El presidente de Kosovo respalda con su presencia el Orgullo LGTB de Pristina
Bajo el lema «En el nombre del amor», las calles de Pristina (capital de Kosovo) fueron testigos el pasado martes de una significativa manifestación del Orgullo LGTB. Unas 300 personas recorrieron los 500 metros que separaban el punto de inicio del final del recorrido, donde se celebró además un concierto. Cabe destacar que el presidente del país, Hashim Thaçi, se acercó unos minutos al evento como una forma de apoyar a los convocantes, que en días anteriores habían recibido amenazas.
Aunque numerosos medios recogen la de este martes como «la primera manifestación del Orgullo» de la historia de Kosovo, lo cierto es que fue el año pasado, coincidiendo con el Día Internacional contra la LGTBfobia, cuando tuvo lugar la que puede considerarse primera manifestación de este tipo. También entonces, de hecho, el presidente Thaçi hizo acto de presencia. Y es que en Kosovo, a diferencia de lo sucedido en otros países de su entorno, las estructuras oficiales, deseosas de contar con reconocimiento internacional y de homologarse con otros países europeos, han colaborado con el activismo LGTB. Cabe recordar, en este punto, que Kosovo se independizó de Serbia en 2008 y aún hay numerosos países que no la reconocen como república independiente (por ejemplo España, que se ha negado a reconocerla para que su caso no sirva de precedente a eventuales procesos de independencia en Euskadi o Cataluña).
Kosovo ocupa el lugar 27 (de un total de 49 países) en la clasificación de ILGA Europa sobre la situación de los derechos LGTB en el continente europeo. Dada su realidad social, es un puesto mejor que el que muchos esperarían. Y es que por ejemplo la Constitución de Kosovo, aprobada pocos meses después de la independencia, prohíbe la discriminación por orientación sexual en su artículo 24, algo que pocas constituciones del mundo incluyen de forma expresa. Existen además leyes que prohíben tanto la discriminación por orientación sexual como por identidad de género en el empleo y en la provisión de bienes y servicios. Sin embargo, pese al reconocimiento de ciertos derechos básicos (que le permiten situarse por delante de muchos otros países europeos en los que la situación jurídica es peor) no existe reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo ni de los derechos de parentalidad. Tampoco existe un procedimiento legal que permita la modificación registral del sexo de las personas trans.
En cualquier caso, la lucha de los colectivos convocantes de la manifestación se centra ahora en combatir la fuerte LGTBfobia social y reducir la violencia contra la población LGTB, que obliga a buena parte de esta a permanecer en el armario. Y es que aunque Kosovo escape de los últimos puestos de la clasificación de ILGA Europa no significa, por desgracia, que la situación social no sea tremendamente complicada. Conviene tener en cuenta que esta clasificación tiene en cuenta las medidas políticas implementadas (en materia de igualdad y no discriminación, derecho de familia, crímenes y discursos de odio, reconocimiento legal de la identidad de género, libertades de reunión, asociación y expresión y asilo), pero no la aceptación social. De hecho, no han faltado las amenazas en días previos tanto a los organizadores de la marcha como a los que asistieran a ella, de las que medios locales habían sido advertidos a través de correos electrónicos anónimos. Ello no impidió que la manifestación, rodeada de importantes aunque discretas medidas de seguridad, tuviese lugar sin que se registraran protestas de grupos homófobos y con la asistencia además de activistas LGTB de países vecinos, como Albania, Serbia, Macedonia o Bosnia-Herzegovina.
Especialmente significativa resultó la presencia del presidente Hashim Thaçi al inicio de la marcha. Thaçi, que permaneció allí unos minutos aunque luego no participó en el recorrido de la manifestación, aseguró a los medios presentes que la República de Kosovo se basa en los principios de igualdad y libertad. «En Kosovo no permitiremos que nadie imponga el miedo o las amenazas contra ningún individuo o grupo», declaró. No estuvo presente el primer ministro, Ramush Haradinaj, que sin embargo sí había participado en el acto inaugural de la semana del Orgullo, que tuvo lugar el 6 de octubre. También pudo verse entre los participantes al embajador estadounidense, Greg Delawie, un diplomático de carrera que ya ocupaba dicha posición con la administración Obama.
Kosovo tiene una población de alrededor de 200.000 habitantes, la mayoría de etnia albanesa y población musulmana. Serbios y bosniacos constituyen las dos minorías étnicas principales, aunque la población serbia ha disminuido drásticamente en los últimos años.
Os dejamos con un vídeo de Radio Free Europe con imágenes de la manifestación:
Menudo orgullo con la asistencia del presidente de «Kosovo» un hombre que esta relacionado con el tráfico de órganos, tráfico de drogas, tráfico de personas, de armas, etc. vamos una delincuente catalogado como jefe de una mafia por el Consejo de Europa por cierto presidente de un país que para rematar no existe para la mayoría de países del mundo.
No se nada del presidente de Kosovo, pero al país la mayoría de los miembros de la ONU ya lo reconoce. 111 lo hacen, 82 no.