Marina Logares (matemática): «Peco en lo de darle al submarinismo de las ideas»
Marina Logares es matemática y activista LGTBI. Vive en el madrileño barrio de Lavapiés —«un monumento a la multiculturalidad, a la diversidad y al buen ser», según ella—, ha trabajado como profesora de la Universidad de Plymouth y es la autora de ‘La geometría y otras revoluciones’, un libro en el que recorre la historia de esta disciplina desde su nacimiento en el Antiguo Egipto.
¿Cuánta fórmula matemática cabe en 1,60 de estatura?
¡1,63! No me empequeñezcas. Aunque solo los días que descanso bien y con la columna vertebral bien estirada.
¿Es cierto que salió del armario en su trabajo el día que llegó con siete puntos de sutura en la frente?
Fue así porque llegué al despacho [de mi jefe] como un cromo. Estando en Vigo, mi novia y yo fuimos a cenar y a la vuelta… ¡tachán! [Me topé con] El típico que te quiere «deslesbianizar» a base de bien. Me dio miedo por mi novia el que nos siguiera y atacara por la espalda, y le planté cara. La sorpresa vino cuando el pavo comenzó a puñetazo limpio.
Le vino bien su cinturón negro de taekwondo…
Llevo toda mi vida haciendo artes marciales, pero eso de ‘en la calle’ fue totalmente nuevo. Así que pequé de novata total y una me la calzó. Yo creo que el pobre al final se quedó muy sorprendido y hasta me gané algo de su respeto, porque me soltó que era boxeador profesional y al no amedrentarme….
¿Recurre con frecuencia a sus dotes marciales?
No y sí. La verdad es que las artes marciales son fantásticas por muchos motivos. ¡Pero esos motivos trascienden la lucha en la calle!
Comparte profesión con Isaac Newton. ¿Usted también se toma fatal las críticas?
[Ríe]. Newton es muy conocido como un cascarrabias, y peor. ¡Menuda comparación!
¿Ni se olvida tampoco de comer y dormir?
Eso sí. Lo de comer es muy divertido. Menos mal que tengo perra y me recuerda que ella tiene hambre, y ya con eso me hace a mí pensar si yo he comido. La tía parece que tiene reloj y me da con la pata.
¿A ella también la pone a multiplicar y dividir?
Tengo una foto de ella leyendo mates. Y hasta sabe simetría especular. Se comió unas diez páginas de un libro de ochenta sobre el tema.
En 2018 publicó un libro sobre la historia de la geometría. ¿Es intensita para todo?
A ver, define ‘intensita’, que esa es una de las palabras que alguna vez me han llamado y no acabo de pillar.
Los matemáticos tienen fama de ello.
Intensos, ¿como el Colacao sabor intenso? Si se trata de relacionarlo con un sabor más profundo, sí. Peco en eso de darle al submarinismo de las ideas. Es deformación profesional.
¿Lleva La marcha de los números de Milikito en su ‘playlist’ de Spotify?
A Milikito lo conozco, Spotify no lo uso y La marcha de los números esa, ni idea. Tengo muchas lagunas por cubrir. La tabla de multiplicar la cantaba con mi madre de camino al cole de pequeña.
Un seudohistoriador dijo que «Muchas mujeres son lesbianas porque desprecian a los hombres». ¿Lo comparte?
No, ¡para nada! Tengo muy buenos amigos hombres. Y, en cierto modo, me muevo en ambientes muy de hombres. En las cosas que me gustan, en las aficiones, al principio solo encontraba hombres que me entendieran. Ahora las cosas han ido cambiando y hay muchas a quienes, por ejemplo, les guste un videojuego, hagan taekwondo, etc.
¿Sabe despejar la X en la ecuación de VOX?
¡No! Ni la X, ni la V, ni la O. Y más que invitarme a despejar una ecuación me dan mucho miedo.
¿El endeudamiento de Madrid requiere de un buen matemático, o más bien de un milagro de Lourdes?
Yo estaba fuera durante Carmena, pero seguía las noticias y parece ser que se fue rebajando el endeudamiento a pasos agigantados.
Dicen que le da a tocar la batería. ¿Qué ritmos le van a usted?
Yo soy rockera, y ahora me voy a poner intensita. Hay un estudio que dice que el rock y la música carnática ayudan a trabajar, por el tipo de ondas cerebrales que estimulan. Me gusta el rock pero soy muy ecléctica. Me gusta la ‘buena música’.