la doctrina actual y el recordatorio de lo inadmisible de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Supuesto esto, el apoyo de la iglesia deberá consistir en acompañarles mientras luchan contra sus supuestas tendencias. Cita en apoyo suyo el testimonio de un hombre gay que acepta los postulados de su iglesia y busca vivir en castidad.
La respuesta de James Martin
Resulta ciertamente inusual que todo un cardenal critique públicamente a quien no es más que un sacerdote, aunque sea de la talla de James Martin. Sin embargo, más significativo aún es que el jesuita haya respondido también públicamente al cardenal.
En primer lugar, James Martin reconoce que el artículo del cardenal incluye ya un avance, al utilizar el acrónimo LGBT y no expresiones como “atracción por el mismo sexo”. Con ello, paradójicamente, sigue la recomendación del propio Martin, quien señala en su libro que el acercamiento a las personas LGTB debe hacerse utilizando la terminología que ellas mismas emplean, más que otras venidas de fuera, pues las personas tienen derecho a nombrarse a sí mismas como ellas consideren oportuno. Además, Martin añade que el texto de Sarah “pierde de vista algunos puntos importantes”, especialmente que no reconoce “el inmenso sufrimiento que los LGBT católicos han sentido de manos de su iglesia”. Asimismo, insta al cardenal a que se pregunte por qué la doctrina eclesiástica ha sido tan ampliamente rechazada por las personas LGTB católicas y sus familias. «La única manera en que la iglesia podrá responder esta pregunta es escuchándolos, lo que es parte del construir puentes al que llamo con mi libro”, afirma el jesuita.
Este intercambio, por lo demás, es una muestra más de las diferentes tendencias que dentro la Iglesia católica se vienen manifestando acerca de la realidad LGTB desde el inicio del pontificado de Francisco. Por un lado, quienes como James Martin o incluso algunos obispos buscan dar pasos hacia una mayor inclusión, y por otro los sectores conservadores que quieren que todo siga como está. El tiempo dirá cuál prevalece.
El libro es muy iluminador. Cardenal Sarah, relájese. Les recomiendo «Acariciar las Heridas» que habla sobre la Carmelita Mónica Astorga Cremona, que desde su Monasterio ayuda a transexuales a salir de la prostitución y acercarse a la Iglesia Católica. Gracias por el artículo.