Dos nuevos casos de «fallo» de la profilaxis preexposición recuerdan que esta estrategia preventiva, siendo muy eficaz, no es segura al 100%
Dos nuevos casos de infección por VIH ocurridos en Estados Unidos en personas que seguían la profilaxis preexposición (si bien uno de ellos es dudoso) atraen de nuevo la atención sobre la eficacia de esta estrategia preventiva. Aprovechamos la oportunidad para hablar de nuevo de ella y remarcar que estos dos nuevos casos no modifican lo que en realidad ya se sabía: que la profilaxis preexposición es altamente efectiva, pero no segura al 100%.
También conocida por los acrónimos PPrE y PrEP, la profilaxis preexposición consiste en que una persona no infectada por el VIH tome tratamiento antirretroviral de forma preventiva. En Europa ya hay un medicamento autorizado con tal fin: Truvada, una combinación de emtricitabina y tenofovir comercializada por el laboratorio farmacéutico Gilead, y que recientemente la Organización Mundial de la salud ha incluido en su lista de medicamentos esenciales con mención expresa a su posible uso en profilaxis preexposición. La Agencia Europea del Medicamento, además, dio luz verde en 2017 a la fabricación de un genérico. Los especialistas en la materia la consideran ya una de las principales herramientas de prevención en grupos especialmente vulnerables en los que las estrategias clásicas no han dado el resultado deseado. Sin embargo, y es importante saberlo, la profilaxis preexposición presenta (como cualquier otra medicación) contraindicaciones y potenciales efectos adversos, y sobre todo no asegura en el 100% de los casos que uno no se pueda infectar, como estos nuevos casos ponen de manifiesto.
No es la primera vez que ocurre, de hecho. Ya antes habían sido comunicados varios casos de infección en varones homosexuales que seguían la profilaxis. En los dos primeros casos, ocurridos en Toronto y en Nueva York, fueron infectados por una cepa de VIH resistente al tratamiento con emtricitabina y tenofovir. En el tercer caso, ocurrido en Ámsterdam, la infección se produjo sin embargo por una cepa no resistente (aunque hay especialistas que defienden la hipótesis de que en este caso el tratamiento sí que frenó la diseminación de la infección por el organismo, que solo se produjo tras la suspensión de la profilaxis). Hace menos de un año se comunicó la existencia de un cuarto caso en Melbourne, aunque no hemos podido localizar información sobre el tipo de infección ni el caso aparece citado en documentos más recientes.
Sea como sea, en estos últimos días se han conocido dos casos más. En el primero de ellos, ocurrido en Carolina del Norte, parece que no será posible determinar si realmente hubo «fallo» de la profilaxis, ya que la persona no hacía un seguimiento adecuado y no puede descartarse que la transmisión ocurriera en un momento en el que no la seguía. Aun así la cepa contraída es también resistente a Truvada. El segundo caso de los conocidos estos días ha ocurrido en el área de Seattle, en el estado de Washington, y de la misma forma la cepa responsable sería resistente.
En cualquier caso, elevada eficacia
En definitiva, en el peor de los casos hasta la fecha existirían referencias a seis posibles transmisiones en personas que seguían PrEP. Teniendo en cuenta que ya habría cientos de miles de personas siguiéndolo (solo en el condado de King, en Washington, en el que ha ocurrido la última transmisión, habría ya unas 6.500) no deja de ser cierto que hablamos de una estrategia muy eficaz.
Es por esa elevada eficacia que los especialistas recomiendan su administración en personas con un elevado riesgo de transmisión. Según Gesida (el Grupo de Estudio de Sida de SEIMC, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) estas personas son básicamente hombres que tiene relaciones sexuales con otros hombres y mujeres transexuales que en los seis meses previos:
- Hayan tenido relaciones que incluyan prácticas de riesgo sin preservativo.
- Hayan presentado además una de las siguientes características:
- Relaciones con más de dos parejas.
- Les ha sido diagnosticada alguna infección de transmisión sexual (ITS).
- Han necesitado profilaxis postexposición.
- Han usado sustancias psicoactivas durante las relaciones sexuales.
Gesida también aconseja valorar la profilaxis preexposición en personas con una pareja infectada por VIH sin control clínico o virológico y con la que no se utilice preservativo; en personas con relaciones sexuales no protegidas e “intención transaccional” (sea por dinero, drogas u otra razón); en usuarios de drogas por vía parenteral que compartan jeringuillas y en general en personas en situación de vulnerabilidad social expuestas a contactos no protegidos con alto riesgo de infección por VIH.
No conviene, en cualquier caso, banalizar lo que supone la profilaxis preexposición: hablamos de que una persona sana tome una medicación que no necesitaría tomar si adoptase otras medidas de prevención. Sin olvidar la importancia de la adherencia al tratamiento, es decir, de que las personas respeten escrupulosamente la pauta establecida y se acuerden de tomar de forma correcta la medicación (lo que por ejemplo no es fácil si se opta por una pauta intermitente en lugar de una diaria). Y una buena adherencia no siempre es sencilla cuando una persona no presenta síntomas de enfermedad. De hecho, los mismos especialistas que apuestan por la profilaxis preexposición recuerdan que esta debe ser complementaria a otras estrategias, como la prueba del VIH y el inicio precoz del tratamiento en personas infectadas. También recuerdan la importancia del preservativo como la más sencilla de las herramientas de prevención, poniendo el acento en que la profilaxis preexposición se dirige precisamente a aquella población en la que esta estrategia no basta.
Otra preocupación de los expertos es la posible repercusión que la profilaxis preexposición puede tener sobre la expansión de otras ITS, que obviamente no previene, especialmente entre aquellos usuarios que renuncian al uso del preservativo. Es por todo ello que desde Gesida recomiendan que la profilaxis preexposición sea prescrita y supervisada por un facultativo con experiencia en VIH e ITS y con capacidad de hacer un seguimiento.
España: ya hay un documento de consenso
Aunque la promoción de la profilaxis preexposición ha sido discutida en el pasado, la evidencia señala que es hora de apostar por ella ante el fracaso parcial de las estrategias clásicas (básicamente las campañas centradas en el uso del preservativo) en determinados grupos. Buena muestra de ello son las estadísticas de nuevas infecciones del Ministerio de Sanidad español. Durante el año 2016, último del que se han hecho públicas cifras completas, se notificaron 3.353 nuevos diagnósticos de VIH, prácticamente el mismo número que en el año 2015. En el 53,1% de los casos en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Lo peor: los nuevos diagnósticos tardíos siguen siendo casi la mitad.
Es por ello que son ya varios los países europeos cuyos Sistemas Nacionales de Salud han acordado (bajo condiciones diversas) su financiación, como Bélgica, Escocia, Francia, Luxemburgo, Noruega o Portugal. Otros países, en cambio, van más retrasados, y están todavía evaluando o a la espera de evaluar esta estrategia de tratamiento.
En España, existe ya un documento de consenso elaborado por el Ministerio de Sanidad y publicado con fecha de enero de 2018, en la que se propone una estrategia de implementación, centrada en grupos de varones homosexuales que tienen relaciones sexuales de alto riesgo, y en la que la medicación se prescribiría en unidades asistenciales específicas (hasta ahora, Truvada solo se administra en dispensación hospitalaria como tratamiento de la infección por VIH). Esperemos que las autoridades sanitarias se pongan ya manos a la obra, porque como el propio documento del Ministerio reconoce que las personas interesadas en la utilización de la profilaxis preexposición la consiguen ya fuera del circuito sanitario formal y de manera no controlada (mediante compra online, por ejemplo, o compartiendo fármacos con personas infectadas en tratamiento) sin que se les realice seguimiento alguno.