Zambia: condena a dos hombres por mantener relaciones homosexuales
Un año después de su arresto en agosto de 2017, el tribunal de distrito de Kapiri Mposhi, en el centro del país, ha declarado culpables de «actos contra natura» a Japhet Chataba y Stephen Sambo. Los acusados fueron sometidos a la infame práctica de los exámenes anales, considerados por las asociaciones de defensa de los derechos humanos como una forma de tortura. De acuerdo con el Código Penal zambiano, se enfrentan a una pena que puede llegar a los 14 años de cárcel.
Los supuestos hechos se produjeron el 25 de agosto del año pasado. Japhet Chataba y Stephen Sambo fueron detenidos después de que la empleada de un hotel los denunciara por haber mantenido relaciones sexuales. Durante el juicio, cinco testigos afirmaron que habían presenciado los actos por los que se acusa a los dos hombres, que se declararon no culpables. Los acusados se sometieron a la tortura de los exámenes anales, una práctica tan humillante como inútil para la finalidad que pretende.
A pesar de que los resultados de la infame prueba fueron «inconsistentes con las acusaciones», el juez Ackson Mumba consideró que las declaraciones de los testigos y el hecho de que los acusados se negaran a declarar constituían una prueba suficiente para decretar su culpabilidad. El Código Penal de Zambia prevé una pena de 14 años de cárcel por el «conocimiento carnal de cualquier persona contra natura». Ahora será el tribunal el que fije la pena para Chataba y Sambo.
Zambia, LGTBfobia social y de Estado
Zambia heredó la legislación homófoba de la época colonial británica tras su independencia en 1964. Tanto las relaciones homosexuales masculinas como las femeninas son ilegales, con prolongadas penas de cárcel. Se trata, de hecho, de uno de los países africanos en los que la homofobia social es más fuerte: hasta el 98% de la población considera la homosexualidad moralmente inaceptable, según datos de 2010. La fuerte influencia evangélica no sería ajena a este clima de odio homófobo. Ya en 2010 recogíamos cómo múltiples instituciones del país (incluidos dos de los principales partidos políticos y diferentes líderes cristianos) se posicionaban con fuerza en contra de la homosexualidad como reacción al anuncio por parte del Gobierno sueco de que apoyaría a colectivos pro derechos humanos de Zambia, incluidos grupos LGTB.
Buen ejemplo del desprecio con que se tratan los derechos LGTB en Zambia fueron las declaraciones del actual presidente del país Edgar Lungu a principios de 2013, cuando era ministro del Interior. «Los defensores de los derechos de los homosexuales deben ir al infierno. No es un problema que vayamos a tolerar. No habrá discusión alguna sobre los derechos de los homosexuales. Ese asunto es ajeno a este país», afirmaba entonces.
La persecución ha proseguido y la LGTBfobia social, si cabe, ha aumentado. En 2014, dos hombres eran absueltos por falta de pruebas tras más de un año en prisión preventiva. Pero en noviembre de 2015, una mujer transexual fue condenada a la cárcel por «sodomía» después de que, según el testimonio de la acusada, un taxista la forzara a mantener relaciones sexuales.