Cobran fuerza los temores de que Zelimkhan Bakaev, joven cantante checheno, haya sido asesinado tras ser detenido por «sospecha de homosexualidad»
Máxima preocupación por la vida de Zelimkhan Bakaev, cantante checheno de 26 años cuya desaparición han denunciado familiares y amigos y que según asegura la organización Russian LGBT Network habría sido capturado durante las recientes redadas contra la población homosexual en ese país, torturado y asesinado. Aunque las autoridades de Grozni alegan que Bakaev está fuera del país e incluso han dado difusión a un vídeo en el que un joven que se le parece mucho asegura estar en Alemania, se teme lo peor.
Bakaev, que residía en Moscú, viajó a su Chechenia natal en agosto para asistir a la boda de una hermana. Pocas horas después de pisar el país desapareció. El 8 de agosto fue visto por última vez, aunque su familia no denunció su desaparición a la policía chechena hasta el 17 de agosto. Tampoco constaba actividad en sus redes sociales. Su cuenta de Instagram, de hecho, había desaparecido misteriosamente. Su cuenta de Twitter aún permanece abierta, aunque el cantante era poco activo en esta red social y su último tuit se remonta al 21 de abril. Su madre y su tía sí que llegaron a recibir un mensaje de WhatsApp procedente de su teléfono pocos días después de la desaparición, asegurando que estaba bien y que tenía que viajar al extranjero. No recibió ningún mensaje más y su teléfono no ha vuelto a dar señales de estar encendido. Su entorno cree, de hecho, que el mensaje lo escribió otra persona, y no concede verosimilitud a la idea de que Bakaev quisiese viajar al extranjero, ya que sus esfuerzos se centraban en la actualidad en desarrollar una carrera musical en Moscú, donde se había trasladado a vivir.
Las primeras semanas tras su desaparición han estado sembradas de absoluta confusión. Fuentes anónimas aseguraban que Bakaev se encontraba retenido en un centro de detención para homosexuales. El hecho de que Bakaev sea un personaje conocido en su país llevó incluso a un ministro del Gobierno checheno a desmentir que hubiese sido detenido. Para añadir aún más desconcierto, en septiembre aparecía colgado en YouTube un vídeo, rápidamente difundido por la televisión pública chechena, en la que un joven que ciertamente guarda gran parecido físico con Bakaev aseguraba encontrarse en Alemania, un país mucho más agradable para vivir que Grozni o Moscú, dos lugares «llenos de gilipollas». Un vídeo que el entorno del cantante cree que es falso y que de hecho parece rodado en la propia Chechenia (entre otras razones, por aparecer sobre una mesa una bebida energética de marca rusa que no se comercializa en Alemania).
Semanas después de que el sospechoso vídeo fuese hecho público, y sin que familia y amigos hayan vuelto a recibir mensaje alguno de Bakaev, desde Russian LGBT Network, organización que ha denunciado la persecución de personas LGTB en Chechenia y que ha organizado una red de ayuda a las que han conseguido escapar de las redadas (permitiendo, por ejemplo, la huida de varias decenas de ellas a Canadá) aseguran tener confirmación de que en efecto Zelimkhan Bakaev fue detenido tras pisar suelo checheno por «sospecha de homosexualidad». Otra segunda fuente cercana a activistas LGTB locales habría confirmado a NewNowNext, un medio LGTB estadounidense, que Bakaev habría fallecido tras ser torturado pocas horas después de su detención.
Motivos para la preocupación
La persecución a homosexuales en Chechenia, república que forma parte de la Federación Rusa, salto a los medios internacionales a principios de abril gracias al diario ruso Novaya Gazeta, y pese a las negativas tanto de las autoridades chechenas como de las rusas, así como de los esfuerzos de los defensores de Vladimir Putin por presentarla como una campaña de intoxicación, informes posteriores de organizaciones de derechos humanos la han confirmado. El propio presidente checheno, Ramzán Kadýrov, aunque sin admitir de forma explícita la persecución, ha dedicado frases insultantes a los homosexuales y ha reconocido estar dispuesto a perdonar los asesinatos de estos que sus propias familias cometan para limpiar su honor.
Hay motivos, por tanto, para estar seriamente preocupado por la vida de Zelimkhan Bakaev. Nosotros seremos, de hecho, los primeros que nos alegraríamos de saber que en esta ocasión la propaganda chechena tenía razón y que el joven se encuentra sano y salvo fuera de Chechenia. Nos tememos sin embargo lo peor.
¡Ah, Chechenia! Fascismo russian-style y religión islámica. Un cóctel explosivo.