La primera ministra serbia Ana Brnabić, abiertamente lesbiana, reivindica la igualdad frente a la homofobia de uno de sus ministros
La LGTBfobia social sigue profundamente arraigada en Serbia, a pesar del indudable avance que supuso el nombramiento de una primera ministra abiertamente lesbiana. Es lo que se deduce del episodio que se vivió hace unos días, en el que Ana Brnabić ha tenido que desautorizar en público a uno de los ministros de su Gobierno. Nenad Popović había reaccionado airado en Twitter pidiendo la prohibición de unos libros infantiles sobre familias homoparentales. La jefa del Gobierno lo ha emplazado a «hacer su trabajo».
Todo comenzó cuando Popović, que ejerce como ministro sin cartera las competencias en innovación y desarrollo tecnológico, compartió en Twitter una noticia sobre la próxima traducción al serbio de dos libros infantiles sobre la realidad homoparental. Las obras, con el título Mi familia, muestran con naturalidad las vidas de sendas familias con dos madres y dos padres, respectivamente, y sus hijos. Según el diario Blic, ya se distribuye con normalidad en Croacia y pronto estará disponible su versión en serbio.
Para el ministro, sin embargo, la noticia era inaceptable. «¡Estamos luchando como Estado para incrementar la tasa de natalidad, pero al mismo tiempo importamos libros de cuentos gais de Croacia! ¡Esto tiene que parar inmediatamente! Tenemos que resistirnos a los que quieren convencernos de que es normal decir ‘ROKO TIENE DOS MAMÁS Y ANA, DOS PAPÁS’», tuiteaba con el enlace a la noticia. En declaraciones posteriores, Popović afirmaba que se había expresado «como un padre y un ciudadano de Serbia, que es la patria de los valores tradicionales» y negó haber hecho un llamamiento a la violencia con su incendiaria publicación.
Pero la polémica llegó hasta la primera ministra Brnabić, que tuvo que salir a desautorizar a su ministro, al que instó a «hacer su trabajo». «Su misión es asegurarse de que Roko, Stefan, Milos y cualquier otro niño se quede en Serbia, en lugar de tener que lidiar con quiénes son sus padres». «Esa afirmación», proseguía, «no se corresponde completamente con el espíritu de tolerancia que quiere promover este Gobierno de Serbia». La jefa del Ejecutivo anunció que hablaría en privado con Popović. «Creó que ha mezclado todos los temas en esa afirmación. No hay una correlación entre la tasa de natalidad y que alguien sea homosexual. Las personas homosexuales también tienen órganos reproductivos y nadie, ningún Gobierno del mundo, puede decidir si tendrán o no hijos», remachó.
Ana Brnabić, de 42 años y nacida en Belgrado, no pertenece formalmente a ningún partido político. Estudió Administración de Empresas en los Estados Unidos, completó su formación postgraduada en marketing en el Reino Unido y habla inglés y ruso. Su designación como primera ministra por Aleksandar Vučić, el nuevo presidente de Serbia, generó fuertes críticas de los partidos más ultraconservadores, críticos con su condición de mujer abiertamente lesbiana. Pese a todo, el Parlamento serbio, controlado por mayoría absoluta por el Partido Progresista de Vučić (que pese a su nombre es una formación conservadora, miembro desde 2016 del Partido Popular Europeo) la confirmó sin mayores problemas.
Brnabić se convirtió de este modo en la quinta persona abiertamente homosexual en ocupar la jefatura de un gobierno: antes de ella dirigieron o dirigen sus países la islandesa Jóhanna Sigurðardóttir (entre 2009 y 2013), el belga Elio Di Rupo (entre 2011 y 2014), el luxemburgués Xavier Bettel (desde 2013) y el irlandés Leo Varadkar (desde este mismo año). Ya en el cargo, nos dejó una imagen que se puede calificar de histórica con su participación el año pasado en la manifestación del Orgullo LGTB de Belgrado. Era la primera vez que un jefe del Gobierno acudía a la marcha. Su contundente reacción al exabrupto homófobo de uno de sus ministros confirma una trayectoria que esperamos que suponga una mejora de la situación de las personas LGTB y en un avance de sus derechos en los Balcanes.