Las «zonas libres de ideología LGTB» abarcan ya la tercera parte de la superficie de Polonia
Más de cien municipios, además de varios condados y regiones que cubren en conjunto una tercera parte de la superficie de Polonia, han sido declarados «zonas libres de ideología LGTB». La iniciativa se ha extendido principalmente por el sudeste del país con el apoyo de la extrema derecha de Ley y Justicia (PiS), en el Gobierno desde 2015. El Parlamento Europeo ha condenado rotundamente la medida, de carácter principalmente simbólico pero con una profunda carga de odio LGTBfobo y estigmatización.
Hace ahora un año, el alcalde de Varsovia Rafał Trzaskowski firmaba una declaración de apoyo a la comunidad LGTBI y de lucha contra la discriminación. Fue de la primera de este tipo que se aprueba en Polonia y preveía medidas para proteger a la población LGTBI frente a las agresiones y fomentar su inclusión, también mediante la introducción de contenidos sobre diversidad afectivo-sexual y de género en las escuelas. Este fue, precisamente, el punto que provocó una reacción más furibunda de la derecha reaccionaria, que acabó cristalizando en la proliferación de las infames «zonas libres de ideología LGTB».
El líder del gobernante PiS y ex primer ministro Jarosław Kaczyński fue uno de los primeros en aprovechar la iniciativa de Trzaskowski para echar gasolina a la LGTBfobia. El político de extrema derecha calificó los derechos LGTBI de un «ataque a la familia y a los niños» que amenaza los valores tradicionales polacos. Sus palabras encendieron una mecha que se extendió entre los medios y el establishment ultraconservador. Una de las primeras consecuencias de este repunte de la hostilidad LGTBfoba fue la detención de la activista Elżbieta Podleśna bajo la acusación de ofender a los sentimientos religiosos. Su supuesto delito, difundir una versión modificada de la Virgen Negra de Częstochowa con un halo arcoíris en lugar del original dorado.
Otro de los efectos de esta oleada de odio ha sido la declaración de las «zonas libres de ideología LGTB» desde marzo de 2019. La iniciativa LGTBfoba tiene un carácter principalmente simbólico, pero conlleva una indudable carga de hostilidad y estigmatización de la comunidad. La activista Olga Kaczorek califica las mociones como «una declaración que dice que un tipo específico de personas no son bienvenidas». Para agosto de 2019, se habían aprobado unas 30 zonas, incluyendo las regiones de Pequeña Polonia, Subcarpacia, Świętokrzyskie y Lublin, en el sudeste del país.
Poco antes, el semanario ultraderechista Gazeta Polska obsequiaba a sus lectores con una pegatina de promoción de la iniciativa LGTBfoba. Se trataba de un adhesivo con una bandera arcoíris tachada con una X negra acompañada de la denominación en polaco «Strefa wolna od LGBT» («Zona libre de LGTB»). Gazeta Polska, además, es una de las principales publicaciones periódicas del país. La iniciativa provocó una cascada de críticas y un tribunal acabó paralizando cautelarmente la distribución de las pegatinas, aunque el semanario volvió a distribuirlas cambiando el mensaje a «zona libre de ideología LGTB».
La medida de odio LGTBfobo, que el diario italiano La Repubblica comparó con el concepto nazi de zonas judenfrei («libres de judíos»), llegó hasta el Parlamento Europeo. El 18 de diciembre del año pasado la cámara aprobó, por 463 votos a favor frente a 107 en contra, una resolución de condena de las «zonas libres de ideología LGTB». En enero, el activista Bart Staszewski inició una campaña para visualizar el estigma de esta iniciativa posando con signos en varios idiomas junto a las señales de entrada a las localidades adheridas a la iniciativa LGTBfoba (ver imagen, a la izquierda). A fecha de hoy, las jurisdicciones declaradas «zonas libres de ideología LGTB» abarcan un tercio de la superficie total de Polonia e incluyen cerca de cien municipios, al menos dieciocho condados y cinco regiones (a las cuatro iniciales se les unió Łódź).
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Acerca del Author
Humming Albus
Periodista de pega por el compromiso con una causa. La información también es activismo, y por eso participo en dosmanzanas.
Frente a este auge de la extrema derecha hay que proponer un nuevo paradigma, por ejemplo una nueva religión. Una atea/agnóstica que, partiendo de un gran amor a la naturaleza y basándose en la igualdad y la no discriminación, pueda hacernos sentir menos mal ante la muerte de las personas que queremos y ante la propia. En infinito5.home.blog lo detallo.