Seis neonazis retuvieron y torturaron durante horas a un joven en Chile tras conocer que era bisexual
La justicia chilena ha admitido la querella presentada por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH) contra seis neonazis (uno de ellos menor de edad) que el pasado mes de junio secuestraron y torturaron a Francisco Aranda, un joven de 29 años, por razón de su orientación sexual. Aranda fue atado a un palo y recibió golpes de corriente, en una casa ocupada en la zona de Estación Central, en Santiado de Chile. Sufrió, entre otras lesiones, fractura de mandíbula.
Lo sucedido el pasado 5 de junio pone los pelos de punta. Francisco Aranda, un joven tatuador, compartía casa ocupada con sus agresores desde el pasado mes de febrero, debido a sus problemas económicos. Aranda conocía a algunos de ellos, aunque no compartía su ideología neonazi («desde pequeño me junté en el Eurocentro, el cual era punto base de junta para tribus urbanas, a las cual yo pertenecí. Ahí conocí a estos neonazis cuando eran supuestos punks, dark, etc», explicó posteriormente). La convivencia fue difícil desde el principio, pero fue cuando sus agresores tuvieron conocimiento de su condición de persona bisexual cuando lo retuvieron, lo desnudaron, lo amarraron a un palo y lo golpearon, además de lanzarle agua helada, darle descargas eléctricas y amenazarlo con que lo violarían.
La tortura se prolongó durante seis interminables horas. «Me trataban de ‘weco y maricón’, sus golpes iban acompañados de insultos homofóbicos. Me grabaron, me sacaron fotos, se dieron el tiempo de sacarse selfies conmigo desnudo y amarrado, ensangrentado y semiinconsciente (…) Mientras yo estaba amarrado me dieron golpes de corriente incluso», narró después el joven agredido. «Quedé con fractura maxilofacial, fractura en la costilla. Llegué con hipotermia ya que estuve seis horas amarrado, me tiraban agua helada constantemente, y nunca pararon de golpearme. Quedé inconsciente y llegó un momento en que asumí realmente que me iban a matar. Ya no di más y solo me entregue a lo que venía. Me iban a violar, pero no lo concretaron porque debido a mis gritos los vecinos llamaron a los pacos [los caranineros], los cuales no hicieron nada. Yo solo quería salir de ahí cuando llegaron y debido al estrés comencé con convulsiones, llegué inconsciente a la mutual que está en el Metro Ecuador», añadió. La policia chilena confirmó la ideología neonazi de los agresores. «Corresponden a una célula neonazi, relacionada con la Legión 38 y otra relacionada con La Rapada», declaró el jefe de la zona metropolitana de la Policía de Investigaciones de Chile.
«Este es un hecho gravísimo, de violencia extrema, que no queremos vuelva a ocurrir nunca más en este país. Esperamos y exigimos la máxima pena posible, así como una mayor preocupación del Estado en torno a grupos neonazis que suelen actuar con total impunidad y de manera cotidiana», ha declarado el dirigente del MOVILH Rolando Jiménez. El colectivo chileno presentó una querella contra los seis agresores de Aranda, ahora admitida, y espera que les aplique el agravante de odio que contempla la «ley Zamudio», toda vez que la agresión se desencadenó cuando descubrieron que la víctima era bisexual. Una ley que es conocida popularmente con el apellido de Daniel Zamudio, el joven chileno cuyo brutal asesinato homófobo conmovió al mundo en 2012.