El Orgullo LGTBI del campo de refugiados de Kakuma se salda con éxito de participación, pero también con agresiones y amenazas de muerte
La celebración del Orgullo LGTBI en el campo de refugiados de Kakuma, en Kenia, ha tenido un desenlace agridulce. Por una parte, los promotores se han felicitado por su éxito, por el ambiente festivo y reivindicativo y por la presencia de algunas autoridades internacionales en materia de refugiados. Pero, por otra parte, algunos de los participantes han sido agredidos en fechas posteriores, y se han recibido graves amenazas de muerte por parte de otros refugiados que no toleran la presencia y visibilidad pública de las personas LGTBI.
Alrededor de doscientas personas se reunieron el pasado 16 de junio en el campo de refugiados de Kakuma (Kenia), para celebrar el Orgullo LGTBI. La mayor parte de ellos eran ugandeses que se han visto obligados a huir de su país debido a la persecución a que son sometidos.
Los actos y celebraciones tuvieron que realizarse en un recinto rodeado de empalizadas, en prevención de los posibles ataques LGTBfobos por parte del resto de refugiados. Sin embargo, pudieron reivindicar sus derechos mientras disfrutaban del espectáculo ofrecido por las mujeres trans o con el partido de fútbol que dio inicio a los eventos. Contaron además con la presencia de representantes del Comité Internacional de Refugiados o del Consejo Danés de Refugiados, que actuaron como jueces en algunos de los concursos celebrados. Los convocantes expresaron su satisfacción por lo que calificaron como un éxito «fabuloso».
Pero el día también tuvo sus sombras. Según narraba Mbazira Moses, miembro del grupo convocante Rainbow Flag Kakuma, algunos de los refugiados LGTBfobos entraron en el recinto y empezaron a insultar y vejar a los participantes, en particular a las mujeres trans que participaban en un desfile de modelos, a las que llegaron a escupir y empujar. A última hora, fueron atacadas una lesbiana y una mujer trans por un grupo de esos refugiados, la primera sufrió laceraciones en el tobillo y la segunda tuvo que ser ingresada en el hospital tras recibir un fuerte puñetazo en el estómago.
Días después, apareció en las paredes del recinto donde se reúnen los refugiados LGTBI un cartel en el que se les amenazaba de muerte, con el siguiente texto:
ADVERTENCIA
Esto es un aviso para todos los hombres y mujeres (homosexuales) que viven en Kakuma. Lo que habéis estado haciendo tiene que acabar. Hasta ahora hemos estado callados. Tenéis que abandonar el campamento, porque habéis echado a perder a nuestros hijos y nuestra religión. Si no salís del campamento, os mataremos uno a uno y lo decimos en serio. ¡YA BASTA!
Mbazira Moses denunciaba que los refugiados LGTBI viven atemorizados desde entonces y han decidido no salir del recinto temiendo por sus vidas. Algunos incluso han dejado de ir a trabajar y otros han huido a la capital, Nairobi, hasta que la situación se calme.