Las demostraciones de homofobia obligan a interrumpir cinco partidos de fútbol en las últimas semanas en Francia
Siguen a la orden del día las exhibiciones de homofobia en los estadios de fútbol franceses. Hasta cinco partidos han tenido que ser momentáneamente interrumpidos en las últimas semanas por culpa de los hinchas que coreaban consignas o exhibían pancartas de odio homófobo. La firmeza de los árbitros y el compromiso de las autoridades no consiguen disuadir a los ultras de sus acciones. Se trata de un problema fuertemente arraigado que no afecta solo al fútbol francés.
Las primeras semanas de la temporada de liga de fútbol en Francia se han visto marcadas, de nuevo, por la homofobia en los estadios. Los árbitros han tenido que intervenir en cinco partidos de las últimas semanas, cuatro de primera división y uno de segunda. El pasado 16 de agosto, el colegiado suspendía durante unos minutos el encuentro entre el Nancy y el Le Mans, a causa de los cánticos de «La Ligue, on t’encule !» («¡La Liga, te damos por culo!») procedentes de las gradas. Se trataba de la primera vez en el fútbol francés que se paraba un encuentro a causa de la homofobia.
La situación se repetía el domingo 25 durante el partido de primera entre el Mónaco y el Nîmes, con la misma consigna. Cuando el árbitro amenazó con suspender el encuentro, los hinchas monegascos se unieron a los del Nîmes en sus coros homófobos. Lo mismo ocurrió durante el Brest-Reims. Apenas tres días después, el colegiado decidía, tras varios avisos, interrumpir durante doce minutos el Niza-Olympique de Marsella a causa de los cánticos de «los marselleses son maricones» y el ya extendido contra la liga francesa (LFP). En este caso, la fiscalía ha intervenido abriendo una investigación por un posible delito de injurias públicas motivadas por la orientación sexual. El viernes 30, los seguidores del Metz mostraban una pancarta homófoba contra el Paris Saint-Germain. El partido fue interrumpido durante tres minutos.
La comisión de disciplina de la LFP se reunió la semana pasada en París para estudiar hasta dieciocho casos de demostraciones de homofobia en los estadios de primera y segunda división. Las medidas que se han tomado hasta ahora no parecen surtir mucho efecto. La principal novedad de esta temporada han sido las instrucciones a los árbitros para que detengan el juego si se producen expresiones homófobas, como está ocurriendo. El seleccionador nacional, Didier Deschamps, se ha mostrado favorable a la «intransigencia» frente a la homofobia en el fútbol, mientras que la secretaria de Estado de Igualdad, Marlène Schiappa, ha transmitido su apoyo al árbitro que detuvo el partido entre el Niza y el Olympique de Marsella. El jugador del Niza Wylan Cyprien, sin embargo, le quitó importancia a estos hechos afirmando que «forman parte del juego».
Su opinión es solo una muestra más de lo arraigadas que siguen estando estas expresiones de odio en el fútbol francés y del resto del mundo, como muestran los lamentables episodios de los que nos hemos hecho eco de Alemania, Polonia o Reino Unido. También en las aficiones de las selecciones latinoamericanas está extendida la homofobia, a pesar de las sanciones de la FIFA. En España, los principales clubes se resisten a implicarse activamente contra la LGTBfobia.