Un adolescente trans de 15 años se suicida en el Reino Unido tras la negativa de su colegio a reconocer su identidad de género masculina
Triste noticia la que nos llega desde Wycombe (en el sur de Inglaterra): un joven trans de apenas 15 años se ha quitado la vida después de que su colegio se negara a dirigirse a él por su auténtica identidad de género masculina. Leo Etherington contaba con el apoyo incondicional de su padre (su madre falleció hace 4 años) e incluso de sus amigos y compañeros. Sin embargo, el profesorado del centro en el que estudiaba Leo seguía tratándole en femenino; un extremo que le irritaba y angustiaba. La dirección de la escuela secundaria ha lamentado su muerte y se ha referido a Leo como “Louise / Leo / Alex”. Martin Etherington, padre de Leo, ha declarado que «la escuela le dijo que tenía que tener 16 años para cambiar su nombre. [Leo] Dijo que estaba enojado con la escuela” por este motivo.
Leo Etherington era huérfano de madre (que no logró superar un cáncer de mama) desde 2013, cuando él tenía 11 años. Martin Etherington, su padre, le había venido apoyando y también estaba respaldado por sus amigos del colegio. No obstante, la política del centro de enseñanza secundaria de Wycombe, que al parecer no permite el cambio de nombre hasta que el alumno cumpla 16 años, le tenía profundamente frustrado. Aunque los hechos se remontan al pasado mes de mayo, el caso ha saltado a la luz pública ahora. Las primeras investigaciones apuntan a que Leo salió del armario como gay en 2013, pero no fue hasta 2016 que le dijo a su padre que era un chico trans.
El joven, en un principio, decidió cambiar su antiguo nombre femenino (“Louise”) por el de “Álex”, aunque al ser plenamente consciente de su identidad de género masculina lo consideró demasiado neutro y asumió el de “Leo”. Así, por el nombre que él mismo escogió, era llamado por sus seres queridos. En cambio, el profesorado del instituto, a instancias de la propia dirección, no modificó el tratamiento femenino, pese a sus deseos e insistencia. De hecho, incluso después de su suicidio, el centro no se ha referido a la víctima como “Leo” exclusivamente, sino como “Louise / Leo / Alex”, si bien ha manifestado, a través de un portavoz, que lamentan lo sucedido.
Alison McCormick, asistente del forense, registró el jueves un veredicto de suicidio en la corte del forense de Beaconsfield, diciéndole a Martin Etherington lo siguiente: «usted y Leo tuvieron una relación muy amorosa y de apoyo y proporcionó todo el respaldo que él podría haber esperado. Sé que esto debe ser muy duro, pero espero que pueda tomar algo de consuelo de eso».
El caso del suicidio de Leo demuestra, una vez más, que la falta de políticas y de respuestas para los menores trans puede provocar en ellos daños irreparables. Razón por la que acciones que promueven el odio tránsfobo y la discriminación en este colectivo (sirvan de ejemplo las campañas de HazteOír) son terriblemente nocivas y deberían impedirse, puesto que la supuesta “libertad de expresión” en la que se amparan colisiona con el derecho superior de los menores.
Cuánta insensibilidad y falta de empatía. Lo del triple nombre ha sido vergonzoso.