El «autobús del odio» de HazteOír vuelve a circular por las calles de Madrid con felicitación expresa al PSOE por el giro transexcluyente de un sector de dicho partido
La organización ultraconservadora HazteOír ha vuelto a fletar su ya conocido autobús del odio, que de nuevo ha circulado por las calles de Madrid. Lo hace, eso sí, con una novedad: a los habituales lemas contra los menores trans y sus familias, ahora HazteOír ha incorporado una felicitación expresa al PSOE, partido en el que de un tiempo a esta parte las posiciones transexcluyentes han ganado peso y que mantiene paralizada la aprobación por el Gobierno de la popularmente conocida como «ley trans», que debería garantizar el principio de autodeterminación de género a nivel estatal. Una ley contemplada en el acuerdo de gobierno firmado en su momento entre los socialistas y Unidas Podemos.
Al tristememente conocido «los niños tiene pene, las niñas tienen vulva, que no te engañen», el autobús de HazteOír suma el lema #StopLeyTrans, ya popularizado por el activismo transexcluyente, y una felicitación expresa al PSOE. «PSOE, bienvenido a la biología». La organización ultraconservadora interpela además al PP, primer partido de la oposición: «PP: ¿Estás a favor de la Biología o del lobby LGTBI?», le preguntan al partido conservador, con el que en su momento HazteOír mantuvo excelentes relaciones (en 2013, cuando los populares gobernaban España con mayoría absoluta, le concedieron el estatus de asociación de utilidad pública, que no les fue retirado hasta 2019).
La felicitación al PSOE, obviamente provocativa, no puede sin embargo extrañar demasiado, dada la evolución que el principal partido del Gobierno viene experimentando en los últimos tiempos al respecto de sus posiciones frente a la realidad trans. En 2017, recordemos, el propio PSOE era el que proponía una reforma de la ya anacrónica ley de identidad de género para despatologizar la transexualidad, eliminando cualquier tutela externa a la hora de solicitar la rectificación registral de la mención al sexo, y extender el derecho a ver reconocida legalmente tu identidad de género a los menores de edad. Nueve meses después el Congreso votaba a favor de la toma en consideración de la propuesta, con la única oposición, entre las grandes fuerzas políticas del momento, del PP. Por desgracia la legislatura llegó a su fin antes de que pudiera ser aprobada. El PSOE mantuvo la despatologización de la transexualidad en su programa electoral, y cuando después de dos elecciones sucesivas finalmente fraguó una acuerdo de gobierno con Unidas Podemos, este incluyó de forma expresa la aprobación de una ley trans que consagrara el principio de autodeterminación de género, entre otras medidas.
Sin embargo, durante los últimos meses el sector transexcuyente del PSOE ha ido ganando peso e influencia, hasta el punto de que, una vez que el Ministerio de Igualdad tenía preparado un borrador de ley listo para ser aprobado por el Gobierno y que de esta forma pudiese empezar su andadura parlamentaria, ha sido capaz de paralizar dicha aprobación, con la excusa de que«no ofrece seguridad jurídica». Un mantra que la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, repite sin cesar cada vez que le pregunta sobre el tema sin que por el momento haya sido capaz de decir abiertamente qué medidas propone para solventar esa supuesta inseguridad. Medidas que según muchos activistas temen consistirían en el mantenimiento de algún tipo de tutela externa a las personas trans y en la exclusión de los menores de todos o de parte de los efectos de la ley.
Esta evolución del PSOE no supone en realidad una novedad a ojos de aquellos más apegados a la realidad política. Una parte del activismo LGTBI reprochaba ya a principios de 2019 a su sector transexcluyente que hubiese actuado como freno a la autodeterminación de género durante la legislatura que poco después llegaba a su fin. Y ya con el pacto de gobierno con Unidas Podemos en marcha consiguió otro gran éxito en junio de 202o, cuando el PSOE difundió entre sus cuadros un argumentario (firmado por cuatro de sus secretarios) alineado con los postulados transexcluyentes, que se oponía abiertamente al principio de autodeterminación de género y defendía, de forma indirecta, la patologización de las identidades trans mantenida en la ley de identidad de género de 2007.
Llegados a este punto, la organización que hasta ahora más claramente había representado el ideario tránsfobo, HazteOír, se permite felicitar al PSOE por acercarse a sus posiciones en materia trans. Confiamos en que esta provocación sirva para abrir los ojos a la titubeante dirección de ese partido, que todavía permanece en la memoria colectiva de la ciudadanía española como un sólido defensor de los derechos LGTBI, gracias al periodo en el que José Luis Rodríguez Zapatero estuvo a su frente. Un partido que además ha promovido con ahínco legislaciones en favor de la autodeterminación de género a nivel autonómico y que entre su valiosa militancia cuenta con la activista trans más significada de España, la diputada en la Asamblea de Madrid Carla Antonelli, que nos consta que defenderá con uñas y dientes el proyecto de ley trans acordado entre su partido y Unidas Podemos.
¿Será suficiente? Esperemos que sí. En cualquier caso, en materia LGTBI un partido político no puede vivir eternamente del crédito acumulado por lo que en el pasado hizo bien. La legislatura avanza y al PSOE le queda cada vez menos tiempo para decidir en qué lado de la historia se quiere situar ahora.