La Comunión anglicana sanciona a la iglesia episcopaliana de Escocia por su aceptación del matrimonio igualitario
La Iglesia episcopaliana de Escocia será sancionada por la Comunión anglicana, a la que pertenece, como consecuencia de su decisión de aprobar el matrimonio igualitario e incluirlo en su canon. Se aplica así con los escoceses la misma medida que en 2016 con la Iglesia episcopaliana de Estados Unidos. Estas medidas afectan a la posibilidad de que estas iglesias participen en los órganos de la Comunión anglicana que reúnen a las diferentes iglesias regionales, sin menoscabo de su autonomía interna; por ello, en el ámbito interno de estas iglesias el matrimonio igualitario tendrá plena vigencia.
El primado de la Iglesia de Inglaterra y lider simbólico de la Comunión anglicana, el arzobispo de Canterbury Justin Welby, ha anunciado sanciones contra la Iglesia episcopaliana de Escocia debido a su aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo. Según él mismo ha indicado, la decisión se ha tomado en el contexto del encuentro de primados de las diferentes iglesias anglicanas que tuvo lugar la pasada semana.
El argumento aducido es que, con su decisión, la rama escocesa de los anglicanos se habría apartado de la enseñanza tradicional de esa confesión. Además, según Welby, la decisión escocesa habría causado profundo malestar en otras iglesias: “había muchas expresiones de decepción y sentimientos intensos en muchas provincias”. Conviene tener en cuenta que la Comunión anglicana está fuertemente dividida en su actitud hacia la realidad LGTB. Mientras que en Estados Unidos, Canadá o Escocia dominan las actitudes inclusivas, la mayor parte de las iglesias africanas (quizá con la excepción de Sudáfrica) y otros lugares del mundo son fuertemente homófobas. La Iglesia de Inglaterra, por su parte, aunque tiende más bien a alinearse con las provincias inclusivas, pero no ha dado los pasos de estas ni por lo que se refiere al nombramiento de obispos abiertamente LGTB ni al matrimonio igualitario.
Se prevé que las sanciones sean las mismas que ya se aplicaron a la iglesia episcopaliana de Estados Unidos en enero de 2016. Estas incluyeron la exclusión de los órganos comunes a las provincias anglicanas y por tanto de papeles representativos más allá de la iglesia regional. En este sentido, Welby ha sido claro en que las medidas se aplicarán progresivamente y que él se implicará personalmente en que se lleven a efecto.
La Comunión anglicana: dividida en cuanto a la realidad LGTB.
Como informamos en su momento, la decisión de la iglesia escocesa de aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo se tomó por amplia mayoría en el Sínodo de junio pasado. Fue aprobada por mayoría de las tres cámaras del Sínodo: la de los obispos (4 votos a 1, un 80% a favor), la de los clérigos (42 votos a 20, un 67,7% a favor) y la de los laicos (50 votos a 12, un 80,6% a favor). De esta forma, la regulación del matrimonio en el seno de la Iglesia episcopaliana de Escocia dejó de considerar el matrimonio solo como la unión de un hombre y una mujer para incluir un reconocimiento expreso de que el matrimonio puede ser entendido de formas diversas. Eso sí, ningún sacerdote de la Iglesia episcopaliana está obligado a celebrar bodas entre personas del mismo sexo si no lo desea.
Por lo demás, la aceptación de la homosexualidad supone un tema de profunda división en esta confesión religiosa. Del lado favorable a la inclusión, está en primer lugar la Iglesia episcopaliana de Estados Unidos, pionera en esta área como ya lo fue en otras como la ordenación de mujeres sacerdotes y obispas. Ya en 2003 eligió al primer obispo abiertamente gay, Gene Robinson. Y en 2010 fue la primera en romper con la moratoria autoimpuesta durante varios años por la Comunión anglicana tras el nombramiento de Robinson y comenzar a ordenar de nuevo obispos y obispas abiertamente homosexuales. En 2012 aprobaba también la ordenación de personas transexuales. También fue la primera iglesia anglicana en celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo.
Un avance al que hace algo más de un año se sumaba también la Iglesia anglicana de Canadá, que pocos meses después elegía obispo a Kevin Robertson, abiertamente gay y padre, junto a su pareja, de dos hijos (Roberston se convertía así en el primer miembro de una familia homoparental en ostentar esta dignidad en una iglesia de la Comunión anglicana).
En el otro extremo, sin embargo, se sitúan las iglesias anglicanas africanas, algunas de ellas virulentamente homófobas. Una situación inestable que en los últimos años ha colocado al anglicanismo al borde de un cisma que sin embargo no acaba de producirse. En este contexto, las sanciones a Estados Unidos y ahora Escocia se inscriben en los gestos con los que el primado Justin Welby busca evitar que la Comunión anglicana se divida, mientras que las iglesias de Norteamérica o Escocia ponen por delante lo que para ellas viene exigido como plena inclusión y no discriminación de su membresía LGTB.