A los cinco años de la aprobación del matrimonio igualitario en Francia, más de 40.000 parejas del mismo sexo se han dado el «sí, quiero»
El 23 de abril de 2013, Francia se convertía en el 14º país del mundo, y el 9º de Europa, en abrir la institución del matrimonio a las parejas del mismo sexo. Lo hacía tras la que posiblemente ha sido la pugna política y social más dura hasta el momento en los países en los que se ha producido este avance, y en la que los sectores más conservadores y la derecha política protagonizaron una movilización homófoba sin precedentes. Cinco años después, más de 40.000 parejas del mismo sexo ha contraido matrimonio en suelo francés.
En 2013, 7.367 parejas del mismo sexo contrajeron matrimonio tras la aprobación de la ley (4.307 bodas fueron entre hombres, 3060 entre mujeres). Pero fue 2014 el año que batió récords: 10.522 parejas del mismo sexo se dieron el «sí» ese año (se celebraron 5.666 bodas entre hombres y 4856 entre mujeres). Un fenómeno por cierto similar al que se produjo en España, cuando en 2006, justo el año siguiente a la aprobación del matrimonio igualitario, se produjo el récord de bodas. En ambos casos, recordemos, el matrimonio igualitario se encontraba amenazado por la actitud de la oposición política en ambos países, por lo que posiblemente se produjo un efecto «acumulativo» de bodas entre parejas que llevaban ya juntas muchos tiempo y que querían asegurar jurídicamente su estatus. En 2015 las bodas del mismo sexo cayeron a 7.751 (4.085 entre hombres, 3.666 entre mujeres), y a partir de entonces se produce la estabilización en torno a las 7000 bodas anuales. En 2016, último año del que se dispone de cifras detalladas, fueron 7.113 bodas (3.672 entre hombres, 3.441 entre mujeres).
En 2017, según cifras adelantadas por el INSEE (Institut National de la statistique et des études économiques) el número ronda también las 7.000 bodas. En total, entre 2013 y 2017, unas 39.700 bodas. Teniendo en cuenta que en los primeros meses de 2018 se habrán celebrado ya otras pocas miles de bodas, se puede afirmar con total seguridad que el número de bodas celebradas desde la entrada en vigor de la ley supera con creces las 40.000.
En cifras porcentuales, las bodas entre personas del mismo sexo suponen alrededor del 3% de las bodas totales celebradas en Francia (en 2016, último año del que se tienen cifras detalladas, se celebraron un total de 232.725 bodas. De ellas, 7.113 fueron entre personas del mismo sexo). Por lo que se refiere a la distribución regional, es el departamento de París el que registra el mayor porcentaje de bodas entre personas del mismo sexo: el 9,7%, seguido de Calvados, en Normandía (5,62%). En general, por lo que se refiere a la Francia continental, se aprecia un mayor porcentaje de bodas entre personas del mismo sexo en los departamentos del Oeste del país, el Mediterráneo (con la excepción de Córcega) y en Provenza, mientras que el porcentaje tiende a disminuir conforme avanzamos hacia el nordeste. En cualquier caso, son los departamentos de Ultramar los que registran un menor porcentaje.
La campaña de odio contra el matrimonio igualitario: una historia para no olvidar
La apertura del matrimonio y la adopción a parejas del mismo sexo en 2013 se consiguió, recordemos, a pesar de una intensa campaña de odio desplegada entonces por los sectores más conservadores de la sociedad francesa y por la derecha política de ese país. Cientos de miles de manifestantes se movilizaron con un discurso muy agresivo mientras florecía un ambiente de crispación y violencia. Las agresiones homófobas se incrementaron en un 78% durante ese periodo, según datos de SOS-Homophobie. Locales de ambiente violentados, enfrentamientos con la policía, la jerarquía católica culpando a las víctimas de ser los causantes de la violencia, la agresividad en los discursos de los políticos opuestos al proyecto de ley sobrepasando todas las barreras… La amenaza de la que entonces era la portavoz de la Manif pour tous, la cómica Frigide Barjot, de que correría la sangre, se convirtió en realidad. En dosmanzanas tuvimos que informar de agresiones como la sufrida por una pareja gay en París, la muerte por una paliza de un joven antifascista y participante en manifestaciones contra la discriminación o ataques a militantes LGTB por parte de fanáticos.
Incluso hoy día, mientras que el matrimonio igualitario parece ampliamente aceptado, la LGTBfobia sigue siendo una lacra en la sociedad francesa. En 2016, primer año en el que Francia ha realizado un registro específico de delitos motivados por el odio LGTBfóbico, se contabilizaron 1.020 agresiones por la orientación sexual o la identidad de género de la víctima, siendo objeto de las mismas en un 70% de los casos hombres gais o bisexuales (a las cifras oficiales habría que sumar la cantidad indeterminada de los ataques que no fueron denunciados). Y a nivel jurídico Francia continúa todavía rezagada en materia LGTB. En su última reforma legal, aprobada en 2016, el país mantuvo bajo tutela judicial el reconocimiento legal de la identidad de las personas trans, y a estas alturas las parejas del mujeres (así como las mujeres sin pareja) siguen sin poder acceder a las técnicas de reproducción asistida. Una promesa del expresidente François Hollande que su entonces primer ministro Manuel Valls no quiso cumplir y que Emmanuel Macron, que también lo ha prometido, tampoco parece tener excesiva prisa por cumplir.