«Estos son los amigos de los gais», «maricón», «está llegando un osito a la cárcel»… El conflicto catalán desata preocupantes episodios de homofobia

Que la profunda crisis política que viven Cataluña y España está dando alas a la extrema derecha no es ningún secreto, por más que muchos algunos se empeñen en minimizarlo. Que ello conlleve un rebrote de odio homófobo no debería extrañar. Tres ejemplos llamativos en solo unos pocos días bastan para ilustrar una realidad que, al margen de lo que cada uno piense sobre cuál es la mejor forma de encauzar el conflicto, debería servir de toque de atención.

El primer momento que recogemos tuvo lugar en la tarde-noche del pasado 27 de octubre (el mismo día en el que los diputados independentistas del Parlamento catalán aprobaban una declaración unilateral de independencia y el Gobierno español, tras el visto bueno del Senado, hacía efectivo el artículo 155 de la Constitución que permite la suspensión del autogobierno de una comunidad autónoma). Varias decenas de ultraderechistas, la mayoría de ellos jóvenes y agitando banderas españolas, se concentraron frente a la sede de Catalunya Ràdio, en Barcelona, cuyos trabajadores permanecían acantonados en su interior con las puertas cerradas. «Estos son los amigos de los gais», fue uno de los gritos amenazantes con los que algunos de los jóvenes intentaron asaltar al edificio, como bien captaron algunas cámaras:

Manifestació violenta davant de Catalunya Ràdio. Han trencat vidres i no es pot sortir de l’emissora #DefensemCatRàdio pic.twitter.com/nkTWuKRJP4

— Saül Gordillo (@saulgordillo) 27 de octubre de 2017

El segundo de los episodios se produjo este jueves, 2 de noviembre, cuando varios de los consejeros del Gobierno catalán y su vicepresidente Oriol Junqueras (ya destituidos en aplicación del artículo 155) acudían a Madrid a declarar en la Audiencia Nacional, imputados por un presunto delito de rebelión. Uno de ellos era Santi Vila, político abiertamente gay del que ya hemos hablado en otras ocasiones. Varios manifestantes, portando también banderas españolas, le gritaron «maricón», entre otras expresiones denigrantes:

Insultos de «maricón» a Santi Vila, que llega sólo a la Audiencia Nacional pic.twitter.com/2v36EujNYj

— El Plural (@El_Plural) 2 de noviembre de 2017

El tercero de los incidentes se producía también este jueves, ya cuando los miembros del destituido Gobierno catalán salían de la Audiencia Nacional en furgones policiales con destino a las cárceles en las que iban a ingresar en prisión preventiva. En una conversación entre varios de los policías allí apostados se hacen referencias homófobas a Oriol Junqueras: «Al osito ya verás cómo lo van a poner. Está llegando un osito a la cárcel. Hasta que lo pongan a cuatro patas. Le arreglan el ojo [en referencia al estrabismo de Junqueras]«.

La conversación era captada por una cámara y difundida por La Vanguardia:

Tres policías se mofan de los exconsellers en la puerta de la Audiencia Nacional: “Está llegando un osito a la cárcel” pic.twitter.com/lx5KsQbs25

— La Vanguardia (@LaVanguardia) 3 de noviembre de 2017

Los habrá que argumenten que se trata de una conversación privada y que pueden bromear con lo que quieran. Nosotros creemos que debe tomarse muy en serio el hecho de que agentes de la ley hagan entre ellos comentarios homófobos en los que se banaliza además algo tan grave como una violación en prisión.

Según ha informado en Twitter la propia Policía Nacional, «la Dirección General de la Policía ya ha abierto una información reservada por estos hechos».

Denuncias de los observatorios contra la homofobia

Tanto los insultos homófobos contra Santi Vila como la conversación entre los polícias han sido denunciados por el colectivo Arcópoli (que gestiona el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia) y por el Observatori contra l’Homofòbia de Cataluña, respectivamente.

Según un comunicado hecho público por Arcópoli, este colectivo ha presentado un escrito a la Fiscalía de Delitos de Odio de la Comunidad de Madrid en relación a la agresión verbal a Santi Vila. «Este tipo de insulto se ha realizado específicamente contra este político y no contra ningún otro que acudió a declarar precisamente porque es bien sabida su orientación sexual, que él mismo hizo pública», argumenta Arcópoli. «No es la primera vez que se han producido este tipo de incidentes. Hace unas semanas también presentamos con la colaboración del Observatori contra l’Homofòbia (OCH) de Catalunya una denuncia ante la fiscalía por los insultos homófobos que también sufrió el futbolista catalán Gerard Piqué en su entrenamiento en la ciudad deportiva de Las Rozas. Además se han percibido otros incidentes homófobos relacionados con el conflicto con Cataluña en varias ciudades madrileñas. Hemos establecido cauces de colaboración directa con el OCH para evaluar este tipo de incidentes. En momentos de polarización política y social como los que estamos viviendo, al final los más perjudicados somos los colectivos más vulnerables y en este caso, se está utilizando la orientación sexual como ataque», añade el texto.

«Utilizar la orientación sexual como un insulto es ilegal en la Comunidad de Madrid y esperamos que sean sancionadas estas personas, que visiblemente han ido a atacar a una persona por ser gay. Desgraciadamente esta profunda polarización política que sufrimos estos días nos perjudica como colectivo», ha declarado Yago Blando, coordinador del Observatorio Madrileño.

Por lo que se refiere a la conversación entre los policías, el Observatori contra l’Homofòbia ha pedido ya al área LGTBI de la Generalitat “la actuación inmediata ante este posible y grave caso de homofobia al amparo del artículo 11 de la Ley 11/2014 y del protocolo del deber de intervención». Según expresa su presidente, Eugeni Rodríguez, «la situación política no debe servir nunca de excusa para que los mensajes de odio LGTBI-fóbicos afloren y queden impunes”. Desde el Observatori expresan además su apoyo a la iniciativa de Arcópoli en el caso de los insultos a Santi Vila.

La extrema derecha, envalentonada

Dosmanzanas es una página LGTB, con seguidores de diferentes sensibilidades políticas ante el conflicto catalán. Los tendremos que consideren muy grave el desafío independentista a la legalidad constitucional y que defiendan que todas las reivindicaciones políticas se deben encauzar según las reglas que la Constitución marca. Una parte de ellos defenderán que es posible reformar la Constitución para encontrar un encaje diferente de Cataluña en el Estado español, mientras que otros considerarán que esta reforma es innecesaria. Los tendremos también que consideren que la legalidad constitucional, unida al juego de mayorías imperante en en el Estado, hacen de facto imposible que Cataluña pueda ejercer nunca un derecho a constituirse como estado independiente que ellos estiman legítimo, por lo que defienden que este se ejerza al margen de la legalidad imperante. Los habrá que consideren que la salida pasa por acordar de alguna forma la organización de un referéndum con reglas pactadas por ambas partes. Y los habrá (posiblemente muchos de los que nos siguen desde fuera de España) a los que este tema les resulte indiferente.

En dosmanzanas no nos hemos posicionado a favor de ninguna postura: no porque los que aquí escribimos no tengamos nuestras propias opiniones, sino porque no creemos que eso sea lo que nuestros seguidores demandan de nosotros como página LGTB. Pero lo que no podemos pasar por alto es el hecho de que, como bien señala en Twitter el sociólogo Jorge Galindo, en la respuesta al independentismo catalán la extrema derecha ha encontrado una «ventana de oportunidad única». Ventana de oportunidad que de tener éxito supondrá sin duda una marcha atrás en los derechos del colectivo LGTB. Los rebrotes de homofobia que hoy señalamos son solo una señal. Mirar hacia otro lado, minimizarlos o incluso «blanquear» a la extrema derecha cuando circunstancialmente se pone de tu lado solo nos puede traer males. En este sentido, son las fuerzas políticas, medios de comunicación y personalidades que apoyan las acciones del Gobierno español, y especialmente el propio Gobierno, los que deben hacer el mayor esfuerzo. Y en este momento no apreciamos que todos ellos lo estén haciendo con la suficiente rotundidad.