El Tribunal Supremo australiano da vía libre a la consulta postal sobre el matrimonio igualitario
Habrá consulta sobre el matrimonio igualitario en Australia y será por correo postal. El “plan B”, promovido por los liberal-conservadores del primer ministro Malcolm Turnbull tras la derrota de su propuesta de referéndum, superó el pasado jueves su última barrera judicial en el Tribunal Supremo. El proceso participativo, que será voluntario y no vinculante, comenzará la próxima semana y se extenderá hasta noviembre. Los resultados se anunciarán el día 15 de ese mes. La campaña del “sí” teme una escasa movilización de los jóvenes, el colectivo más favorable a la igualdad LGTB.
Turnbull ha conseguido imponer su criterio, aunque sea parcialmente. Entre el 12 de septiembre y el 7 de noviembre tendrá lugar en Australia una consulta postal voluntaria y no vinculante sobre el matrimonio igualitario. Se trata de la respuesta del primer ministro al segundo fracaso parlamentario de la propuesta de referéndum que pretendía organizar el Gobierno. Poco después del anuncio del voto postal, se presentaron dos recursos ante el Tribunal Supremo para paralizar un trámite innecesario y divisivo para la sociedad, convocado además al margen del Parlamento. Finalmente, el Tribunal Supremo ha desestimado los recursos, otorgando vía libre a la consulta. La formulación de la pregunta será la siguiente:
“¿Debería cambiarse la ley para permitir casarse a las parejas del mismo sexo?”
El proceso todavía presenta interrogantes. El principal, cómo administrar un voto mayoritariamente negativo, si se diera el caso. Turnbull solo se ha comprometido a facilitar una votación parlamentaria en caso de victoria del “sí”. Otra incógnita es el nivel de participación. La consulta es diferente a otros procesos electorales en Australia, en los que el voto es generalmente obligatorio. En este caso, para poder recibir la documentación que se empezará a enviar el próximo martes es necesario haberse inscrito en un censo que se cerró el pasado 24 de agosto.
Los activistas LGTB temen que una escasa participación, especialmente entre la población joven y más favorable al “sí”, llegue a decantar la balanza a favor de los homófobos. Por ello se van a volcar en las primeras semanas de la consulta, cuando esperan que se recojan hasta el 80% de los votos. La campaña de los contrarios a la igualdad, por el contrario, ha revelado su eslogan “está bien decir que no” (“it’s OK to say no”) con la que esperan, además de influir en el voto de sus adeptos, animar subrepticiamente a la abstención.
Otro de los motivos de preocupación es la difusión de mensajes de odio por parte de sectores LGTBfobos. En dosmanzanas ya hemos recogido algunos ejemplos, como la campaña promovida por una web de carácter neonazi que desplegó pósteres en el centro de Melbourne con el titular “Parad a los maricones” acusando a las familias homoparentales de abusar masivamente de sus hijos. De igual modo, en Sídney se repartieron panfletos en inglés y chino en los que tachan a la homosexualidad de “maldición mortal” y advertían sobre “falsas mujeres transexuales” en los baños públicos. Homofobia y transfobia de trazo grueso que se beneficia de la impunidad que se deriva del hecho de que la consulta no esté sometida a las reglas de un referéndum normal y de la que, desgraciadamente, cabe esperar más ejemplos conforme avance su desarrollo.
El obispo australiano Bill Wright califica de “anomalía” que no se reconozca legalmente a las parejas homosexuales:
Vincent Long, el obispo de Parramatta, no es el único de los prelados australianos que piena que un católico puede votar en conciencia por el matrimonio gay. El obispo de Maitland-Newscastle, Bill Wright, también sostiene que “hace más para la paz y armonía comunales que las parejas gay tengan un lugar en las estructuras reconocidas que lo hace que se las excluye”.
Wright arranca su tribuna en el portal mnnews.today reconociendo que el impulso para el reconocimiento del matrimonio homosexual “parece surgir del deseo de parejas gay de tener una ceremonia reconocida de forma oficial que formalice su compromiso, y luego de otorgársela a su relación un reconocimiento legal y social”. Deseos que al obispo le parecen legítimos, dado que “en una sociedad donde las relaciones gay son legales y las parejas gay pueden adoptar y criar a niños, es una anomalía legal que su relación en sí misma no tenga un estatus legal claro”.
Si bien es cierto que, actualmente, la Iglesia no puede reconocer como un “matrimonio” sin más a una unión entre personas del mismo sexo, sí la puede reconocer como un “matrimonio de acuerdo con la ley australiana”, afirma Wright. De la misma forma y en las mismas condiciones en las que ya reconoce, de hecho, a todo un abanico de matrimonios de iure, como las segundas nupcias de personas divorciadas o los casamientos de personas sin intención de tener hijos. Matrimonios todos que la Iglesia sí reconoce como válidos, según el obispo de Maitland-Newcastle, “no porque cuadren con la doctrina de la Iglesia o un ideal moral“, sino en función de la ley del país, en cuanto “buena norma práctica para las personas viviendo en esta sociedad en este momento”.
http://www.cristianosgays.com/2017/09/22/el-obispo-australiano-bill-wright-califica-de-anomalia-que-no-se-reconozca-legalmente-a-las-parejas-homosexuales/