Denuncian una agresión lesbófoba en Logroño
Agresión de carácter lesbófobo en Logroño. Una de las agredidad es Déborah Pimentel, presidenta del colectivo Marea Arcoíris. El hecho ha tenido lugar pocos días después de que otro joven denunciase haber sido víctima, también en la capital riojana, de una agresión homófoba.
Lo denunciaba el pasado martes la propia Pimentel en Facebook. La pareja paseaba por la Gran Vía de Logroño. En un momento determinado la presidenta de Marea Arcoíris y su novia se dieron un beso, gesto de afecto al que un individuo «de complexión fuerte» reaccionó insultándolas y «metiéndole» el puño en la cara. «Si hubiera contestado a tal agresión me hubiera incluso metido en un lío», afirmaba la joven. «Esto es un claro ejemplo del odio y discriminacion que hay sembrados… y aún tengo que seguir oyendo que qué mas queremos conseguir (…) Poder ir tranquila por la calle, ¿les parece poco?», añadía, asegurando encontrarse todavía «en shock».
Se da la circunstancia de que hace solo un par de semanas era denunciada otra agresión homófoba ocurrida en pleno centro de la capital riojana, en aquella ocasión a un joven que jugaba con su perro alrededor de las once de la noche. Dos individuos se burlaron entonces de sus gestos y su forma de hablar, tras lo cual le agarraron del cuello y le lanzaron varias patadas.
Marea Arcoíris: “al menos una agresión al mes”
Aunque La Rioja es una de las comunidades autónomas en las que menos agresiones por LGTBfobia se denuncian (el Ministerio del Interior no contabilizó ningún caso en sus registros de denuncias por delitos de odio ni en 2015 ni en 2016, los dos últimos ejercicios de los que ha hecho públicas las cifras), ello no quiere decir que no se produzcan. Existe una contrastada divergencia, de hecho, entre los registros oficiales y los que hacen públicos los diversos observatorios vinculados a colectivos en aquellas comunidades en las que existen. No es de extrañar: las entidades LGTB se están convertido en los espacios de referencia para denunciar este tipo de agresiones. Espacios seguros donde dar una atención integral a las víctimas y contrarrestar los peligros de la “normalización” o “trivialización” de las agresiones por parte de las víctimas, lo cual supone uno de los grandes obstáculos para conocer su verdadera frecuencia (junto al miedo a posibles represalias o la desconfianza en los cuerpos policiales y el sistema judicial).
“Por desgracia no es un caso aislado”, explicaban desde Marea Arcoíris al diario digital Rioja2 con ocasión de la agresión de febrero. “Al menos una vez al mes recibimos en la Marea Arcoíris a una persona que ha sufrido una agresión física, la situación es realmente preocupante. También es cierto que cada vez se da más la cara, antes muchas agresiones no se denunciaban por miedo a salir del armario”, añadían.