El dolor gay de Édouard Louis: críticas de «Historia de la violencia» y «Para acabar con Eddy Bellegueule»

La publicación de Para acabar con Eddy Bellegueule lanzó en 2014 a la fama a Édouard Louis, quien por aquel entonces sólo contaba 22 primaveras. Marcadamente autobiográfica, la obra fue todo un fenómeno de crítica y ventas extendido a países tan dispares como Albania o Estados Unidos. Poco después, sin embargo, el joven vivió una experiencia aterradora al ser violado y casi asesinado por un hombre que lo invitó a su casa, crudísima experiencia que ha plasmado en su siguiente novela, Historia de la violencia, la cual vio la luz en 2016 en Francia y sólo hace poco en España, sobrecogiendo nuevamente a lectores de todo el mundo. A ambas novelas, dos auténticos arrebatos de valentía editados en España por Salamandra, me dedico hoy.

Con Para acabar con Eddy Bellegueule (En finir avec Eddy Bellegueule, 2014), Édouard Louis, antes llamado Eddy Bellegueule, se desnuda brutalmente. Así lo explica él: «para mi familia y los demás, me había convertido en una fuente de vergüenza, incluso de repulsión. No tuve otra opción que la huida. Este libro es un intento de comprenderla». Tan contenida como desgarradora, esta obra evita el victimismo pese a la insoportable crudeza de los hechos narrados, lo que la vuelve difícil de digerir. No obstante, es una novela muy potente, pues, además de marcar la liberación final de su torturado protagonista, sirve de testimonio de todos aquellos a los que la homosexualidad ha colmado de dolor desde la más tierna infancia. Estamos ante todo un puñetazo en el corazón de la homofobia y un mensaje de esperanza para todos aquellos que, quizá, nacieron en el lugar equivocado. (Para quienes tengan buena memoria: ya os hablé de ella en su día, pero me ha parecido interesante recuperarla.)

En Historia de la violencia (Histoire de la violence, 2016), Édouard Louis vuelve a recurrir a sus propias y escalofriantes vivencias para narrar una aún peor que la anterior (relativamente, pues la otra se expandía a lo largo de años de ataques, aun cuando ninguno de ellos fuera tan traumático por sí solo): aquella en la que, tras acceder a acompañar a un extraño a su casa (algo que, como él afirma, no es tan raro ni temerario como insisten en afirmar quienes le interrogan), fue violado y estrangulado casi hasta la muerte. El joven autor vuelve a hacer gala de una sinceridad desbordante, pero también del deseo por analizar la situación e incluso comprender a su agresor. De hecho, el antagonismo no se lo lleva tanto este último como la violencia como tal, materializada en forma de racismo, homofobia y pobreza, quedando plasmada Francia como un nido de fracturas sociales e ideológicas que sirve para entender, entre otra cosas, los terribles atentados que sufrió poco después de que la novela fuera escrita. No es una novela fácil de leer ni asimilar, ni por su cruda temática ni por su enrevesada narrativa, pero sí una que confirma que su autor es alguien a quien tener muy en cuenta.

Para acabar con Eddy Bellegueule e Historia de la violencia constituyen dos dolorosas búsquedas de respuestas en un mundo fracturado. Ambas están escritas desde el corazón por un Édouard Louis que, además de dominar el uso de la palabra, tiene el coraje necesario para tornar cuanto vive y siente en escritos que no dejarán a nadie indiferente.