Tres jóvenes cameruneses han sido detenidos por homosexualidad, tras caer en una trampa tendida por miembros del ejército
Tres homosexuales cameruneses han sido detenidos, tras caer en una trampa tendida por miembros del ejército. Tan solo han sido puestos en libertad tras la intervención de un abogado, aunque dos de ellos, al parecer, deberán someterse a un juicio militar. Estos dos últimos, durante su detención, fueron sometidos a exámenes anales y sus posesiones les fueron arrebatadas por sus interrogadores.
Según denuncia la página Erasing 76 crimes, el pasado 17 de diciembre fueron detenidos tres hombres en la localidad de Ebolowa, situada al sur de la capital, Yaoundé. Era de noche y los tres amigos, entre los que se contaba a un conocido líder de los derechos humanos de Camerún y un seminarista, se encontraban tomando copas en un local, cuando se les acercó otro joven vestido de civil. El desconocido intercambió guiños con uno de los tres, a quien poco después invitó a ir a un lugar más íntimo. Advertido por sus amigos de la peligrosidad de irse con un desconocido, finalmente decidió que todos ellos fueran a su propio domicilio.
Los cuatro subieron al coche de uno de los amigos para llegar a su destino, pero, una vez dentro, el desconocido se identificó como militar, y les ordenó que se dirigieran a un cuartel del SEMIL (la policía militar). Allí se les interrogó sobre prácticas homosexuales, tras informarles de que el soldado que les había detenido estaba en una misión especial, debida a los informes de actividad homosexual en Ebolowa.
Un influyente clérigo de la localidad fue informado de la detención del seminarista, e hizo gestiones para que fuese liberado. Así ocurrió casi de inmediato, mientras los otros dos amigos permanecían detenidos.
Los militares encargados de su interrogatorio llamaron a un médico, quien los sometió a la infame prueba del examen anal, algo considerado como una forma de tortura por las asociaciones de defensa de los derechos humanos. También investigaron sus teléfonos móviles, donde encontraron fotografías y conversaciones que estimaron como prueba de su homosexualidad. Antes de conducirles a su domicilio, ya de madrugada, registraron el resto de sus pertenencias y les arrebataron el dinero que encontraron.
Pero, al día siguiente, se presentaron de nuevo en su casa, y procedieron a detenerlos otra vez y conducirlos al cuartel del SEMIL. Allí les informaron que estaban acusados de intentar mantener relaciones homosexuales con un soldado, un delito que sería juzgado por un tribunal militar. Ambos permanecieron retenidos hasta que el grupo de defensa de los derechos humanos Unity, conocedor ya de la detención, contactó con abogado, que logró que fueran liberados bajo fianza, aunque el caso aún queda pendiente para ser juzgado.
Parece inconcebible que, entre las misiones del ejército de un país, se incluya la caza y captura de homosexuales, igual de inconcebible que la intervención de un tribunal militar. Sin embargo, nada parece extraño si se tiene en cuenta la situación de las personas LGTB en Camerún.
La dura realidad camerunesa para las personas LGTB
A finales de 2012, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresaba su preocupación por la situación de las personas LGTB en Camerún, realmente complicada. Y es que cada poco tiempo se producen noticias de detenciones, algunas de las cuales hemos recogido a lo largo de los últimos años.
En febrero de 2012 informamos de la detención de al menos tres mujeres lesbianas. Poco antes, en enero de 2012, eran cuatro hombres los detenidos. En noviembre de 2011 tres hombres fueron condenados a cinco años de cárcel acusados de mantener relaciones homosexuales en un coche (una de las pruebas que el juez tuvo en cuenta fue que los acusados hubieran estado bebiendo Baileys, un licor considerado típicamente femenino. Por fortuna este caso fue luego reconsiderado). En octubre de 2011 se condenó a tres años de cárcel a Jean-Claude Roger Mbédé por declararse a otro hombre por SMS, pena que fue confirmada en diciembre de 2012. Lamentablemente, en enero de 2014 Jean-Claude fallecía, abandonado por su familia, por las complicaciones derivadas del maltrato sufrido.
En abril de 2011 se detuvo a otros tres jóvenes acusados de homosexualidad. En marzo de 2011 un nuevo detenido fue condenado a 36 meses de cárcel, motivo por el cual Amnistía Internacional llevó a cabo una acción. En octubre de 2010 dos jóvenes sufrían una detención y un trato degradante por parte de la Policía. En mayo de 2010 dos detenidos fueron luego condenados a cinco meses de cárcel. En marzo de 2010 otra detención se mezcló con un intento de extorsión por parte de la Policía a un ciudadano australiano. En diciembre de 2009 un joven fue finalmente liberado tras permanecer varios días en prisión en condiciones miserables.
En julio de 2013, se conoció la sentencia a prisión de dos hombres detenidos dos años antes por mantener relaciones homosexuales. También en 2013, fue sentenciado a nueve años de cárcel Cornelius Fonya, acusado de mantener relaciones con un joven de 19 años, en un juicio plagado de irregularidades. Su abogado, Walter Atoh, ha debido huir del país tras ser amenazado de muerte, mientras se dilucida la apelación. Más recientemente, en junio de 2014, se dio a conocer la historia de una pareja homosexual que se vio obligada a huir de su localidad tras ser ataca por sus vecinos y detenida por la policía.
A finales de 2015, Joshua Mbarga, un activista LGTB, sufrió la invasión de su hogar por unos delincuentes que intentaron matarle tras robarle con total impunidad. Alertada por los vecinos, la Policía intervino hasta que los asaltantes decidieron acusar a Mbarga de pretender mantener relaciones sexuales con uno de ellos. En ese momento la víctima se convirtió en objeto de investigación. En octubre de 2016, tuvo lugar una redada masiva en un local de ambiente LGTB de Yaoundé, con un fuerte dispositivo policial que detuvo a todos los clientes y trabajadores presentes en el local. En diciembre del mismo año, fueron detenidos otros doce hombres por posesión de lubricantes y preservativos, algo considerado por las autoridades como prueba de comportamiento homosexual.
Uno de los sucesos más terribles tuvo lugar en julio de 2013, cuando fue brutalmente torturado y asesinado en su domicilio el activista LGTB Eric Ohena Lembembe, conocido por su labor en apoyo a los enfermos de sida y por sus continuas denuncias de las leyes homófobas del gobierno de Camerún y su pasividad ante la violencia desatada contra la población LGTB.
Además de todos estos episodios de LGTBfobia, en dosmanzanas también nos hemos hecho eco de la serie de vídeos “Homosexuales en Camerún: gentes como tú y yo”, breves reportajes que recogen testimonios de personas LGTB perseguidas por su orientación sexual en el país africano.
En Camerún, las relaciones homosexuales están penadas con hasta cinco años de cárcel, pero según la activista LGTB Alice Nkom solo se puede detener a una persona si se la encuentra en situación de “flagrante delito”. Desgraciadamente, tal y como corrobora Human Rights Watch, son cada vez más los casos en los que la Policía ignora este requerimiento. Hace ahora dos años las autoridades políticas de Camerún rehusaron de hecho seguir las recomendaciones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas de despenalizar la homosexualidad y actuar contra la violencia homofóbica.