El sultán de Brunéi anuncia una moratoria a la aplicación de la pena de muerte por lapidación para las relaciones homosexuales
Tras la gran presión internacional, el sultán de Brunéi ha comunicado que establecerá una moratoria indefinida a la aplicación de los artículos del nuevo Código Penal que castigan las relaciones homosexuales con la pena de muerte por lapidación. El comunicado llega días después de que defendiera ante el Parlamento Europeo la adaptación de su Código Penal a la sharía (o ley islámica) como una cuestión de respeto a sus tradiciones y minimizara la gravedad de que se castigasen las relaciones homosexuales, el adulterio o la apostasía con la pena capital por «tener un umbral de prueba extremadamente algo».
El sultán Muda Hassanal Bolkiah, que también ostenta el cargo de primer ministro del Gobierno de Brunéi, comunicaba esta moratoria el pasado domingo, en una alocución televisiva con motivo del comienzo de las fiestas del Ramadán. El sultán afirmaba que «Soy consciente de que hay muchas preguntas y percepciones erróneas con respecto a la implementación del Código Penal adaptado a la sharía. Sin embargo, creemos que una vez que se hayan aclarado, el mérito de la ley será evidente. Como ha sido evidente desde hace más de dos décadas, hemos practicado una moratoria de facto sobre la ejecución de la pena de muerte en casos de derecho consuetudinario. Esto también se aplicará a los casos del Código Penal adaptado a la sharía, que ofrece un mayor margen para la remisión».
De esta manera, aunque en el Código Penal seguirá apareciendo la pena capital por lapidación como castigo para las relaciones homosexuales, el adulterio o la apostasía, no se aplicará durante una moratoria de conclusión indefinida. No hay, pues, ni reforma ni derogación de los artículos correspondientes del Código Penal. Tampoco hay conocimiento de la duración de la moratoria, lo que hace temer que se acabe en cuanto deje de estar en el punto de mira internacional. Aun así, el sultán ha asegurado que ratificará la adhesión de Brunéi a la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas, puesto que desde el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos se había exigido la derogación de la pena de muerte.
Estas declaraciones llegan días después de que la representación de Brunéi ante la Unión Europea dirigiera un escrito como respuesta a la condena del Parlamento Europeo, que calificó el nuevo Código Penal de Brunéi de «retrógrado» y urgió a las autoridades del pequeño estado a su derogación. En su escrito, la delegación bruneana defendía el texto legal y pedía respeto a su deseo de preservar sus tradiciones, explicando que «la criminalización del adulterio y de la sodomía se establece para salvaguardar la santidad del linaje familiar y el matrimonio de los musulmanes».
La misiva trataba de restar importancia a la aparición de la pena de muerte en su Código Penal para conductas de índole privada, arguyendo que «las sentencias penales de lapidación hasta la muerte y amputación, impuestas para delitos de robo, hurto, adulterio y sodomía, tienen un umbral de prueba extremadamente alto, que requiere que no menos de dos o cuatro hombres de alta consideración moral y piedad actúen como testigos, con exclusión de toda forma de prueba circunstancial».
Evidentemente, estas peregrinas explicaciones y excusas no han convencido a los organismos internacionales ni a quienes estaban promoviendo el boicot a los negocios del sultán. Uno de esos promotores, el actor George Clooney, explicaba los últimos acontecimientos de la siguiente manera: «Esto [el boicot] no le importa tanto a un tipo rico. No puedes avergonzar a la gente malvada. Pero puedes avergonzar a la gente que hace negocios con ellos. Así que cuando los bancos y las instituciones financieras empezaron a decir «dejamos de hacer negocios con Brunéi», entonces [el sultán de Brunéi] retrocedió. Y dijo que establecía una moratoria. No está arreglado todavía, pero es un gran paso adelante después de este salto gigante hacia atrás».