Ante el bloqueo en Irlanda del Norte, los laboristas piden que se reconozcan los matrimonios del mismo sexo celebrados en el resto del Reino Unido
Un año después de las últimas elecciones, unionistas y republicanos han fracasado en sus negociaciones para formar Gobierno en Irlanda del Norte. Una de las consecuencias de la parálisis política es que la región sigue siendo la única del Reino Unido en la que las parejas del mismo sexo no pueden contraer matrimonio. El DUP y el Sinn Féin llegaron a acercar posturas para el desbloqueo legislativo de la medida, pero la ruptura de las conversaciones ha dado al traste con esta posibilidad. Ante la incierta situación, un diputado laborista en Westminster ha elevado una propuesta para que las autoridades norirlandesas, al menos, reconozcan los matrimonios de las parejas casadas en el resto del país.
El miércoles pasado fracasaba el último esfuerzo negociador para formar un Gobierno de poder compartido entre unionistas y republicanos. Unas conversaciones en las que se había discutido sobre la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo. Irlanda del Norte, recordemos, es el único territorio constituyente del Reino Unido sin igualdad matrimonial. El Partido Democrático del Ulster (DUP) es ferozmente contrario a la medida, pero se habría comprometido con el Sinn Féin a renunciar al procedimiento de la petition of concern. Esta cláusula exige que las propuestas legislativas obtengan una mayoría por separado de ambos bandos (unionista y nacionalista) y el DUP la ha usado para vetar las proposiciones de ley de matrimonio igualitario presentadas en la Asamblea de Irlanda del Norte.
Si bien los unionistas del DUP perdieron su capacidad de veto en solitario en las pasadas elecciones, la situación política actual sigue siendo la de un Gobierno autónomo sin constituir después de un año, debido a la falta de acuerdos. El último fracaso negociador abre un periodo incierto en el que un Gobierno directo desde Londres no es descartable. Ante esta situación, que puede prolongarse durante meses, el diputado laborista Ged Killen ha enviado un escrito a la secretaria de Estado para Irlanda del Norte en el que solicita la puesta en marcha de una solución de transición.
Se trataría de una enmienda a la ley que abrió el matrimonio en Inglaterra y Gales para que los enlaces celebrados en estas jurisdicciones o en Escocia sean también reconocidos en Irlanda del Norte. No se acabaría así con la discriminación de las parejas norirlandesas en el acceso al matrimonio, pero se les daría un arreglo provisional mientras se aclara la situación política. En la actualidad, los enlaces legalmente contraídos en otros lugares son tratados como uniones civiles en Irlanda del Norte.
Con el panorama actual, también queda en el limbo la propuesta de tres antiguos miembros de la Asamblea de Irlanda del Norte, todos ellos perteneciente a partidos unionistas, para someter a referéndum el derecho al matrimonio de las parejas del mismo sexo. La dificultad de la proposición estriba en que ninguno de ellos ha formado parte del DUP, el principal partido unionista en la actualidad. La situación de la Administración, gestionada por funcionarios sin que se hayan aprobado los pertinentes presupuestos, y que está próxima a alcanzar un punto crítico en cuanto a las finanzas públicas, tampoco parece que sea el escenario más optimista para la convocatoria de cualquier referéndum. Habrá que seguir pendientes de la vía legislativa, sea desde Belfast o desde Londres, toda vez que la judicial quedó cerrada tras el rechazo por parte del Alto Tribunal de Belfast a las demandas de tres parejas del mismo sexo.