Un «outing» masivo deja al descubierto la identidad de numerosos usuarios de aplicaciones de contactos para hombres en Marruecos
La identidad de un gran número de personas LGTB en Marruecos ha quedado al descubierto tras un outing masivo llevado a cabo con la ayuda de aplicaciones de contactos para hombres gais y bisexuales. La campaña de acoso comenzó cuando Naoufal Moussa, una conocida instagramer marroquí y mujer trans residente en Turquía, animó a sus más de 600.000 seguidores a crearse perfiles falsos en aplicaciones como Grindr o Hornet con el objetivo de recopilar fotos e información de sus usuarios reales. En cuestión de días, las redes sociales se llenaron con los datos de estas personas, que han quedado expuestas al escarnio público, la violencia o la expulsión de sus hogares. Las relaciones homosexuales en Marruecos, donde la homofobia social es intensa, están penadas con hasta tres años de cárcel.
Todo comenzó el pasado 13 de abril por iniciativa de Naoufal Moussa, también conocida como Sofia Talouni, una mujer trans marroquí que reside en Turquía. La experta en belleza y conocida instagramer, publicó un vídeo en la red social animando a sus más de 600.000 seguidores a crear perfiles falsos en aplicaciones de contactos para hombres. El objetivo, descubrir a homosexuales y bisexuales en el entorno familiar y social. «Como todos están en sus casas, podría mostrar a tu marido en tu dormitorio, podría mostrar a tu hijo que quizás está en el baño», explicaba Moussa.
La grabación superó las cien mil visualizaciones y la iniciativa homófoba se extendió rápidamente. Aplicaciones como Grindr, Hornet o PlanetRomeo se inundaron de perfiles falsos que se dedicaron a recopilar fotos e información de sus usuarios reales. El material robado apareció en otras redes sociales, revelando las identidades de numerosos hombres gais y bisexuales que intentaban permanecer en el anonimato. Las imágenes ibas acompañadas con frecuencia de amenazas.
El outing masivo ha generado una oleada de pánico entre la comunidad LGTB marroquí. Según la organización Human Rights Watch, muchas familias han expulsado de sus hogares a víctimas de la caza de brujas. Personas que quedan en una situación aún más vulnerable a causa de las normas de confinamiento en vigor por la pandemia de coronavirus, que les dificultan la búsqueda de ayuda de amigos o colectivos. Según algunos medios se ha producido al menos un suicidio de un joven gay a raíz de la iniciativa homófoba.
Las aplicaciones afectadas han borrado unos 1.000 perfiles sospechosos de fraude y alertado a sus usuarios de la situación. Aunque el llamamiento de Moussa ya había cobrado vida propia, Instagram procedió a suspender su cuenta. La influencer grabó entonces un nuevo vídeo con un perfil diferente en el que, lejos de arrepentirse, mostraba su desprecio por los «maricones marroquíes» y defendía la permanencia de las leyes que castigan la homosexualidad con multas y penas de cárcel.
Marruecos: una vigente y preocupante LGTBfobia social y de Estado
El artículo 489 del Código Penal marroquí castiga los «actos licenciosos o contra natura con un individuo del mismo sexo» con penas de hasta 3 años de prisión, además de una sanción económica. Y el artículo 483 establece penas de hasta dos años de prisión por «obscenidad pública». Dosmanzanas viene recogiendo distintos casos de persecución a personas LGTB en Marruecos: desde víctimas tratadas como culpables hasta detenciones tan absurdas como la de los jóvenes que colgaron un vídeo en el que aparecían besándose.
En 2015 nos hacíamos eco del intento de linchamiento de una mujer transgénero en Fez. Solo gracias a que el vídeo se viralizó y desencadenó un escándalo, que trascendió las fronteras de Marruecos, acabaron con uno dos de los agresores condenado a cuatro meses de prisión, y ello pese a que el propio ministro de Justicia; Mustafá Ramid, llegó a insinuar entonces que las personas LGTB son culpables de las agresiones que reciben.
También en 2015 tuvimos conocimiento de varias condenas en aplicación del citado Código Penal. En el mes de junio se produjo la detención de otros dos hombres que se besaron, fotografiaron y dieron muestras de afecto ante la Torre Hasán, uno de los entornos históricos marroquíes más prominentes. A pesar de conseguir más de 71.000 firmas de personas todo el mundo pidiendo su liberación, ambos fueron condenados finalmente a cuatro meses de cárcel y una sanción económica.
Ese mismo mes, se denunció la detención de 20 hombres homosexuales en Agadir, acusados de «difundir la corrupción». Según aseguró el colectivo Aswat, todas estas detenciones formarían parte de una campaña de arrestos dirigida por el Gobierno marroquí para reafirmar su posición en el debate público sobre la despenalización de la homosexualidad. Un mes antes, tres hombres más fueron condenados a la pena máxima, tres años de cárcel. En agosto de 2017 un joven gay, muy conocido en redes sociales de Marruecos, era agredido después de que un director de cine incitase a «violarlo». Y en septiembre del año pasado, dos estudiantes eran detenidos por mantener relaciones homosexuales.