Encontrada sin vida la primera militar abiertamente trans de Corea del Sur
Tragedia en Corea del Sur. Byun Hee-soo, exsoldada del Ejército, ha aparecido muerta en su domicilio. Byun había hecho historia al convertirse en la primera militar abiertamente trans del país, pero fue expulsada tras someterse a una operación de reasignación en Tailandia. El suceso ha motivado un nuevo llamamiento del activismo a aprobar una norma contra la discriminación de la comunidad LGTBI. El Ejército es uno de los ámbitos donde la exclusión es más patente.
En 2017, Byun se alistó voluntariamente en el Ejército surcoreano bajo identidad masculina. Dos años después, se sometió a una operación de reasignación en Tailandia, tras lo cual solicitó continuar sirviendo como mujer. Las autoridades, sin embargo, se lo denegaron y calificaron la pérdida de los genitales masculinos como una «discapacidad física». Tras la expulsión, Byun dio una conferencia de prensa en la que se reivindicó como «soldada de la República de Corea» y pidió una oportunidad para demostrar que podía ser «una gran soldada que defiende a su país».
La exmilitar recurrió la decisión ante la justicia y recibió, en diciembre del año pasado, el apoyo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. El miércoles de la semana pasada, Byun fue encontrada sin vida en su domicilio de la localidad de Cheongju, al sur de Seúl. Su terapeuta dio la voz de alarma a los servicios de emergencias tras no conseguir contactar con ella durante varios días. La policía ha iniciado una investigación sobre los hechos. Byun Hee-soo tenía solo 23 años.
El activismo surcoreano intenta que la tragedia sirva de acicate a las autoridades para que implanten por fin medidas contra la discriminación de la comunidad LGTBI. Algunas de las situaciones más graves se dan precisamente en el ámbito del Ejército. Los hombres trans son considerados no aptos para servir y las mujeres trans están obligadas a servir como hombres a no ser que se sometan a una cirugía de reasignación u obtengan un diagnóstico de «trastorno de la identidad de género».
En cuanto a la orientación sexual, la situación no es mucho mejor. Las relaciones entre personas del mismo sexo están castigadas con hasta un año de cárcel. Hace cuatro años recogíamos como el Ejército había ordenado una auténtica caza de brujas contra los soldados sospechosos de ser gais. El código militar surcoreano no distingue entre relaciones consentidas o no y califica todo el sexo entre hombres como una «violación recíproca». Un tribunal militar decretó la ilegalidad de esta norma por juzgarla contraria a las libertades individuales de los miembros de las fuerzas armadas. Este fallo fue recurrido ante el Tribunal Constitucional, que revertió el fallo del tribunal militar y juzgó que el veto a los soldados homosexuales no es discriminatorio. Corea del Sur es, junto con Turquía, uno de los pocos países de la OCDE que no les permite servir abiertamente.