La administración Trump prohíbe a las embajadas estadounidenses izar la bandera arcoíris en los mástiles oficiales
La administración Trump ha rechazado la petición de varias embajadas para izar la bandera arcoíris en sus edificios durante el mes del Orgullo LGTB. Las solicitudes de Alemania, Brasil, Israel y Letonia han sido rechazadas con el argumento de que en los mástiles oficiales solo debe ondear la bandera nacional, un cambio de criterio con respecto a la libertad concedida durante la presidencia de Obama. La decisión contrasta también con un tuit publicado por el presidente en el que mostraba su apoyo a la despenalización de la homosexualidad en el mundo. Varias delegaciones se han rebelado contra la prohibición mostrando el símbolo de la comunidad de diferentes formas en sus fachadas.
La negativa a permitir el izado de la bandera LGTB procede del departamento de Estado y la han dado a conocer los propios representantes en Alemania, Brasil, Israel y Letonia. Se trata de una reversión de la anterior política bajo la presidencia de Barack Obama, que dio carta blanca para mostrar el símbolo de la comunidad durante el día internacional contra la LGTBfobia o el mes del Orgullo. Un gesto sencillo que envía un potente mensaje, especialmente en países poco tolerantes con la realidad LGTB. Desde el año pasado se impuso la obligación de pedir un permiso expreso, que este año se ha denegado con carácter general.
Muchas de las delegaciones diplomáticas, sin embargo, no se han resignado y han buscado formas de sortear el veto. Especialmente contundente ha sido Richard Grenell, el embajador abiertamente gay en Berlín, que aseguraba que la enseña arco iris «se verá en tantos lugares de la embajada como sea posible». También las delegaciones en Chile, Corea del Sur, Italia o India muestran la bandera LGTB, en lo que un diplomático ha calificado como «una sublevación en toda regla» contra la orden de la Casa Blanca.
Una decisión que, por otra parte, contrasta con un infrecuente mensaje de apoyo a la comunidad LGTB que enviaba Donald Trump en forma de tuit el pasado 1 de junio. El presidente estadounidense reconocía las «extraordinarias contribuciones que ha hecho la comunidad LGTB a nuestra gran nación» y aseguraba incluso haber puesto en marcha «una campaña global» para despenalizar la homosexualidad, a la que invitaba a otros países a unirse. Un anuncio que, por ahora, no ha tenido traslación a la práctica.
….on the basis of their sexual orientation. My Administration has launched a global campaign to decriminalize homosexuality and invite all nations to join us in this effort!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 31 de mayo de 2019
De hecho, si por algo se ha caracterizado hasta ahora la administración Trump en materia LGTB es por los retrocesos en derechos, también en el plano internacional. La Casa Blanca decidió dejar de conceder visados diplomáticos a las parejas del mismo sexo no casadas de empleados de organizaciones internacionales, se autoexcluyó de la protección a las personas LGTB acordada en el nuevo tratado norteamericano de libre comercio con Canadá y México y solo se pronunció contra la pena de muerte para las personas que mantienen relaciones homosexuales unos días después de oponerse a una resolución de la ONU sobre el asunto.
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