El presidente de la República Federal de Alemania pide oficialmente perdón por la persecución legal de las personas LGTBI

El presidente de la República Federal de Alemania, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, pidió disculpas el domingo pasado en nombre del Estado a las víctimas de la persecución legal de las personas LGTBI. Fue en un acto para conmemorar el décimo aniversario del memorial a los homosexuales perseguidos durante el nazismo. Steinmeier admitió el sufrimiento añadido de las miles de personas LGTBI que tras 1945 no fueron reconocidas como víctimas del régimen nazi y continuaron enfrentándose a los castigos penales amparados por el infame artículo 175 del Código Penal, cuya derogación completa no llegó hasta 1994. Las asociaciones LGTB saludan el gesto pero recuerdan el trabajo que queda por hacer.

Gesto de desagravio del Estado alemán con la persecución legal de las personas LGTBI al amparo del infame artículo 175 del Código Penal. El presidente de la república, Frank-Walter Steinmeier (SPD), ha pedido perdón a la comunidad en un discurso durante en el acto para conmemorar el décimo aniversario de la inauguración del memorial a los homosexuales perseguidos durante el nazismo, situado en el Tiergarten de Berlín.

Pero Steinmeier no se ha referido solamente a la persecución nazi, sino que ha recordado el estigma que siguieron padeciendo las personas LGTB después de 1945 bajo el infame artículo 175, tanto en la República Federal de Alemania (RFA) como en la República Democrática Alemana (RDA): «Pido hoy perdón por todo el sufrimiento y la injusticia y por el largo silencio que siguió». Un silencio y una criminalización que tardaron décadas en superarse.

El jefe del Estado reivindicó el artículo primero de la Constitución alemana, que proclama la inviolabilidad de la dignidad humana, frente a las «muchas decenas de miles de personas cuyas esferas privadas, vidas, amor y dignidad fueron usurpadas, negadas y violadas». Hizo un llamamiento a toda la comunidad LGTBI: «Vuestra orientación sexual y vuestra identidad sexual disfrutan de la protección de nuestro Estado sin discusión. Vuestra dignidad es inviolable como debería haber sido desde el principio».

Los colectivos alemanes han saludado el discurso de Steinmeier. Desde la Federación de Gais y Lesbianas (LSVD) afirman que sus palabras «hacen un bien inmenso». La web queer.de «acepta su disculpa, pero también le toma la palabra» en relación a su afirmación de que la comunidad LGTB está protegida por la Constitución alemana. Porque, como informábamos recientemente, la Ley Fundamental no recoge explícitamente la prohibición de la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género, una carencia contra la que varios Gobiernos regionales han presentado un proyecto de ley al Bundesrat.

Artículo 175: más de cien años de infamia

La criminalización de las relaciones sexuales consentidas entre hombres llegó a Alemania en 1871, año en que se ilegalizaron «los actos contra natura entre personas del sexo masculino o entre personas y animales». La pena alcanzaba entonces los seis meses de prisión. La situación empeoró considerablemente bajo el régimen nazi, cuando toda forma de afecto entre hombres fue castigada con cinco años de prisión; miles de homosexuales o sospechosos de serlo fueron enviados a los campos de concentración, donde la mayoría de ellos murieron a causa de los malos tratos y los trabajos forzados.

Pero mientras que las demás víctimas del Holocausto fueron debidamente compensadas y reconocidas tras la Segunda Guerra Mundial, y las leyes contra ellas derogadas, el artículo 175 mantuvo su vigencia y las personas LGTB siguieron siendo perseguidas; a veces, incluso, con pruebas recogidas durante los años del nazismo. La evolución fue diferente en la República Federal de Alemania (RFA) y la República Democrática Alemana (RDA): el Gobierno comunista de la RDA dejó de perseguir a homosexuales a partir de finales de los años 50, reformó la legislación para permitir las relaciones consentidas entre varones adultos en 1968 y equiparó la edad de consentimiento con la del sexo heterosexual en 1988. Sin embargo, la RFA castigó las relaciones entre varones hasta 1973 y no eliminó por completo el vergonzante artículo 175 hasta 1994, ya después de la reunificación.

Con posterioridad a la derogación, los colectivos LGTB se centraron en conseguir la anulación de las sentencias por homosexualidad y la reparación de sus víctimas. Por sorprendente que parezca, hasta 2002 no se consiguió la nulidad de las condenas dictadas durante el régimen nazi, y ello todavía contra el criterio de los democristianos de la CDU/CSU y de los liberales del FDP. Las sentencias posteriores a 1945, a pesar de basarse en la versión agravada del artículo 175 aprobada por los nazis, seguían siendo consideradas como válidas hasta el año 2017. Cientos de homosexuales tenían que vivir con el estigma de tener antecedentes penales por el mero hecho de serlo.

La rehabilitación de los condenados por el artículo 175 no llegó hasta junio del año pasado, con la aprobación en el Bundestag de la iniciativa del entonces ministro de Justicia Heiko Maas. El texto establece que cada condenado recibirá 3.000 euros por sentencia y 1.500 euros más por cada año que haya comenzado en prisión o en reclusión forzosa en establecimientos psiquiátricos. El ministerio estimó unas 5.000 solicitudes. La fundación Magnus Hirschfeld, por su parte, recibió 500.000 euros en concepto de «indemnización colectiva».