Presentado en Cámara de Representantes y Senado de los Estados Unidos un proyecto de ley contra la discriminación de las personas LGTB
El Partido Demócrata estadounidense presentó de nuevo el pasado miércoles en la Cámara de Representantes y en el Senado un proyecto de Ley de Igualdad que reformaría la vigente Ley de Derechos Civiles, con el objetivo de impedir a nivel federal la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género en ámbitos como el trabajo, la vivienda, la educación, subvenciones del Estado o servicios y establecimientos públicos. La mayor dificultad será su aprobación por el Senado, de mayoría republicana, a pesar de que una reciente encuesta revela que la mayor parte de la población estadounidense se opone a este tipo de discriminación en todos los estados que conforman los Estados Unidos, entre los ciudadanos de todas las edades, etnias, ideologías políticas o creencias religiosas. Además, una ley de este tipo también cuenta con el apoyo de las grandes corporaciones empresariales.
Se trata de la segunda ocasión en que se intenta introducir este proyecto de ley de reforma de la Ley de Derechos Civiles, vigente desde 1964, que fue presentado por primera vez en 2015, sin éxito, debido al rechazo de la mayoría republicana.
Actualmente, la Ley de Derechos Civiles prohíbe la discriminación por razón de sexo, raza, color, origen nacional y religión en el derecho al voto, el acceso a la educación, la vivienda, el empleo y los establecimientos y servicios públicos. El presente proyecto de ley, versión del presentado infructuosamente en 1974, pretende añadir a estas categorías protegidas la orientación sexual y la identidad de género.
Tan solo veinte de los cincuenta estados que conforman los Estados Unidos cuentan con leyes o normativas que impidan, en mayor o menor medida, la discriminación de las personas LGTB. El proyecto de ley quiere que esa protección sea de ámbito federal. Como señalaba el congresista David Cicilline, abiertamente LGTB y ponente del proyecto de ley, «en la mayoría de los estados de este país, una pareja gay puede casarse el sábado, publicar sus fotos de boda en Instagram el domingo y perder sus empleos o ser expulsados de sus apartamentos el lunes solo por ser quienes son».
Según destaca la organización de defensa de derechos civiles ACLU, el proyecto de ley, además «aclara que la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa no puede usarse en contextos de derechos civiles, prohibiendo que la libertad religiosa, que es un valor estadounidense fundamental, sea utilizada como una licencia para discriminar».
Si bien no parece que haya problemas para que el proyecto de ley sea aprobado en la Cámara de Representantes, dada la mayoría demócrata que ostenta en la actualidad, la principal dificultad la encontrará en el Senado. Se necesitaría que, además del voto favorable de todos los senadores demócratas e independientes, se sumaran los de al menos cuatro senadores republicanos. Las posibilidades de aprobación parecen pues escasas, ni nadie cree que vaya a obtener el apoyo presidencial. Aunque, como curiosidad, en unas declaraciones efectuadas en el año 2000 a la revista The Advocate, Donald Trump afirmaba que le gustaba «la idea de enmendar la Ley de Derechos Civiles de 1964 para incluir la prohibición de la discriminación basada en la orientación sexual. Sería simple. Sería sencillo. Una enmienda a la Ley de Derechos Civiles otorgaría la misma protección a los homosexuales que a lo demás estadounidenses, es lo justo».
La nueva normativa propuesta cuenta, sin embargo, con el apoyo de más de 160 de las mayores compañías y corporaciones empresariales estadounidenses, muchas de las cuales ya cuentan con políticas antidiscriminatorias de ámbito interno.
La mayoría de la población a favor de la no discriminación de las personas LGTBI
Pero el dato más positivo es el que ha revelado una reciente encuesta de Public Religion Research Institute (PRRI), según la cual un 69 % de los ciudadanos estadounidenses se mostraría favorables a una ley contra la discriminación de las personas LGTB, mientras que tan solo se opondría el 24 %. Esta mayoría se alcanza en todas las edades y entre quienes profesan las distintas ideologías o creencias religiosas. Si bien el apoyo es mayor entre los ciudadanos de menor edad, los demócratas o quienes profesan religiones como el judaísmo o el budismo, también es mayoritario entre los mayores de 65 años, los republicanos (incluso los más conservadores) o quienes se declaran mormones, musulmanes o testigos de Jehová. Así se comprueba en la siguiente tabla (podéis pinchar en ella para verla a mayor tamaño):
También se extiende a cada uno de los cincuenta estados. El apoyo es mayor en los estados que componen Nueva Inglaterra o la Costa Oeste, pero también hay un fuerte respaldo en muchos de los estados del Medio Oeste. Es menor en los estados del Sur, pero aun así en todos ellos la mayor parte de la población se declara a favor de las leyes antidiscriminatorias. Se puede comprobar en la siguiente tabla (podéis pinchar en ella para verla a mayor tamaño):
Solo paso a recordar que el nombre de la cámara baja del poder legislativo estadounidense es «Cámara de Representantes», el Congreso es la institución que la engloba tanto a ella como al Senado.
Gracias por la información. ¡Un beso gigante para todos y todas desde el sur de América!
Corregido, gracias por avisar!!