Dos estudiantes son detenidos en Marruecos por mantener relaciones homosexuales
Dos estudiantes de la ciudad marroquí de Safi han sido detenidos por mantener relaciones homosexuales. Según la Policía Judicial, fueron sorprendidos en «flagrante delito» y han sido acusados de practicar la homosexualidad y de ebriedad en público. Por el primer cargo, se enfrentan a una pena de hasta tres años de cárcel, tal como establece el Código Penal de Marruecos.
Según el diario Assabah, los hechos tuvieron lugar el pasado 13 de septiembre en las proximidades de la localidad de Safi. Miembros de la Fuerzas Auxiliares vieron una motocicleta aparcada en el campo, cerca de una casa abandonada. Al inspeccionar el lugar, encontraron a dos jóvenes «en una postura que no dejaba lugar a dudas». Convinieron en avisar a la Policía, que procedió a la detención de los jóvenes.
Posteriormente, la Policía Judicial decidió acusarlos bajo el cargo de «delito flagrante de homosexualidad y ebriedad en público». Los detenidos se enfrentan a penas de hasta tres años de prisión por el delito de mantener relaciones homosexuales.
La persecución constante a que son sometidos los homosexuales y bisexuales marroquíes ha ocasionado que las peticiones de asilo en España, sobre todo por parte de jóvenes, haya experimentado un notable incremento en los últimos meses. Destaca el aumento de peticiones de asilo por parte de jóvenes lesbianas, que se calculan en más de 300 desde principios de año.
Marruecos: una vigente y preocupante LGTBfobia de Estado
Como señalábamos, el artículo 489 del Código Penal marroquí castiga los «actos licenciosos o contra natura con un individuo del mismo sexo» con penas de hasta 3 años de prisión, además de una sanción económica. Y el artículo 483 establece penas de hasta dos años de prisión por «obscenidad pública». Dosmanzanas viene recogiendo distintos casos de persecución a personas LGTB en Marruecos: desde víctimas tratadas como culpables hasta detenciones tan absurdas como la de los jóvenes que colgaron un vídeo en el que aparecían besándose.
En agosto de 2017 un joven gay, muy conocido en redes sociales de Marruecos, era agredido después de que un director de cine incitase a «violarlo». El realizador y guionista marroquí Mahmoud Frites publicaba en Facebook el siguiente mensaje: «no puedo entender a aquellos que violan a burros, a personas discapacitadas, a mujeres mayores, a niños, a sus hijos, y que sin embargo son incapaces de hacerlo con los que desean ser violados e incluso estarían dispuestos a pagar por que les violasen». Un texto que acompañó de una fotografía de Adam Lahlou en la que este viste un caftán y se adorna la cabeza con un pañuelo (una imagen que él mismo colgó en Facebook y que utilizó como foto del perfil).
En 2015 nos hacíamos eco del intento de linchamiento de una mujer transgénero en Fez. Solo gracias a que el vídeo se viralizó y desencadenó un escándalo, que trascendió las fronteras de Marruecos, acabaron con uno dos de los agresores condenado a cuatro meses de prisión, y ello pese a que el propio ministro de Justicia; Mustafá Ramid, llegó a insinuar entonces que las personas LGTB son culpables de las agresiones que reciben.
También en 2015 tuvimos conocimiento de varias condenas en aplicación del citado Código Penal. En el mes de junio se produjo la detención de otros dos hombres que se besaron, fotografiaron y dieron muestras de afecto ante la Torre Hasán, uno de los entornos históricos marroquíes más prominentes. A pesar de conseguir más de 71.000 firmas de personas todo el mundo pidiendo su liberación, ambos fueron condenados finalmente a cuatro meses de cárcel y una sanción económica.
Ese mismo mes, se denunció la detención de 20 hombres homosexuales en Agadir, acusados de «difundir la corrupción». Según aseguró el colectivo Aswat, todas estas detenciones formarían parte de una campaña de arrestos dirigida por el Gobierno marroquí para reafirmar su posición en el debate público sobre la despenalización de la homosexualidad. Un mes antes, tres hombres más fueron condenados a la pena máxima, tres años de cárcel. Tras recibir una denuncia, la Policía capturó a dos de los hombres mientras mantenían relaciones. Al ser interrogados, informaron de que se habían conocido a través de un tercero, que finalmente también fue detenido y condenado.