Las enmiendas disolventes del PSOE a la ley de igualdad de la FELGTB

¿Os imagináis a alguno de esos grupos LGTBfobos organizados presentando una denuncia contra Drag Sethlas cuando recrea personajes bíblicos, o contra La Prohibida, haciendo uso, únicamente, de la ley resultante de incluir las enmiendas del PSOE que cambian el texto inicial de la FELGTB? Que no prejuzgo que fuera a prosperar, pero sí la podría o debería admitir a trámite el organismo público a crear y con fundamento en los contenidos que el PSOE pretende se incluyan como propios de esta ley, sin tener que invocar ninguna otra legislación.

El hecho es que el PSOE ha presentado y hecho públicas, el 28 de febrero, sus enmiendas al articulado de la proposición de ley que Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea presentó en el Congreso, en nombre de la FELGTB. Su primera enmienda es toda una declaración de intenciones, pues pretende cambiar el mismísimo nombre de la ley, dejando de llamarse “Ley contra la discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género y características sexuales, y de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales”, pasando a llamarse “Ley integral para la igualdad de trato y la no discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género”. Es decir, elimina la pretensión de igualdad social, que no es una mera igualdad de trato, y nos invisibiliza a las lesbianas, a los gais, a bisexuales y a les trans. Como más adelante veremos, no busca una igualdad real y efectiva como meta en las políticas públicas, y no nos empodera a las personas del colectivo.

Otro aspecto sustantivo es que inciden, estas enmiendas del PSOE, en que no invadamos con esta ley la cláusula básica de la ley integral contra la violencia de género, en la que es la mujer, aquí sí, la persona diferenciada (respecto al hombre), que ha de ser diferenciadamente protegida habida cuenta de la histórica desigualdad y violencia estructural dirigida desde el hombre contra la mujer. Les doy la razón. Hombre es igual a hombre y mujer es igual a mujer. Lo que no termino de explicarme es el porqué no entiende el PSOE que ocurre exactamente lo mismo entre la minoría LGTBI respecto a la mayoría cishetero. También partimos de una desigualdad estructural, histórica, incluso violenta, que, además, se mantendrá a futuro por la mera inercia de que siempre seremos eso, minoría social dispersa.

Otra enmienda del PSOE muy de destacar es la del artículo 8, en el que propone la creación, en virtud de una ley que quieren titular como “contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género”, de una Autoridad para la igualdad de trato y la no discriminación “de las personas por razón de nacimiento, origen racial o étnico, sexo, religión, convicción u opinión, edad, discapacidad, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social…”, incluyendo (no se nos olvida, ¡eh!) la vuestra. A mi parecer, es claramente inadecuado que este organismo público que propone el PSOE se cree con un texto legal que, se suponía, es solo LGTBI. Una de dos, o terminan por borrar toda mención específica y exclusiva a nuestro colectivo a lo largo de todo el articulado, o retiran el artículo de creación de un organismo autónomo tan transversal. El PSOE alega que se rige por el artículo 14 de la Constitución, pero obvia dos cuestiones: en primer lugar, la idea era que esta ley habría de aplicar el artículo 9.2 CE al colectivo social LGTBI, lo cual da sentido a la especificidad de la misma (recordemos que queremos lograr la igualdad social entre cisheteros y nuestros colectivos, y la ley sería instrumento para tal fin); en segundo lugar, y esto también lo ha olvidado Podemos, es preciso que la ley se desdoble en dos, una con rango de Ley orgánica por desarrollar y conectar con derechos y libertades fundamentales, y otra con rango de ley ordinaria, tal y como se hizo con las leyes contra la violencia de género y la de igualdad entre hombres y mujeres.

En relación también a la creación de una Autoridad contra la discriminación, sea específica o genérica, el PSOE alega que solo es competente para sancionar la Administración Pública territorial que corresponda, o el Poder Judicial. Olvida el PSOE que la Agencia Tributaria y la Agencia de Protección de Datos, son organismos autónomos con potestad sancionadora, porque son Administraciones Públicas Institucionales a las que las leyes han dotado de dicha capacidad. Lo mismo podría preverse para una nueva Agencia Estatal. Entiendo que, ya puestos, que sea más general, pero en otra ley, y sin perjuicio de la creación de un Órgano específico para la implementación de políticas públicas LGTBI afirmativas, inserto en el seno de la Administración Pública del Estado, acompañado de un Consejo Asesor participativo.

Lo que no debiera perder de vista el PSOE es que no nos puede meter en el mismo saco, sin más, con cualesquiera otra circunstancia o condición, porque nuestro colectivo o minoría social, como queramos auto percibirnos, arrastramos una Historia milenaria de negación, persecución y discriminación, lo cual no es equiparable con la edad, el nacimiento, las opiniones, etc. ¿Quiénes están reivindicando, como nosotrxs, una ley? ¿Por qué es que cuando la lesbiana o el gay toca a la puerta del Poder, para su intervención, éste suele contestar con el artículo 14 CE, con ánimo diluyente, por no decir disolvente? Lo cual entiendo que les resulta cómodo a quienes, en España, en 2018, aún viven medio armarizadxs, no lo podemos obviar.

Y así la gran mayoría de enmiendas del PSOE, que casi nunca nos mencionan de manera específica, no nos visibilizan, no nos empoderan, y aprovechan el texto para establecer generalidades respecto a la no discriminación e igualdad de trato por cualquier motivo. Por ejemplo, en las previsiones de formación a diversos profesionales públicos, entre otros los judiciales, policiales, sanitarios, etc., se habla de la diversidad etérea.

Pero, lo más flagrante, que seguro complace a quienes vienen vetando la presencia de nuestra realidad en la educación, es que el PSOE, en su ley, solo obliga, perdón, propone fomentar la formación al profesorado en “atención educativa a la diversidad y a la igualdad de trato y no discriminación” y, en el currículum, es decir los contenidos para los escolares, “atención a la igualdad de trato y no discriminación”. ¿No es esto mismo lo que criticábamos del PP? ¿Acaso no suscribiría esto mismo, en estos términos, hasta tantos innombrables que dedican todo su empeño a la no mención explícita de la mera existencia de personas lesbianas, gais, bisexuales y trans, no digamos ya el relato de la Historia desde un punto de vista inclusivo?

Javier Víllora Fernández

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