La asamblea del Consejo de Europa pide poner fin a los tratamientos de asignación a menores intersexuales hasta que decidan por sí mismos
Importante resolución de la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa, aprobada el pasado 12 de octubre, en materia de derechos de las personas intersexuales. En su resolución, se hace un llamamiento a los estados miembros del Consejo de Europa a que garanticen su integridad física, prohibiendo cualquier intervención de «normalización» o asignación hasta que la persona tenga capacidad de decidir por sí misma.
Las personas intersexuales son aquellas que, por razones diversas, nacen con caracteres sexuales ambiguos o que no encajan con la noción binaria tradicional. Tradicionalmente han sido sometidas a operaciones quirúrgicas y tratamientos médicos desde su más tierna infancia para “eliminar la ambigüedad” y atribuirles un sexo u otro sin tener en cuenta su voluntad, pudiendo darse el caso de que cuando la persona crecía no había correspondencia entre su identidad de género y el sexo que se les había asignado por decisión médica. Son personas, de hecho, que pueden tener diferentes identidades y expresiones de género (masculina, femenina, persona no binaria, etc.) al margen de su genitalidad.
La intersexualidad y la irracionalidad de los procedimientos de asignación es cada vez más conocida, y poco a poco las personas intersexuales empiezan a ver reconocido su derecho a ser ellas las que decidan sobre su propio cuerpo de acuerdo a su identidad sentida. A nivel internacional, por ejemplo, Malta aprobó en 2015 un muy avanzada ley de identidad de género que prohibía taxativamente cualquier procedimiento quirúrgico innecesario en las características sexuales de una persona sin su consentimiento, siendo el primer país del mundo en promulgar una disposición de este tipo. Portugal tiene previsto aprobar una norma similar. Y el pasado diciembre el Parlamento Europeo aprobaba un informe sobre derechos fundamentales en el que literalmente condenaba “las prácticas médicas que violan los derechos fundamentales de las personas transgénero e intersexuales”. Pero la resolución ahora aprobada por la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa es mucho más explícita y desarrollada (no conviene confundir, por cierto, el Consejo de Europa con la Unión Europea: el Consejo de Europa es un organismo supranacional que agrupa a prácticamente todos los estados del continente, incluyendo por ejemplo a Rusia, a Turquía y a los países del Cáucaso).
La resolución, que puedes descargar aquí, se refiere en su integridad a las personas intersexuales, recomendando a los estados que impidan cualquier tipo de tratamiento que tenga como fin la asignación de la persona a un sexo u otro, salvo circunstancias que comprometan la vida, hasta que tengan capacidad de decidir por sí mismas. La resolución reconoce que de acuerdo a la evidencia científica disponible no pueden defenderse este tipo de tratamientos, que además pueden poner en peligro la propia salud de los bebés, y que el secretismo y la vergüenza de muchas de estas personas cuando se hacen mayores impiden de hecho conocer el alcance de los daños.
El texto de la resolución, además, recomienda medidas para combatir la discriminación de las personas intersexuales y alude a la conveniencia de que los estados consideren la posibilidad de ofrecer compensaciones a las víctimas de este tipo de intervenciones. También se refiere a la necesidad de que tengan acceso al reconocimiento de la identidad de género con la que se sientan conformes, incluyendo opciones para las personas intersexuales que no se identifican ni como hombres ni como mujeres. En este sentido, y sin duda podemos considerarla una recomendación muy a tener en cuenta, la resolución recomienda a los estados que consideren la posibilidad de que la mención al sexo en los certificados de nacimiento (en incluso en otros documentos de identidad) sea opcional. En España, por ejemplo, no es posible inscribir a un recién nacido sin atribuirle sexo masculino o femenino, lo que añade una gran presión a sus familias y puede derivar en efectos muy indeseables para la persona si cuando crece su identidad no se corresponde con el sexo que se le asignó. Algo que por ejemplo modificó en su momento Alemania, que sí permite inscribir a los recién nacidos sin atribuirles sexo.
En definitiva, una resolución muy positiva, basada en un informe del diputado belga Piet De Bruin (representante del partido nacionalista flamenco N-VA) abiertamente gay y muy activo en materia LGTB. De hecho, desde el pasado junio es el relator de la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa sobre derechos LGTB por decisión de su comité de igualdad y no discriminación. Es, además, fruto de la colaboración con entidades que representan a las personas intersexuales. Ojalá todos los estados europeos la implementaran de inmediato, aunque por desgracia este tipo de resoluciones no son vinculantes. En cualquier caso, supone un paso adelante muy importante en un tema del que muy poco se habla.