Taiwán: la junta electoral admite la toma en consideración de una propuesta de referéndum contra el matrimonio igualitario
Los contrarios a la apertura del matrimonio para todas las parejas en Taiwán ganan una pequeña batalla. La Comisión Electoral Central dio su visto bueno el martes pasado a la tramitación de una petición de referéndum vinculante sobre el matrimonio igualitario y la educación en la diversidad afectivo-sexual. La Alianza para la Felicidad de la Próxima Generación, nombre eufemístico de un conjunto de grupos religiosos anti-LGTB, tiene así vía libre para reunir las 282.000 firmas que forzarían la convocatoria de la consulta. Mientras tanto, sigue corriendo el plazo de dos años que el Tribunal Constitucional dio al Parlamento para modificar el Código Civil y que concluye en mayo del año que viene.
Ya en febrero, representantes de la entonces llamada Alianza de Grupos Religiosos de Taiwán para la Protección de la Familia presentaban segunda apelación ante el Tribunal Administrativo Superior de Taiwán en contra del fallo del Constitucional que instó al Yuan Legislativo a legalizar el matrimonio igualitario antes de 2019. Si no se producen cambios en este sentido, la sentencia decreta que a partir de mayo del año que viene las parejas del mismo sexo podrán comenzar a registrar sus matrimonios automáticamente. Además de las apelaciones registradas, las asociaciones religiosas LGTBfobas presentaron ante la Comisión Electoral Central la petición de celebrar un referéndum vinculante.
El pasado 10 de febrero, los demandantes recibían su primer mazazo: la justicia taiwanesa desestimaba su primera alegación en contra de la interpretación del Tribunal Constitucional favorable a la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo. Sin embargo, lejos de amedrentarse, a los cuatro días presentaban su segunda alegación. También conocíamos que la Comisión Electoral Central de Taiwán se vería obligada legalmente a estudiar la solicitud de la misma agrupación religiosa sobre la celebración de un referéndum.
La legislación de este país, que oficialmente recibe el nombre de República de China, establece un mínimo de 1.879 firmas para la toma en consideración sobre la celebración de un referéndum. Los contrarios a la igualdad LGTB lograron presentar 3.549. La Comisión Electoral Central se ha visto obligada, por tanto, a tomar en consideración la propuesta. Los promotores deberán presentar 281.745 firmas válidas, dentro de un plazo establecido, para poder hacer efectiva la celebración del referéndum.
La Alianza para la Felicidad de la Próxima Generación plantea una consulta con tres preguntas, la primera de ellas de una retorcida formulación: “¿Está de acuerdo con proteger los derechos de las parejas del mismo sexo de iniciar una relación duradera de convivencia que se base en leyes que no sean el Código Civil de Taiwán?”. La segunda se refiere a la educación en la diversidad afectivo-sexual: “¿Está de acuerdo con que los centros de educación primaria y secundaria no deben iniciar ‘educación gay y lésbica’ tal como está estipulado por la Ley de Reglas de Cumplimiento Para la Educación en la Igualdad de Género?”. Y la tercera directamente plantea: “¿Está de acuerdo con que el Código Civil solo debe autorizar el matrimonio entre personas de distinto sexo?”.
El objetivo claro de esta Alianza, relacionada estrechamente con sectores cristianos del partido Kuomintang, es agitar el odio, el miedo y el desconocimiento sobre la realidad LGTB entre la población para impedir la igualdad. De todas formas, incluso en el escenario de la hipotética celebración de un referéndum, habría que ver hasta qué punto su resultado colisionaría con la resolución del más alto tribunal del país, que como explicábamos en líneas anteriores, dictaminó en 2017 que si en dos años no se modifica el Código Civil en el Parlamento, las parejas del mismo sexo podrán registrar sus matrimonios a partir de mayo de 2019.
En cualquier caso, los activistas LGTB han protestado contra el plan de celebrar un referéndum contra los derechos de una minoría. El activista Chi Chia-wei, entre otros, instó a la presidenta Tsai Ing-wen, favorable a la igualdad matrimonial, a promover la aprobación de la medida por la vía legislativa cuanto antes para terminar con la actual inseguridad jurídica de las parejas del mismo sexo. La mandataria ya advirtió, antes de la sentencia del Constitucional, de que el proceso sería “largo” y “difícil”.