La placa que homenajeaba a los homosexuales represaliados en la antigua prisión de Huelva incluye por fin el recuerdo de las personas trans
Este viernes hemos recuperado, aunque sea solo un poquito, la memoria de las personas trans. La placa que desde 2014 reconocía la memoria de los homosexuales represaliados durante la dictadura en la antigua prisión de Huelva ha sido sustituida por otra que incluye también a las personas trans. Un gesto que llevaba mucho tiempo solicitando la Asociación de Transexuales de Andalucía-Sylvia Rivera (ATA).
Como bien saben nuestros seguidores (y los que no lo sepan deberían aprenderlo), la prisión de Huelva era uno de los establecimientos carcelarios en los que preferentemente se encerraba a homosexuales y mujeres trans. Otro era el de Badajoz. Penales infames en los que, además de las correspondientes penas de cárcel, con algunos presos se experimentaba aplicándoles electrochoques y diferentes «terapias» aversivas. Todo ello como consecuencia de la aplicación, en primer lugar, de la «Ley de Vagos y Maleantes», y posteriormente de la «Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social». No fue, de hecho, hasta enero de 1979, más de tres años después de la muerte del dictador, cuando se despenalizó como tal la homosexualidad.
Las víctimas, sobre todo, fueron los varones homosexuales de las clases menos privilegiadas y las mujeres trans, a las que la legislación de la época trataba como presos masculinos, sometidos además a todo tipo de humillaciones y vejaciones. “La gran mayoría de personas homosexuales a las que el franquismo encerró entre rejas no eran gais sino mujeres transexuales, porque fuimos las trans las que no podíamos ocultarnos en los armarios y teníamos vitrinas de visibilidad incluso aunque nos jugáramos la vida, la libertad y fuéramos apaleadas por todo un régimen fascista que fue inmisericorde con los cuerpos que desafiábamos la normatividad franquista”, afirma Mar Cambrollé, presidenta de ATA.
Desde este colectivo se llevaba mucho tiempo solicitando la actualización de la placa de la antigua prisión de Huelva para incluir en ella el recuerdo de las personas trans. La petición, de hecho, fue aprobada hace un año por unanimidad del Ayuntamiento de Huelva a requerimiento de Izquierda Unida, y finalmente este viernes la Consejería de Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática descubría la nueva leyenda. «Para una generación de españoles este establecimiento penitenciario fue símbolo de castigo y exclusión social a quienes decidieron ejercer su libertad de ser y amar de forma diferente. Quede esta placa como reparación de la sociedad democrática a una injusticia histórica en recuerdo de los homosexuales y personas trans que fueron encarcelados y como compromiso de que ninguna generación tendrá que pasar por nada semejante», reza el texto.
Mar Cambrollé, que estuvo presente en el acto, ha agradecido que Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Huelva, además de «todos los grupos políticos andaluces, sindicatos y entidades civiles que han apoyado este reconocimiento» hayan mostrado “sensibilidad y voluntad de reparar la memoria” de las mujeres transexuales. La presidenta de ATA espera que «nunca más se vuelvan a repetir los episodios tan negros que tuvieron lugar en la prisión de Huelva, donde las mujeres transexuales, además de ver negada su identidad y ser tratadas en masculino, sufrieron torturas y violaciones por policías y funcionarios de un régimen franquista que nos perseguían de día y nos deseaba de noche».
Cambrollé también ha mostrado su deseo de que algún día se modifique la ley de amnistía, «una ley de olvido de los crímenes franquistas”, para que se pueda juzgar y “poner luz a toda la violencia que sufrimos las mujeres transexuales durante los oscuros años de la dictadura”.