Un legislador republicano de Virginia Occidental insinúa que ahogaría a sus hijos si fuesen gay o lesbiana
Eric Porterfield es un político republicano, miembro de la Cámara de Representantes de Virginia Occidental, que identifica a la comunidad LGTBQ como «lo más parecido a terroristas políticos que hay en los Estados Unidos. No hay duda sobre esto». Compara también al colectivo con el Ku Klux Klan y lo acusa de ser un difusor del discurso del odio y actuar en contra de la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. Pese a las peticiones de dimisión tras dichas declaraciones, Porterfield sigue en el cargo.
Esto es exactamente el movimiento LGTBQ para Eric Porterfield, un legislador del Partido Republicano de Estados Unidos en el estado de Virginia Occidental. Hasta tal punto llega el odio del político que, durante una entrevista en la cadena local WVVA, Porterfield insinuó que actuaría contra la seguridad de sus propios hijos si estos le dijeran que son homosexuales. Fue tras escuchar los continuos ataques a la comunidad LGTBQ cuando la presentadora del espacio intentó buscar un hipotético caso en el que el político tuviera que aceptar la homosexualidad en su contexto más cercano. «Usted tiene una hija y un hijo adorables. ¿Qué sucedería si cuando sean adolescentes o adultos le dijeran que son gay o lesbiana?», le preguntó. «Bueno, primero hablaré de mi hija. Primero la llevaría a la pedicura, luego a hacerse las uñas, y después vería si sabe nadar. Si fuese mi hijo, seguramente lo llevaría a cazar y a pescar, y después vería si sabe nadar». Unas declaraciones tan cargadas de estereotipos sexistas como de odio incluso dirigido a sus propios hijos en un supuesto teórico.
La presentadora del espacio informativo quedó atónita ante las palabras del político, que llevaba una gorra con el lema Make America great again, lema de la campaña de Donald Trump. Un eslogan que, adaptado a cada lugar, ha sido utilizado por partidos de extrema derecha de todo el mundo, como es el caso de Vox en España. «¿A qué se refiere con ver si saben nadar?», le preguntó. «Solo querría asegurarme de que saben nadar», respondió Porterfield, sonriendo. «¿Qué quiere decir con eso?», intentó de nuevo la presentadora. «Solo eso, que los llevaría a hacer actividades», respondió.
Odio sin complejos
Eric Porterfield, ciego y «cristiano renacido», es el perfecto ejemplo de político extremista y lenguaraz, un perfil que pese a incomodar al republicanismo tradicional se ha visto fortalecido desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, especialmente en los estados sureños. Elegido miembro de la Cámara de Representantes de Virginia Occidental en noviembre del año pasado, Porterfield comenzó a difundir sus ideas de odio ya antes de la mencionada entrevista, cuando dio su apoyo a un proyecto de ley para legalizar en su estado la discriminación contra las personas LGTBQ que sería de aplicación incluso en aquellos condados que hubiesen aprobado de forma expresa medidas antidiscriminatorias (proyecto que finalmente fue rechazado). Porterfield defendió que la comunidad LGTBQ actúa en contra de la primera enmienda de la Constitución estadounidense (que protege los derechos a la libertad religiosa y a la libertad de expresión).
Tampoco dudó en comparar al movimiento del arcoíris con otro más monocromático: «Los LGTBQ son una versión moderna del Ku Klux Klan, solo que no visten gorros y usan sus payasadas de odio». Una cuestionable afirmación, si se tiene en cuenta que el grupo supremacista acumula más de 4.000 asesinatos reconocidos en Estados Unidos a los que se les suman los ocultados y los no descubiertos o conectados directamente con la secta. Además, Porterfield obvia el hecho de que el colectivo supremacista blanco es precisamente uno de los grupos que vio con mayor simpatía la llegada de Donald Trump a la presidencia. Un caso en el que también encontramos paralelismos con la situación política española, ya que David Duke, antiguo gran maestre del Ku Klux Klan, felicitó a Vox por sus resultados en las elecciones al Parlamento andaluz.
Porterfield también ha utilizado el término «faggot» («maricón») sin complejos para referirse a personas abiertamente homosexuales y acusa al colectivo LGTBQ de ser «uno de los grupos más socialistas de los Estados Unidos». Un señalamiento de activistas, políticos o personas de cualquier ámbito de la sociedad muy cercano a las «cazas de brujas» de las que Porterfield acusa al colectivo LGTBQ.
Peticiones de dimisión desde su propio partido
Unas declaraciones de Porterfield de tal calibre que incluso desde el Partido Republicano le han pedido que abandone el escaño. «Estos comentarios son inaceptables y así los denunciamos», expreso en un comunicado Melody Potter, presidenta de los republicanos de Virginia Occidental, que añadió que las opiniones de Porterfield «no reflejan los valores de nuestro país, de nuestro estado y del Partido Republicano».
Petición a la que Eric Porterfield no ha hecho por el momento el más mínimo caso.
Otro homosexual que actúa aireando a los cuatro vientos su odio a su propia condición para que nadie sospeche que lo es… sobre todo si consideramos que, con ese aspecto físico vomitivo que ha conseguido comiendo como un cerdo, no logra comerse un rabo. Pura desesperación. Se lo merece