El Parlamento de Suiza da un importante paso hacia la aprobación del matrimonio igualitario
La apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo se acerca un poco más en Suiza. La comisión de Asuntos Jurídicos del Consejo Nacional, la cámara baja del Parlamento, aprobó el jueves de la semana pasada un proyecto de ley de matrimonio igualitario que se venía discutiendo desde 2013. Para evitar que se mezclaran los debates, el acceso de las parejas de mujeres a la fecundación asistida se ha votado separado de la iniciativa y ha sido rechazado en la misma comisión. Comienza ahora un periodo de consultas que incluirá un posible referéndum y culminará con una votación parlamentaria.
El debate sobre la apertura del matrimonio en Suiza se remonta varios años atrás y en la actualidad, el país confederal e Italia son los únicos (excluyendo a los microestados) que carecen de igualdad matrimonial en Europa occidental. En diciembre de 2013, el Partido Verde Liberal introducía una propuesta de reforma constitucional para abrir el matrimonio a las parejas del mismo sexo. Más de un año después, en febrero de 2015, el comité de Asuntos Legales del Consejo Nacional votaba a favor de tramitar la iniciativa y en septiembre de ese año, el órgano equivalente en el Consejo de los Estados (la cámara alta), le daba también su visto bueno. Poco después, el Partido Demócrata Cristiano presentaba otra reforma constitucional para blindar el matrimonio excluyente, que los suizos rechazaron en referéndum, por un estrecho margen, en febrero de 2016.
Derrotada la iniciativa discriminatoria, continuaron los trabajos de redacción del proyecto de ley de matrimonio igualitario. Los dos años de plazo iniciales fueron prorrogados por otros dos años en mayo de 2017. Un año después, el comité de Asuntos Legales del Consejo Nacional propuso una reforma del Código Civil y otras normas que hacen referencia al matrimonio como unión entre un hombre y una mujer, como alternativa a la reforma constitucional. La regulación sobre adopción no precisaría ningún cambio, al estar ligada a las parejas casadas sin hacer mención a su sexo.
Con el objetivo declarado de asegurar el éxito de la medida evitando que se mezcle con otros debates, se separó de la misma el acceso de las parejas de mujeres a las técnicas de reproducción asistida. El jueves de la semana pasada, el comité de Asuntos Legales del Consejo Nacional aprobaba el proyecto de ley de matrimonio igualitario por 19 votos a favor frente a 4 en contra y una abstención, pero rechazaba la apertura de la fecundación artificial. Por tanto, esta discriminación seguirá existiendo aunque la igualdad matrimonial llegue a buen puerto.
Se abre ahora un proceso de consulta pública sobre la medida, que durará varias semanas y tras el cual, el Gobierno federal podría presentarla ante el Parlamento para su aprobación. Como, a diferencia de la propuesta inicial, no se trata de una reforma constitucional, la convocatoria de un referéndum no es obligatoria, salvo que así lo soliciten al menos cincuenta mil personas en un plazo de cien días. El proyecto contemplan la supresión de la figura de las uniones civiles, vigente en el país desde 2007, y su conversión voluntaria en matrimonios. La lentitud del proceso legislativo suizo obliga a la paciencia: si todo marcha según lo previsto, el matrimonio igualitario no sería una realidad hasta 2021.
La noticia sobre el matrimonio me parece estupenda, pero el hecho de que un parlamento (en 2019, en Europa Occidental, como se remarca en el artículo) vote en contra de permitir que una pareja de mujeres pueda acceder libremente a técnicas de reproducción asistida y que lo tengan prohibido en su país (ya sin entrar en si los costes los cubre o no el Estado), me parece un escándalo lamentable.