Las cenizas de Matthew Shepard, acogidas en la cripta de la Catedral Nacional de Washington 20 años después de su brutal asesinato
Las cenizas de Matthew Sephard ya reposan en la cripta de la Catedral Nacional de Washington, junto a numerosas personalidades civiles y religiosas de ese país, entre ellas el 28º presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson. El acto de acogida de sus cenizas se acompañó este viernes de una ceremonia de homenaje al joven de Wyoming cuyo asesinato en 1998 marcó un antes y un después en la percepción social de los crímenes de odio contra los homosexuales en Estados Unidos.
La ceremonia fue presidida por Mariann Edgar Budde, obispa episcopaliana de Washington, y por Gene Robinson, el que fuera primer obispo abiertamente gay de la Iglesia episcopaliana, hoy retirado. Tras la ceremonia pública, cuya grabación insertamos a continuación, tuvo lugar un servicio privado en la cripta de la Catedral, ya limitado a la familia de Shepard.
Conocida como la «casa nacional de oración», la Catedral Nacional de Washington, un imponente templo neogótico vinculado a la iglesia episcopaliana, es un símbolo religioso de primer orden. En ella se han celebrado por ejemplo los funerales de estado de varios presidentes norteramericanos, como Dwight Eisenhower, Ronald Reagan o Gerald Ford. Ya en 2013 le dedicamos una entrada, cuando sus campanas tañeron durante casi una hora para celebrar la histórica sentencia del Tribunal Supremo que declaró inconstitucional la sección 3 de la DOMA (Defense of Marriage Act), la norma que prohibía a la administración federal estadounidense reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo, principal precedente que llevó dos años después al alto tribunal a permitir el matrimonio gualitario en todo el país.
Hay que tener en cuenta que la Iglesia episcopaliana, rama estadounidense de la comunión anglicana, es una de las más inclusivas de entre las grandes confesiones religiosas. En 2003 hacía historia ordenando obispo precisamente a Gene Robinson. Y en 2009 rompía con la moratoria autoimpuesta varios años antes y decidía volver a ordenar obispos y obispas abiertamente homosexuales, así como bendecir a las parejas del mismo sexo. En 2012 aprobaba la ordenación de personas transexuales, y en 2015 el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo.
El asesinato de Matthew Sephard
El 12 de octubre de 1998 Matthew Shepard fue salvajemente asesinado por dos hombres con los que previamente había entablado relación en un bar, Aaron McKinney y Russell Henderson. Tras ganarse su confianza, aceptó marcharse con ellos, que luego lo golpearían brutalmente en un descampado. Después de ensañarse con él, lo dejaron atado a una cerca durante toda la noche. Lo encontraron al día siguiente, aún agonizante, con la cara completamente ensangrentada. Poco pudieron hacer por su vida. La investigación posterior mostró el profundo odio homófobo que alimentaba a sus asesinos, pero también se hizo patente el prejuicio de muchos. Esta homofobia social enseñó su rostro más siniestro en el funeral, cuando un grupo de la iglesia baptista de Westboro se presentó con carteles con la leyenda «Matt Shepard se pudre en el infierno» (las imágenes hablan por sí solas).
Tampoco han faltado las lecturas negacionistas de su asesinato, a pesar de que el proceso judicial consideró probado el móvil homófobo, que además han alimentado el discurso LGTBfóbico. En un congreso conservador en Estados Unidos, coincidiendo con el 15º aniversario de la muerte de Shepard, la locutora Sandy Rios calificó por ejemplo el asesinato de «fraude total». Afirmó que no se trató de un crimen de odio sino de un «asunto de drogas que fue mal» y aseguró que había sido utilizado por los «activistas gais» como parte de un «plan liberal» para la aceptación de la homosexualidad.
El asesinato de Matthew Shepard ha sido motivo de numerosos documentales y ha inspirado muchas creaciones artísticas. Entre ellas destaca El proyecto Laramie, obra creada el año 2000 por Moisés Kaufman y estrenada en España en 2011, que profundiza en el contexto social del momento a partir del retrato de diferentes personajes. La muerte de Shepard ha generado además todo un movimiento en torno a su memoria destinado a combatir los crímenes de odio, en el que destaca la fundación Matthew Shepard. Entre los logros más llamativos de este activismo se encuentra la ley contra los crímenes de odio aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 2009, cuyo título es precisamente «ley Matthew Shepard y James Byrd de prevención de los crímenes de odio», en memoria de Shepard y del afroamericano James Byrd, asesinado por supremacistas blancos en Texas en 1998.