El presidente de Kosovo, una ministra y el alcalde de Prístina participan en el segundo Orgullo LGTB del país balcánico
El segundo Orgullo LGTB de Kosovo se ha celebrado con éxito y sin incidentes especialmente reseñables. Eso sí, entre fuertes medidas de seguridad. Este pequeño país balcánico, que hace diez años autoproclamó su independencia de Serbia, ha dado un ejemplo a otras autoridades de la región (e incluso del continente) con mayor recorrido democrático. En la manifestación han participado la ministra de Integración Europea de Kosovo, Dhurata Hoxha, y el alcalde de Pristina, Shpend Ahmeti. Asimismo, también han apoyado la convocatoria la jefa de la oficina de la Unión Europea en Kosovo, Natalia Apostolova y el embajador de los Estados Unidos, Greg Delawie. El mismísimo presidente del país, Hashim Thaçi, se dirigió a los participantes al comienzo de la manifestación.
Lamentablemente, no toda la noticia tiene un tono positivo. Blert Morina, un activista trans de Kosovo ha dicho que las amenazas que afectan a la comunidad LGTB han obligado a muchos de sus miembros a huir a otros países. Además, añade que la policía de Kosovo no responde adecuadamente a los casos denunciados de violencia física contra personas trans. «No tenemos cifras específicas, pero como somos una pequeña comunidad podemos ver a los que faltan», dice Morina.
El primer Orgullo LGTB anunciado con antelación, a diferencia de las pequeñas marchas realizadas durante los años previos, se celebró en octubre del año pasado sin mayores incidentes. En 2016 , coincidiendo con el Día Internacional contra la LGTBfobia, cuando tuvo lugar la que puede considerarse primera manifestación LGTB. También entonces, de hecho, el presidente Thaçi hizo acto de presencia.
Kosovo ocupa el lugar 26 (de un total de 40 países) en la clasificación de ILGA Europa sobre la situación de los derechos LGTB en el continente europeo (de hecho, ha escalado un puesto con respecto al resultado del año anterior). Dada su realidad social, es un puesto mejor que el que muchos esperarían. Y es que por ejemplo la Constitución de Kosovo, aprobada pocos meses después de la independencia, prohíbe la discriminación por orientación sexual en su artículo 24, algo que pocas constituciones del mundo incluyen de forma expresa.
Existen además leyes que prohíben tanto la discriminación por orientación sexual como por identidad de género en el empleo y en la provisión de bienes y servicios. Sin embargo, pese al reconocimiento de ciertos derechos básicos (que le permiten situarse por delante de muchos otros países europeos en los que la situación jurídica es peor) no existe reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo ni de los derechos de parentalidad. Tampoco existe un procedimiento legal que permita la modificación registral del sexo de las personas trans.
La lacra de la LGTBfobia social
Igual que recogíamos el año pasado, de nuevo este la lucha de los colectivos convocantes de la manifestación se sigue centrando en combatir la fuerte LGTBfobia social y reducir la violencia contra la población LGTB, que obliga a buena parte de esta a permanecer en el armario o a emigrar a países con sociedades más tolerantes. Y es que aunque Kosovo escape de los últimos puestos de la clasificación de ILGA Europa no significa, por desgracia, que la situación social no sea tremendamente complicada. Conviene tener en cuenta que esta clasificación tiene en cuenta las medidas políticas implementadas (en materia de igualdad y no discriminación, derecho de familia, crímenes y discursos de odio, reconocimiento legal de la identidad de género, libertades de reunión, asociación y expresión y asilo), pero no la aceptación social.
Kosovo tiene una población de alrededor de 200.000 habitantes, la mayoría de etnia albanesa y población musulmana. Serbios y bosniacos constituyen las dos minorías étnicas principales, aunque la población serbia ha disminuido drásticamente en los últimos años.
Os dejamos con un vídeo de Radio Free Europe con imágenes de la manifestación: