El Gobierno de Tailandia aprueba un proyecto de ley de uniones civiles para las parejas del mismo sexo
El gabinete del Gobierno de Tailandia ha aprobado un proyecto de ley de uniones civiles para parejas del mismo sexo. Según afirman medios oficiales, la nueva ley equipará casi por completo los derechos amparados por este tipo de unión a los del matrimonio. Sin embargo, desde sectores del activismo LGTB se cuestiona esta afirmación, puesto que las uniones civiles no podrán establecerse con ciudadanos no tailandeses, la edad en que podrán contraerse es superior a la del matrimonio y además no incluirán el derecho a la adopción conjunta. En todo caso, el proyecto de ley debe ser aún aprobado por la Asamblea Legislativa Nacional y posteriormente promulgado, lo cual puede demorar aún varios meses, más aún teniendo en cuenta que en febrero de 2019 se celebrarán elecciones generales en Tailandia.
El Departamento de Derechos y Libertades de Tailandia ha dado a conocer que, durante los días 12 a 16 del pasado mes de noviembre, el Gobierno tailandés organizó unas audiencias públicas respecto a la elaboración de un proyecto de ley de uniones civiles para las parejas del mismo sexo, una iniciativa que pretende dar una imagen de país tolerante con la población LGTB con vistas al turismo. A las audiencias fueron invitadas distintas organizaciones y también miembros de las comunidades budista, cristiana y musulmana.
Posteriormente, Kerdchoke Kasemwongjit, director del mencionado organismo, informaba que este 25 de diciembre el gabinete gubernamental había aprobado el correspondiente proyecto de ley. Según Kerdchocke, la futura ley de uniones civiles será semejante a las aprobadas en otros países y equipará «casi en un 90 %» los derechos amparados por la institución del matrimonio.
Sin embargo, habrá diferencias sustanciales. Mientras que la edad mínima requerida para contraer matrimonio en Tailandia son los 17 años, los miembros de las parejas del mismo sexo deberán contar con al menos 20 años para unirse civilmente. El proyecto no incluye ninguna medida en cuanto a la adopción, pues, según el representante gubernamental, no se ha considerado necesario dado que la ley tailandesa de adopciones permite hacerlo a las personas no casadas. Pero el hecho es que quienes estén unidos civilmente no podrán adoptar conjuntamente, como sí les está permitido a las personas unidas en matrimonio. Las uniones civiles, además, requerirán que ambos miembros sean de nacionalidad tailandesa, restricción inexistente en la institución matrimonial.
Dadas estas diferencias sustanciales, sectores del colectivo LGTB han expresado su disconformidad. «¿Para qué necesitamos esto?», se pregunta el activista Sulaiporn Chonwilai, «las personas LGTB necesitamos el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo para protegernos, para darnos los mismos derechos que a las parejas heterosexuales. No necesitamos una ley de segunda clase». Por el contrario, para Nareeluc Pairchaiyapoom, jefe del Departamento Internacional de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, «nuestro objetivo final es el matrimonio, pero nuestra estrategia es primero obtener esta ley».
Al proyecto de ley de uniones civiles aún le queda un largo camino por recorrer. Después de la aprobación por el gabinete gubernamental debe ser sometido al escrutinio de la Asamblea Legislativa Nacional. Si es aprobado por la misma, deberá ser publicado en el Boletín Oficial y esperar 120 días desde esa publicación para su entrada en vigor. Es muy dudoso que el proyecto de ley pueda ser aprobado en esta legislatura, pues la Asamblea Legislativa Nacional dejará de funcionar el próximo 15 de febrero, para constituirse de nuevo tras las elecciones generales que tendrán lugar el día 24 del mismo mes. Hasta esa fecha, hay más de 50 proyectos de ley pendientes de aprobación parlamentaria.
En la actualidad, Israel es el único país asiático que reconoce en su legislación nacional las uniones civiles para las parejas del mismo sexo, si bien prohíbe el matrimonio igualitario (en realidad, todo matrimonio no religioso) aunque reconoce los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en países donde es legal. En Taiwán, existe un mandato de la Corte Constitucional que obliga a que el matrimonio sea accesible a las parejas del mismo sexo, para lo que dispuso de un plazo que concluirá en mayo de 2019. Pasado ese plazo, se convertirá en el primer país asiático en gozar del matrimonio igualitario, a pesar del resultado adverso de un referéndum ganado por los opositores a los derechos LGTB, que no invalida la resolución del alto tribunal.